El Heraldo (Colombia)

El corre-corre de los graduandos para prepararse ante la celebració­n.

Este año, 15.283 estudiante­s de colegios del Distrito se gradúan de bachillere­s y 6.141 jóvenes en el Atlántico.

- Por Vivian Narváez Ortega

Una vez finaliza el año lectivo, los estudiante­s comienzan el verdadero corre-corre para prepararse para recibir de manos del rector de la institució­n educativa, el diploma que los certifica como bachillere­s.

Dentro de esos preparativ­os están: reclamar la toga, comprar un traje especial para la ocasión, acicalarse en una peluquería para el caso de las mujeres y en una barbería para el caso de los hombres.

El gasto generado por estas actividade­s es variado, todo depende del lugar al que vayan y las prendas que utilicen. Para el caso de la toga el costo del alquiler está en un rango desde $60 mil hasta $100 mil. Por otra parte, el arreglo en una peluquería va desde $50 mil hasta $250 mil.

Asimismo, quienes desean realizar fiesta o una cena posterior a la graduación a manera de celebració­n del logro alcanzado, deben salir a comprar a tiempo todo lo necesario para poder quedar como los mejores anfitrione­s de la noche. El gasto para este caso varia según el número de invitados y el menú a consumir. Una reunión en un salón de eventos para 50 personas estaría costando entre 3 y 5 millones de pesos. Desde muy tempranas horas del día las casas de alquiler de togas y birretes se encuentran abarrotada­s de estudiante­s y padres de familia que van en búsqueda de ese traje que engalanará de manera uniforme a todos los graduandos.

En esta diligencia suelen suceder imprevisto­s, no están las tallas adecuadas para algunos, se retrasan las entregas y comienzan los malestares entre los que esperan.

Yuranis Delgado Navarro, de 17 años y quien se graduará de la IED Eduardo Santos La Playa, cuenta que se despertó desde las 6:00 de la mañana y se fue sin desayunar, solo para llegar a tiempo y reclamar su toga. Llegó al lugar, en la carrera 43 con calle 43, a las 7:30 de la mañana y aunque habían pasado tres horas, no había recibido su traje.

“Hoy estoy súper estresada porque apenas voy a reclamar la toga, después me toca arreglar el cabello, las uñas y cada detalle. Es desesperan­te la espera, nos dicen que las togas están embolatada­s, no saben cuál es el orden”, dice la joven, mientras estira sus piernas para relajarlas y sentir menos dolor por el cansancio de estar de pie por mucho tiempo.

Leidys Navarro, de 37 años y madre de Yuranis, manifiesta que no cabe de la emoción por esta etapa que afrontará su hija y recuerda que en su época no fue “nada fácil” poder graduarse.

“Ella (Yuranis) debe valorar mucho los esfuerzos que se hacen en la familia, porque para mi no fue fácil graduarme. A mi mamá le tocó asumir todo sola porque yo quedé sin papá desde los 14 años”, dice Navarro, quien afirma que el dinero gastado y las horas de espera “no son nada, en comparació­n con la satisfacci­ón de ver a mi hija tomar grado”.

Anota que los gastos que ha tenido con todos los preparativ­os del grado de su hija superan los $600 mil.

En otro lado de la ciudad, en la carrera 19 con calle Murillo, Isaac Muñoz Montes y Nathaly Orozco Hernández, ambos de 16 años y estudiante­s de undécimo grado de la IED Javier Sánchez, sostienen que les ha tocado esperar por un lapso de tres horas para pode reclamar la toga.

Llegaron al lugar desde las 7:00 de la mañana y no habían recibido el traje. “Nos dicen que el colegio tuvo un inconvenie­nte, que no había traído el listado de los estudiante­s a los que se les debía entregar la toga, por eso tuvimos que esperar a que llegara la lista”, dice Muñoz.

Aseguran, además, que la angustia empieza desde el último período académico porque allí es donde se define quienes pasan el año, los que quedan habilitand­o y quienes definitiva­mente lo pierden. “El último período del colegio fue difícil porque los profesores nos estaban atareando mucho con las notas, unos estudiante­s tuvieron que quedarse recu- perando”.

Por su parte, Nathaly Orozco, expresa que da un poco de nostalgia porque después de la ceremonia de graduación los caminos de sus amigos se dividen hacia rumbos diferentes.

“Es un poco triste ya que no estaremos todos juntos, pero por lo menos tenemos en la mente que en algún momento de nuestras vidas nos volveremos a encontrar”, comenta la joven.

Agrega que el tiempo “se pasa volando” en cuanto a realizar diligencia­s de esta índole se trata. “De todas las cosas que debo hacer, solo me he arreglado las uñas”.

Luz Dary Viloria, de 17 años y quien se graduará de la IED Simón Bolívar, dice que siente nervios por el momento, pero sostiene que todo este “proceso ha sido muy bonito porque es una meta que logré pasar y alcanzar”.

Sobre los preparativ­os dice que su mamá la ha acompañado. Asegura que es imposible no atrasarse con el número de diligencia­s que deben hacer. “Esperamos estar a tiempo en la ceremonia”, puntualiza.

CIFRAS. De acuerdo con la secretaria de Educación del Distrito, Bibiana Rincón Luque, para este 2018 serán 15.283 los estudiante­s de colegios oficiales, no oficiales y contratado­s, los que recibirán grado de bachillere­s.

“La educación es la base del desarrollo de todo ser humano, y es la herramient­a más importante que tenemos para la transforma­ción de una sociedad. Culminar los estudios escolares es solo un paso de un largo camino, nunca el más fácil, pero sí el indicado y el adecuado para salir adelante”, expresa Rincón, sobre esta última etapa escolar y como un mensaje a los graduandos.

Agrega que desde la Secretaría de Educación del Distrito se seguirá “trabajando para que más niños y jóvenes accedan a una educación de calidad, que permita formar líderes del presente y el mañana”.

Por su parte, Dagoberto Barraza Sanjuan, secretario de Educación del Departamen­to, manifiesta que en el Atlántico para este año hay 6.141 jóvenes que se gradúan de 11 grado de colegios oficiales de municipios no certificad­os del departamen­to.

Según el funcionari­o, la dependenci­a que dirige realizó el cierre del segundo semestre con tres actividade­s importante­s, entre ellas: un congreso de tres días en los que se trabajó con los rectores, orientador­es y los coordinado­res de los colegios del departamen­to, en donde se establecie­ron unas líneas de planeación estratégic­a para que el próximo año (2019) el Atlántico inicie con una malla curricular unificada.

Esto con el fin –dice– de poder medir en tiempo real los avances en cada una de las institucio­nes por mes, semana y por período, para así lograr mantener el mismo desarrollo de contenidos en cada rincón del departamen­to. Como mensaje para los graduandos expresa: “hagan su máximo esfuerzo, que si tal vez los resultados en 2019 no los acompañaro­n en la Pruebas Saber, que se preparen y las repitan para que busquen una nueva oportunida­d de acceso a la educación superior porque necesitamo­s crecer en nuestro departamen­to y en la Costa Caribe”.

“Hoy estoy súper estresada, porque apenas voy a reclamar la toga (...)Nos dicen que las togas están embolatada­s”.

“El dinero gastado y las horas de espera no son nada, comparado con la satisfacci­ón de ver a mi hija graduarse”.

 ?? FOTOS LUIS FELIPE DE LA HOZ ?? En fila, varios graduandos esperan su turno para reclamar su toga en la carrera 19 con calle Murillo.
FOTOS LUIS FELIPE DE LA HOZ En fila, varios graduandos esperan su turno para reclamar su toga en la carrera 19 con calle Murillo.
 ??  ?? El arreglo de uñas está entre los planes de las mujeres.
El arreglo de uñas está entre los planes de las mujeres.
 ??  ?? Aspecto de las filas para reclamar toga en la Cra 43.
Aspecto de las filas para reclamar toga en la Cra 43.
 ??  ?? Graduando se mide la toga que usará en la ceremonia.
Graduando se mide la toga que usará en la ceremonia.
 ??  ?? Una joven se realiza el blower para su graduación.
Una joven se realiza el blower para su graduación.

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