¿Y Odebrecht?
Colombia ni siquiera tiene derecho a la nostalgia porque nos condenaron a un pasado perpetuo. No existe un ayer mejor ni mucho menos un mañana. Es un vacío constante de injusticia, desigualdad y corrupción. Es esa misma clase política, esos mismos empresarios, esa misma élite.
Jorge Enrique Robledo, Gustavo Petro y Angélica Lozano plantearon varios cuestionamientos y presentaron diferentes hechos con respecto al caso de Odebrecht en la plenaria del Senado. Néstor Humberto Martínez participó en el debate. No respondió a ninguno de los planteamientos. Por el contrario, se basó en ambigüedades como Dios, la moral, el honor y su supuesto excelente trabajo como fiscal. Ahora, le pregunto: ¿Cuál honor? ¿Cuál moral? ¿Cuál Dios? Además afirmó su posición de poder. Confirmó el seguimiento a los opositores y lo que les espera si lo siguen señalando. Las instituciones están controladas por un establecimiento que dejó en claro quiénes son los que mandan.
A todas estas, mientras vivimos uno de los escándalos de corrupción más alarmantes de nuestra historia contemporánea, un escándalo que aparentemente involucra a muchos de la clase política tradicional, al mismo fiscal, entre otros personajes de la vida pública, las cortinas de humo no se hacen esperar.
Así que los titulares de la semana no se basan en la desfachatez de un fiscal que tiene que renunciar, si no en un video que sacó a la luz pública una senadora que evidentemente defiende a ese fiscal que le debe varias respuestas a la ciudadanía y a la justicia.
Los hechos no son relevantes. Lo verdaderamente importante es el senador progresista que aparece en un video de hace 14 años recibiendo un dinero. Aunque no hay claridad en el asunto, y Petro debe responder por dichos acontecimientos, es inaceptable que el escándalo de Odebrecht sea invisibilizado por otros sucesos. Aquí lo principal es que el país es carcomido por una clase política clientelista y corrupta. Las instituciones están a disposición de ellos. Lo público y lo privado se encuentran. Y la verdad quiere ser borrada y manipulada.
El punto no es desviar la atención, es responder a lo principal. ¿Qué hacían Iván Duque y Óscar Iván Zuluaga en la reunión con Duda Mendoça en Brasil? ¿Por qué entró plata de Odebrecht a la campaña de Zuluaga en 2014? ¿Por qué Juan Manual Santos no es claro con respecto al dinero que entró a su campaña en 2010 y 2014 de la multinacional brasileña? ¿Álvaro Uribe no supo nada de ambas campañas? ¿Por qué Sarmiento Ángulo no especifica qué sucedió con Navelena, la Ruta del Sol, Corficolombiana y Odebrecht? ¿Por qué Néstor Humberto Martínez no acepta su inhabilidad en el caso Odebrecht? ¿Por qué lo pusieron en la Fiscalía a pesar de saber que no era apto para el cargo? ¿Precisamente eso era lo que querían? ¿Un fiscal que les sirviera para encubrir?
Las preguntas son interminables y no llega ninguna respuesta. Por ahora, ignorar las cortinas de humo y exigir la verdad son nuestros únicos objetivos.