River vs. Boca: será la gloria o la humillación
Hoy, a partir de las 3 p.m. (hora colombiana), se disputará el duelo definitivo de la final de la Copa Libertadores 2018.
No es justo con un equipo y su cuerpo técnico, creer que en un par de conceptos y algunas frases uno define totalmente el funcionamiento de este. Demasiada pretensión de los que fungimos de ‘analistas' de fútbol. No obstante, los equipos tienen unos rasgos predominantes, unos movimientos e interacciones habituales que sostienen el patrón de juego y que de alguna manera nos sirven para apoyarnos a la hora de emitir la opinión sobre cómo juegan.
River y Boca nos mostraron, durante el último tiempo, y especialmente en el partido de ida de esta gran final en la Bombonera hace quince días, dos búsquedas disímiles. River quiso llegar al gol mediante el juego asociado. Boca encontró el gol por la capacidad de sus especialistas Ábila y Benedetto.
A River le gustó tener una relación más amable con la pelota en el primer tiempo. Boca fue concreto en su relación con la definición. River hizo figura a Rossi, el arquero boquense. Boca hizo importantes a sus dos delanteros.
El segundo tiempo tuvo menos juego y menos sobresaltos, con excepción de la postrera jugada salvada por Armani en el mano a mano con Benedetto.
¿Qué dispondrán hoy? Quizá la condición de visitante de Boca podría darle énfasis a su perfil de contragolpeador. En ese proyecto, Villa, por características y por la ausencia del lesionado Pavón, el otro velocista del ataque xeneize, sería clave. Si, en cambio, incluye a Tévez y a Cardona podría disputarle la posesión y probablemente tendría más elaboración.
La titularidad de los dos centro delanteros (Ábila y Benedetto), como jugó gran parte del anterior partido, reduce las vías: al área, por el centro.
En River, el retorno de Ponzio, como líder del mediocampo, provocaría el regreso a la defensa de cuatro que siempre fue su esquema (en la Bombonera jugó con 5). Permitiría un mayor auxilio ofensivo de su compañero en la primera línea de volantes y, sobre todo, comandaría el dónde y el cuándo ejercer la presión que, supongo, por funcionamiento y por condición de local, River intentará imponer.
Sin Santos Borré, esa presión pierde a su más entusiasta y abnegado ejecutor. Si Gallardo decide reemplazar al delantero colombiano por un mediocampista más, sería reforzar, aún más, su perfil de equipo asociativo. Más volantes para gobernar más el trámite. Elucubraciones a la distancia, nada más.
Una final con estos protagonistas, con su enconada rivalidad y orgullosa historia, tiene muchos otros ítems que sobrepasan nuestro análisis y nuestro espacio periodístico. Dejemos que la acción, que siempre supera la teoría, nos certifique, o no, la visión previa. A ver si es cierto de que River prioriza el juego para llegar al gol, y Boca prioriza el gol para llegar al triunfo.