Chavela
El documental sobre la cantante y artista Chavela Vargas, dirigido por Catherine Gund y Daresha Kyi es como un bolero que golpea el alma. Escuchar su música en el contexto casi lineal que sigue la película, nos transporta a espacios determinados por el sentimiento, las emociones, el dolor y las penas, lugares donde la parte técnica se hace irrelevante.
Chavela hizo historia no solo en el medio latinoamericano sino en el mundo entero. Su voz única, su manera de interpretar cada verso, su andar y su vestir eran poco convencionales, desafiando los patrones sociales de la época, hecho que le trajo grandes admiradores y muchos detractores.
Nació en Costa Rica en 1919, y desde temprana edad su orientación sexual se hace evidente, confrontándola con un medio hostil que empezaba en su propio hogar. Busca desesperadamente el escape, y siendo aun adolescente parte a México, donde muy pronto su voz empieza a sonar en los cabarés y bares nocturnos.
Su estilo apasionado y embriagante le hace ganar la confianza y admiración de cantantes de la talla de José Alfredo Jiménez, quien se convierte en su amigo y confidente. De él interpreta sus composiciones más importantes, pero no con las faldas típicas de las cantantes de rancheras sino con pantalón y sin cambiar el género de la letra.
“No importa de dónde vengo sino para dónde voy”, dice al comienzo de la entrevista que concedió a Gund en 1991, en la cual se centra el documental. Después de 15 años de ausencia debido al alcoholismo y al rompimiento de una relación amorosa, Cha vela vuelve a la vida artística con toda la fuerza, y no hay quien la detenga.
Ese maravilloso proceso la llevó a los escenarios mas importantes de Madrid y París, para luego regresar a los que en algún momento le fueron negados en México. Fue merecedora de un Grammy a la Excelencia Musical y se convirtió en una diva del director de cine español Pedro Almodóvar.
Solo hasta los últimos años habla abiertamente de su homosexualidad, por las consecuencias que ello podría haber tenido para su carrera en un medio conservador. Por eso amaba tanto el escenario, único espacio donde podía concebir su existencia y donde todo era permitido.
Las entrevistas incluyen testimonios tan conmovedores como su canto. Seres muy cercanos como el hijo de José Alfredo Jiménez, Eugenia León y músicos como Miguel Bosé y Martirio, y otros admiradores que de una u otra manera se vieron tocados por su arte.
Chavela se convirtió en un ícono del movimiento LGTB en México, y a pesar de sus contradicciones respecto a la homosexualidad es reconocida como el personaje que abrió las puertas hacia una liberación de la sexualidad.