Avalancha de gastos
La economía conductual explica las tendencias de los consumidores.
En cualquier nivel socioeconómico que se encuentra ubicado el ciudadano colombiano, su preocupación es pasar un agradable fin de año y para ello necesita adquirir, en forma extraordinaria, productos que satisfagan su anhelo de felicidad, entre ellos las compras de Navidad, por la tradicional costumbre de los regalos, estrenar vestido, la cena navideña, el brindis etílico, en fin, gastos que muchas veces sobrepasan la capacidad adquisitiva de los ingreso, de los estratos 1, 2 y 3 de las familias colombianas.
Sumado a lo anterior, sin tener en cuenta la costumbre tradicional de los festejos, vienen los primeros días del año venidero la facturación agobiante de las responsabilidades en el pago de vivienda, educación servicios públicos, compromisos crediticios y concomitantemente se vienen las andanadas de aumentos por el bendito IPC y la especulación de algunos oferentes que, después de los momentos agradables pasados en diciembre, aterrizan al ciudadano imprevisor que, desafortunadamente no tiene cultura financiera de manejar sus ingresos, enfrentándose a una realidad frustrante porque el aparato productivo se ajusta a las nuevas realidades de la inflación y de las perspectivas e iniciativas gubernamentales de los impuestos agobiantes vía IVA que, entre otros, es el fundamental para el gobierno y nefasto para la clase popular y trabajadora, por su carácter regresivo que golpea directamente a los bolsillos de los menos favorecidos y que hacen doloroso su transitar por el nuevo año.
Las anteriores apreciaciones se fundamentan en la economía conductual y las finanzas conductuales, que son campos convergentes que aplica la investigación científica para explicar las tendencias del comportamiento de los consumidores en la época decembrina.
Las compras de esta época del año se amarran a la costumbre de la Navidad. El ciudadano, con la natural excepción a que pertenecen a los llamados pobres extremos, fundamentalmente compra por tradición, y los empresarios, comerciantes, lo entienden muy bien, por ello aprovechan todas las estrategias de mercadeo para atraer a sus negocios la mayor clientela posible, como se dice coloquialmente “cuadrar caja”.
En Navidad, los regalos comunes no son excesivamente necesarios, constituyen más bien un premio, una recompensa, un detalle, por eso se afirma que las estrategias del comercio que mejor funcionan son las que contienen mensajes emotivos con ocasión del fin de año, formando los llamados momentos de compra social y a veces compulsiva. *Economista, Phd en Filosofía con Orientación en Ciencias Políticas.