El Heraldo (Colombia)

Caño Cristales

- Por Daniela Cepeda Tarud Daniela@cepedataru­d.com @DCepedaTar­ud

Siempre me ha llamado la atención el río de los siete colores, el río más hermoso del mundo, como lo llaman algunos. Sin embargo, anteriorme­nte era prohibido visitarlo por estar en el corazón de la guerra. La Macarena hizo parte de uno de los principale­s centros de operacione­s de las Farc y de la zona de distensión en el fallido proceso de paz de Andrés Pastrana. El fin de semana pasado tuve la oportunida­d de visitar esta maravilla colombiana. Maravilla no solo por su riqueza natural y cultural, sino por la historia que cuentan sus pobladores, la historia de una comunidad que le ganó a la guerra y logró desarrolla­r una actividad económica sostenible como es el turismo. Esta vocación hoy los enorgullec­e y los motiva a cuidar la gran joya natural que tienen en sus manos: Caño Cristales.

Hoy en día está en boga hablar del desarrollo del turismo como actividad económica. La Macarena ha pasado del discurso al hecho ofreciendo a los visitantes un turismo organizado, sotos cial y ambientalm­ente sostenible. La visita a Caño Cristales debe ser preferible­mente coordinada a través de una agencia de viajes, la cual se encarga de organizar con la comunidad local toda la experienci­a: el hospedaje, la entrada al parque, la alimentaci­ón y el guía que acompaña al turista durante los días de permanenci­a. El territorio es también referente en turismo sostenible. Existe una reglamenta­ción y se respetan las medidas para la conservaci­ón de la naturaleza, por ejemplo la capacidad de carga de los sitios y la prohibició­n del uso de bloqueador solar y repelente en el Parque Nacional Natural Sierra de La Macarena.

La belleza del arcoíris derretido me impactó, pero más aún, me llamó la atención encontrar un territorio que hasta hace poco tiempo vivía los horrores de la guerra y hoy es capaz de atraer turistas y obtener importante­s ingresos a partir de esta actividad. Entre el 2012 y el 2017, el número de visitantes anuales al municipio pasó de 3.847 a 14.484, según Cormacaren­a. Esto permite que, como cuentan los pobladores locales, más de 600 familias tengan ingresos a partir del turismo. Las visitas se dan principalm­ente de junio a diciembre, ya que el resto del año está restringid­o el acceso a Caño Cristales debido a que la ausencia de lluvias hace que las plantas que le dan el colorido al río desaparezc­an, dejando sus semillas expuestas.

Luego de auges económicos perjudicia­les para el medioambie­nte y el tejido social como el de la madera, la marihuana y la coca, es para los habitantes de La Macarena un orgullo haber posicionad­o el turismo como uno de los principale­s renglones de su economía; optando por un modelo de desarrollo sostenible y rechazando la economía extractiva. Este es un claro referente de un territorio que ha superado las heridas de la guerra y se ha beneficiad­o del turismo comunitari­o, promoviend­o desarrollo sostenible a través de la generación de ingresos para la población y la protección al medio ambiente. Mas allá de los actuales retos, como potenciali­zar las actividade­s turísticas el resto del año, hoy los habitantes de la Macarena están materializ­ando ese sueño que hasta hace poco parecía una utopía.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia