La grandeza de la gente de pueblo
Aida Bossa, la actriz cartagenera, le envió un mensaje de cumpleaños a su primo Roberto Fernando hace varias semanas a través de un grupo familiar de WhatsApp. El video se convirtió en la tendencia del momento al ser filtrado en redes sociales por usuarios de todo el país, especialmente del Caribe colombiano.
Fue cuestión de pocos días para que esta tendencia se convirtiera en uno más de los llamados “challenge”; el cual consiste en imitar todo aquello que en el momento es viral, ya sea una canción, un ritmo improvisado, en este caso, una particular felicitación de cumpleaños con sabor costeño. De esta forma, cientos de usuarios han grabado sus videos haciendo de la situación vivida por la actriz una gran parodia utilizando la expresión:
-Desde las compuertas del Canal del Dique, ¿dónde está la gente e pueblo?, la gente e pueblo, juey, juey. Sin embargo, quiero centrar mi reflexión en la verdadera grandeza que tiene la gente de pueblo. Yo nací, me críe y he vivido toda mi vida en Juan de Acosta, un municipio ubicado en el occidente del departamento del Atlántico. Esta es tierra de gente amable y decente, cualidades por las que me enorgullece ser un habitante costero. Nunca me cansaré de agradecerle a Dios la fortuna de haber nacido aquí. Si algún día me preguntaran qué me hace sentir orgulloso de mi tierra, no dudaría dos veces en responder que la amabilidad de su gente, esa es una característica invaluable y muy común en estos pueblos de la región. Y si me preguntaran qué es lo mejor de haber nacido y vivido en un pueblo no tendría dudas al mencionar que los estrechos lazos de afinidad que se generan por la cercanía en la que un municipio nos obliga a vivir.
En el Caribe colombiano vivimos nuestra simbología a la hora de mantener la esencia que contienen los códigos culturales como las tradiciones, creencias y valores que nos identifican. Cuando un costeño llega a cualquier parte del mundo se conoce por su gestualidad, la cual habla de nuestra idiosincrasia.
Vivir en un pueblo del Caribe es comprender que la terraza de su casa es el sito de encuentro y reuniones con amigos. También el espacio para leer de todo, y descansar después de almorzar; es disfrutar de una gastronomía única y variada, de paisajes que guardan panorámicas de ensueño. Pero más allá de disfrutar de la amabilidad, del desparpajo y de la hospitalidad de todos, es transmitirle al resto de la gente nuestra alegría, que a fin de cuentas es nuestra verdadera grandeza.
A un costeño todo lo inspira; un costeño es un soñador.