Tras 55 años, Polonuevo se reconcilia con el “Cristo andrógino”
Durante un evento en la plaza central del pueblo, Hermes Carmona leyó un ensayo donde revivió los acontecimientos que rondaron la destrucción de la figura en 1963.
HERMES CARMONA PALMA Pariente de la familia Palma “La maldición ha estado presente 50 años en este pueblo”.
Polonuevo puso fin ayer a una “maldición” que los acompañó por 55 años. En un acto, casi que protocolario, la familia Palma pidió perdón por la destrucción del Cristo del Dolor acaecido en 1963. Para Hermes Carmona Palma el acto fue una oportunidad “para pedir perdón, hacer un llamado a la paz y reconciliar” a la familia Palma con el pueblo, con el que aseguró “se tenía una deuda histórica y cultural”.
El hombre vestido de lino blanco expuso en la plazaparque San Luis Beltrán un ensayo donde revivió los acontecimientos que rondaron la destrucción del cristo.
“La maldición de ese hecho ha estado presente por medio siglo en este pueblo. Acá se han visto muertes trágicas, asesinatos, suicidios y hasta caída de alcaldes”, argumentó Carmona, a quien el micrófono le falló en más de cinco oportunidades durante el evento. La falla técnica fue atribuida por la gente del pueblo a la “maldición” que por años ha alimentado la mística, la superstición y hasta eventos paranormales.
Entre los pasajes del relato, Carmona, quien es abogado de profesión, describió que la figura fue realizada por Leonor Martínez, tras la muerte de su esposo Milciades Palma en 1959.
“La partida del hombre dejó a la mujer sumida en una profunda tristeza. Ese matrimonio gestado en 1944 no dejó hijos”, narró.
“Ese dolor, sumado a los dotes de artista que tenía Leonor la llevaron a construir una “figura representativa” de un Cristo para ser colocado en el cementerio donde fue enterrado su eterno enamorado”, relató el hombre, a quien la voz se le entrecortaba, al referir que aquella historia de amor estaba unido a él por ser descendiente del difunto Milciades.
SE HIZO LA FIGURA. La plaza tenía un aforo de más de 50 personas que atendían la narración del hombre, cuya voz parecía que estuviese contando una historia sacada de un libro.
“Leonor usó el cuerpo de su primo-hermano, Aníbal Martínez, como molde para esculpir el cuerpo de la figura con los brazos abiertos y de tamaño real (172 cm). Además, utilizó el rostro de Maura Mercado, para hacer la cara del yeso más fina, evocando en un solo cuerpo la dualidad masculina y femenina”, aseguró Carmona.
El Cristo era tan realista que se dice que de otros municipios “venían en romería” a conocer el monumento que en un principio estuvo en la iglesia del pueblo, relató el hombre. Agregó que durante la inauguración de la imagen asistió hasta un arzobispo.
EL CRISTO AL CEMENTERIO. Después la imagen fue trasladada al cementerio municipal, y debajo fueron puestos los restos de Milciades Palma. “Allí la imagen demoró poco más de 3 años”, aseguraron habitantes del pueblo.
Rubén Ortiz, un anciano de 70 años, rememoró que la imagen fue, por varios años, “un atractivo del municipio”.
“Dicen que Leonor se volvió a enamorar unos años después de la muerte de Milciades. Ella como que todo el dolor de su luto lo plasmó en su cristo y logró superar todo; pero la familia Palma vio con malos ojos ese enamoramiento y les dio rabia”, dijo Ortíz, con un dedo sobre sus labios.
Esa rabia llevó a los Palmas a romper la obra de
Leonor. “Cuentan que la noche del 10 de octubre de 1963, en el marco de las fiestas patronales de San Luis Beltrán, varios de los hombres de la familia Palma se reunieron con varios habitantes del pueblo para dar con la caída de la estatua, agarraron picos, martillos y monas para derribar al cristo. Ellos querían hacer sentir mal a Leonor”, narró el anciano mientras veía de reojo el acto, desde uno de los costados de la plaza.
Al día siguiente, describió Ortíz, la base de la estatua estaba “llena” de botellas de licor y solo estaba erguida la cabeza.
“Recuerdo que durante los días posteriores la gente salió a rechazar el acto. Uno de los miembros de la familia Palma era funcionario de la Alcaldía y tuvo que renunciar por la presión que tuvo”, relató el anciano y aseveró que desde ese momento, por tan “cruel sacrilegio”, la maldición “se apoderó” de Polonuevo.
DEL DOLOR AL PERDóN. Hermes Carmona Palma, durante su intervención, contó que en 2010 se inició la restauración de la obra, con el apoyo de la Universidad Simón Bolívar y la facultad de Bellas Artes de la Universidad del Atlántico.
La obra se logró esculpir nuevamente, porque el modelo original, Aníbal Martínez, todavía sigue con vida.
“Él fue hasta los salones de la facultad y se desnudó nuevamente casi 50 años después para tomar el molde y el rostro se sacó de una fotografía de Maura”, dijo Carmona.
Esta obra hoy día es catalogada, afirmó Carmona, como “el único Cristo andrógino del mundo exhibido a cielo abierto”.“No es el Jesús de la iglesia católica, es una figura con cuerpo de hombre y cara de mujer”.
Este Cristo paso de ser la figura del dolor manifestado por Leonor, a ser la del perdón y la reconciliación de un pueblo que quiere dejar atrás las supersticiones y los presagios.