Una reunión prometedora
El presidente de España, Pedro Sánchez, inició una visita oficial a Cuba, luego de 32 años. Las primeras noticias dan cuenta de un acuerdo entre ambos países en el sentido de comenzar encuentros políticos de alto nivel.
El pasado jueves, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, inició una visita oficial a Cuba, luego de 32 años.
Las primeras noticias dan cuenta de un acuerdo entre ambos países en el sentido de comenzar encuentros políticos de alto nivel que culminen con la oficialización de unas relaciones bilaterales cuya estabilidad ha estado comprometida por los vaivenes políticos de la nación europea.
Al respecto, La Moncloa ha expresado su interés en propiciar una agenda de consultas que incluya todos los temas, especialmente los derechos humanos en la isla. El Gobierno de Sánchez, en realidad, pretende individualizar el acuerdo de cooperación entre la UE y Cuba que entró en vigor hace un año, en el marco del cual se han venido desarrollando conversaciones sobre objetivos de desarrollo sostenible, el embargo estadounidense y, por supuesto, el ya citado asunto de los derechos humanos.
Sin embargo, los presidentes Díaz-Canel y Sánchez, ambos estrenando cargo, no tendrán fácil esta tarea conjunta, principalmente por la férrea oposición del PP, ahora en la oposición, y de Ciudadanos, ya que las dos corrientes políticas españolas, cada una con sus propios argumentos, han manifestado sus reparos a este proceso.
Pese a los obstáculos, los presidentes insistirán en el acercamiento, al menos hasta que se conozcan los resultados de las elecciones anticipadas que Sánchez ha prometido, en las cuales se decidirá si el PSOE se mantiene en el poder. Si eso no ocurre, de nuevo la derecha española ejercerá todo tipo de presiones para condicionar las relaciones con Cuba a temas puntuales que La Habana considera inamovibles. Como ha solido ocurrir en episodios de este tipo, incluyendo la histórica reapertura de relaciones diplomáticas liderada por el expresidente Obama y reversada por el presidente Trump, el interés del país europeo en la isla viene acompañado de un discurso que limita los escenarios a reformas profundas del sistema político cubano y no solo al pragmatismo económico. Colombia jugará un papel importante en este encuentro bilateral, ya que uno de los temas que se tratará será la situación de América Latina, en especial la innegable influencia de Cuba en las exitosas negociaciones de paz con las Farc y en las que actualmente se llevan a cabo con el Eln. Por el momento, un importante sector de la comunidad internacional observa con buenas sensaciones estos esfuerzos, con la esperanza de que el casi eterno asunto cubano culmine, más pronto que tarde, con la restauración paulatina de la democracia en la isla y la normalización de sus relaciones con occidente, para el bien de los cubanos y el de toda la región.
Sin embargo, los presidentes Díaz-Canel y Sánchez, ambos estrenando cargo, no tendrán fácil esta tarea conjunta, principalmente por la férrea oposición del PP, ahora en la oposición, y de Ciudadanos.