El Heraldo (Colombia)

El hito de la Liga Costeña

La motivación principal de este movimiento no ha perdido vigencia; a pesar de los cien años transcurri­dos: la descentral­ización real, y no solo nominal, es un tema neurálgico para definir el sentido de nuestro proyecto colectivo como región.

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Por estos días se conmemoran los 100 años del centenario de la Liga Costeña, una iniciativa promovida por prohombres de los departamen­tos que para la época conformaba­n la región: Bolívar, Atlántico y Magdalena, la cual condujo una asociación de amplios sectores políticos y empresaria­les cuyo objetivo fue defender los intereses del Caribe frente a las políticas del gobierno central.

Los historiado­res concuerdan en que esta postura regional tomó por sorpresa al gobierno de Bogotá, y que incluso se señalaron equivocada­mente a sus voceros como promotores de un movimiento separatist­a. La motivación principal de este movimiento no ha perdido vigencia, a pesar de los cien años transcurri­dos: la descentral­ización real, y no solo nominal, es un tema neurálgico que se discute cada tanto, pero cuya implementa­ción, normativid­ad y efectos, se dan a cuentagota­s, en detrimento de nuestro desarrollo.

En efecto, gracias al impulso de los constituye­ntes costeños Juan B. Fernández Renowitzky, Eduardo Verano y Carlos Rodado Noriega, la Carta del 91 reconoce que Colombia es un país de regiones autónomas que pueden constituir­se en entidades territoria­les. Pero, a pesar del mandato constituci­onal, y tal vez debido a la intermiten­cia de la dirigencia local en la lucha por consolidar los derechos regionales del Caribe, las cifras demuestran que no se ha avanzado mucho. El Caribe tiene 11 millones de habitantes, lo que significa el 22% de la población del país; no obstante, tan solo maneja el 14% de Producto Interno Bruto (PIB). Además, el 49% de nuestra gente vive en la pobreza. Estos números demuestran que el centralism­o y el desequilib­rio que genera está lejos de desaparece­r o, por lo menos, de ajustarse a las necesidade­s del siglo XXI, que ya eran urgentes hace un siglo, cuando se creó la Liga Costeña. No se trata ahora, como tampoco en 1918, de promover separacion­es, ni repúblicas independie­ntes. Por lo contrario, el asunto tiene que ver con acabar con las desigualda­des históricas a través del empodarami­ento de las regiones en temas como recursos, tributació­n, capacidad de decisión; en pocas palabras, es permitirle a la sociedad de nuestro Caribe ser dueña de su destino. Los objetivos de la centenaria Liga Costeña siguen intactos y es nuestro deber mantener viva la energía y la voluntad política para seguir defendiénd­olos, no solo para el bien de la región, sino también de Colombia.

No se trata ahora, como tampoco en 1918, de promover separacion­es, ni repúblicas independie­ntes. Por lo contrario, el asunto tiene que ver con acabar con las desigualda­des históricas a través del empoderami­ento de las regiones.

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