Víctimas esperan “atención eficiente” en nuevo centro regional
El presidente Duque inauguró la sede ubicada en Juan Mina. Durante el acto dijo que el dinero de testaferros debe ser para víctimas.
Contenta se mostró en la tarde de ayer Elizabeth Ochoa, una de las beneficiadas por la Unidad para las Víctimas, tras ser inaugurado por el presidente de la República, Iván Duque, el Centro Regional de Atención y Reparación a Víctimas de Barranquilla, en Juan Mina.
Hasta esta nueva edificación, ubicada en la vía 11 con 8A, de Juan Mina, se acercó la mujer desplazada por la violencia en Colosó (Sucre) hace 18 años, para ser testigo de la apertura oficial del recinto, en donde espera que la atención sea eficiente, según declaró.
“Que empiece a funcionar un Centro Regional de Atención y Reparación a las Víctimas es muy importante para nosotros los afectados por el conflicto colombiano, principalmente para quienes ahora vivimos cerca de aquí, porque eso quiere decir que ahora la atención va a ser más eficiente e inmediata”, manifestó la sucreña, quien ahora vive en Villas de San Pablo.
Hace más de una década, Ochoa se vio obligada a dejar su tierra natal, debido al terror que le causó la presencia de un grupo armado ilegal, el cual afectaba a diario a su núcleo familiar, conformado ahora por su hija y sus dos nietas.
“Debí dejar las calles donde nací y crecí por miedo a morirme en medio de tanta violencia que había en esos tiempos en Colosó. Allá se quedó mi casa, las gallinas y los cerdos que criaba”, dijo Ochoa, quien ahora cumple con el proceso para ser reparada por la Unidad de Víctimas.
Por su parte, Anselmo Polo Sanjuan cuestionó las demoras en la atención de la Unidad para oficializar su indemnización, después de convertirse en víctima de desplazamiento forzoso hace 15 años cuando trabajaba en los Montes de María.
“Estoy viendo muy demorado esto, porque desde 2003 que soy víctima estoy esperando una indemnización, ¿o es que están esperando que yo fallezca para después hacerme un homenaje póstumo? Necesito que me den mi indemnización para dejar de ser un problema social para el país”, dijo el hombre de 81 años.
La incursión de grupos armados en territorio bolivarense lo llevó a dejar su trabajo formal y regresar a Isabel López, corregimiento de Sabanalarga, de donde es oriundo para dedicarse al reciclaje. “Mi ocupación es el reciclaje, porque ahora como no tengo edad para laborar entonces es lo que desempeño”, admitió.
DISCURSO A VÍCTIMAS. Ambas víctimas hicieron parte del público invitado a la apertura oficial del Centro regional, a donde Iván Duque arribó a las 3:21 p.m. para cortar la cinta como acto protocolario de la inauguración, develó la placa y fue recibido con música folclórica a cargo de la Fundación Batuta Soledad.
En su intervención, el Presidente de la República destacó los servicios que brindará a partir de ahora esta sede de la Unidad para las Víctimas, la cual se convierte en la segunda localizada en el Atlántico, después de Soledad.
“El Centro tiene un espacio para que los niños pue- dan compartir mientras atienden a sus padres, tiene también un auditorio para que pueda ofrecérsele a las víctimas todo tipo de instrumentos de capacitación, y sobre todo que las víctimas puedan deliberar con los distintos responsables de las agencias del Estado sobre su futuro”, sostuvo.
En un tono más enérgico, Duque agregó que “hay que quitarle el dinero a los testaferros y ponerlos al servicio de las víctimas”, y envió un mensaje a los grupos armados que aún practican el flagelo del secuestro.
“El que quiera desmovilización, desarme y reinserción, tiene que empezar por liberar todos los secuestrados y por cesar todas las actividades criminales”, concluyó el mandatario.
Entretanto, el director Nacional de la Unidad para las Víctimas (e), Ramón Rodríguez, se refirió a esta obra como una posibilidad para que la víctima haga la ruta completa de atención en cada una de las entidades. “Buscamos que sean instalaciones cómodas y que garantice la atención a las víctimas, con una ludoteca dotada y una enfermería”, aseguró el funcionario.
De acuerdo con la Unidad para las Víctimas, el costo total de la obra fue de más de $3.448 millones, donde resultan beneficiadas 240 mil víctimas registradas en Atlántico.
ELIZABETH OCHOA
“Tuve que dejar las calles donde nací por miedo a morirme”.
ANSELMO POLO Víctima “Soy víctima desde 2003 y no me han indemnizado”.