Trabajo no hay
Mientras el país desayuna, almuerza y come hablando de la crisis de credibilidad del Fiscal General de la Nación y del controversial video de Gustavo Petro, Colombia enfrenta grandes problemas que parecen estar escapándose de la atención general. El día de ayer amanecimos con cifras de desempleo que muestran un crecimiento bastante alto en comparación con los últimos años, llegando a un 9,1% según las estadísticas del Dane.
Para muchos la crisis económica del país no se siente o no le es palpable, pero lo cierto es que conforme a estas últimas cifras hay 142.000 personas más sin empleo, en comparación a las cifras de octubre de 2017. A este panorama hay que sumarle que hubo un incremento de personas que estando en edad para trabajar no tienen empleo y tampoco lo están buscando. Las más afectadas por el desempleo en el país, y lo dicen las cifras oficiales no las redes, han sido las mujeres.
En las ciudades las tasas más altas de desempleo las tienen, como era de esperarse, aquellas que se han visto notablemente afectadas por la pobreza, la inequidad y la violencia, como Quibdó (17,9%) y Riohacha (14,6%). Otras ciudades como Cúcuta –que se han visto afectadas por la crisis venezolana y esencialmente por la ausencia de un apoyo institucional robusto que permita la integración de los migrantes en la economía nacional– tiene la segunda tasa de desempleo más alta del país, correspondiente al 15,9%. Parece que las fórmulas que se han planteado en cuanto a la ley de financiamiento no generan consensos, porque a pesar de que el gobierno le apunta a darle un impulso al sector empresarial todos coincidimos en que esto no puede resultar afectando a la economía de los hogares colombia- nos. Se han llegado a acuerdos de última hora que buscan darle viabilidad a la ley de financiamiento presentada por el gobierno, que tiene como objetivo contrarrestar el déficit fiscal de 14 billones de pesos y darle un aire a la economía colombiana que está evidentemente afectada desde todos los ángulos. Nadie sabe si esto será un alivio o una pesadilla, pero la discusión se debe dar y los ajustes que se tengan que hacer deben ir de la mano del crecimiento y la consolidación de la economía colombiana.
La mayor necesidad que tiene el país es la generación del empleo, por todas las razones posibles, pero específicamente porque la reintegración no será posible si quienes se reincorporan a la vida civil no pueden tener un plan de vida, porque Colombia tiene que generar espacios para colombianos y migrantes, y finalmente porque nuestra economía no puede seguir concentrada en la explotación de los recursos naturales. Todo esto, claro está, no será posible sin la formación de capital humano que tenga acceso a educación de calidad y sin que la corrupción deje de dilapidar el futuro de los colombianos.