El temor de los líderes sociales
Muy preocupado quedó el relator especial de los DDHH de la ONU, Michel Forst, luego de visitar varias regiones del país y comprobar la alarmante situación de los defensores de derechos humanos en Colombia.
Muy preocupado quedó el relator especial de los DDHH de la ONU, Michel Forst, luego de visitar varias regiones del país y comprobar la alarmante situación de los líderes sociales y los defensores de derechos humanos en Colombia.
Y no es para menos. Entre el 1 de enero de 2016 y el 22 de agosto de este año han sido asesinados 343 líderes sociales en el territorio nacional, sin que hasta la fecha las autoridades hayan dado con los culpables ni mucho menos identificado sus motivaciones. Es justificada la preocupación del relator especial, no solo porque pudo constatar el temor que sienten los líderes en las regiones, incluso por las posibles represalias que pudieran sobrevenir de sus reuniones con él, sino por la ausencia de una política pública dedicada exclusivamente a esta problemática. La situación exige emprender acciones integrales que vayan más allá de la investigación de rigor de cada caso, para lo cual habría que asumir que hay un carácter sistemático en estos asesinatos y en las amenazas que sufren a diario cientos de civiles en una gran parte del territorio nacional.
La ministra del interior, Nancy Patricia Gutiérrez, abraza la tesis de que los crímenes no tienen una causa común, y que más bien se deben a múltiples factores, por lo cual no es posible hablar de un exterminio. Esta hipótesis contrasta con la convicción del director de la Unidad Nacional de Protección, UNP, Pablo Elías González, para quien el asesinato de los líderes sociales en Colombia tiene todas las condiciones para ser considerada un exterminio sistemático. Esta última postura es la que precisamente las víctimas de esta tragedia –los familiares de los asesinados y los líderes que temen por sus vidas– le manifestaron al señor Forst durante los 10 días en los que recorrió el país; y es la misma que el alto funcionario incluirá en su informe y en sus recomendaciones, luego de discutirlas en su reunión con el presidente Duque. Tiene todo el sentido del mundo tener en cuenta, como factor primordial de cualquier acción que se emprenda para proteger la vida de los líderes y activistas, lo que cuentan, lo que intuyen y lo que saben, en lugar de persistir en teorías que desconozcan la realidad de lo que sucede. Porque el peligro no ha cesado, porque siguen asesinando colombianos y colombianas inermes por el hecho de defender los derechos de sus comunidades, porque no se puede permitir que el nuestro sea un país en el cual el miedo, el crimen y la venganza le van ganando la batalla a la paz, la reconciliación y la esperanza. Esperamos que el diagnóstico de la ONU, en cabeza del relator especial Forst, derivado de sus conversaciones directas con los ciudadanos que están en peligro, les sirva a las autoridades como herramienta para erradicar de tajo esta realidad tan vergonzosa y atroz.
Tiene todo el sentido del mundo tener en cuenta, como factor primordial de cualquier acción que se emprenda para proteger la vida de los líderes y activistas, lo que cuentan, lo que intuyen y lo que saben.