Lejos del mundanal ruido
La soledad también es necesaria y gratificante… Hacer lo que más nos plazca; terminar por fin de leer el libro que tanto nos interesa; ver nuestra película favorita por Netflix.
Descubrir planes de viaje y sospechados. Si no viajamos, un relajante plan de yoga o masajes terapéuticos, con las más exquisitas esencias y unas “manos prodigiosas”.
Elijamos nuestro momento y lugar. ¡Nos lo merecemos!
Diana Guerrero Diab