Puntos que saltan a la vista
La disminución del gasto público se convierte en factor equilibrante cuando se ha producido la reducción de impuestos al sector productivo, y al mismo tiempo en factor nivelador del déficit fiscal y del desajuste presupuestal.
Un equipo de estudiosos harían un boceto del colosal programa de explotación agropecuaria, minera y de riqueza petrolífera, que incluye un macro estudio de ayuda tecnológica, crediticia, de asesoría y que nos permita, en corto plazo, hacer exportaciones de insumos, alimentos, minerales, ganadería. Y de este modo con sus divisas y trueques, traer tecnología.
Al mismo tiempo, creo de gran importancia para el país, instaurar convenios con compañías multinacionales para la construcción de represas, carreteras, procesadoras de industria pesquera y ganadera, incluyendo ensambladoras de equipos mecánicos, para la agricultura y electrodomésticos, que vendrían a convertirse en grandes centros de producción que darían la otra respuesta al galopante desempleo.
A continuación, comparto un estudio realizado desde mi ventana, aunque no siempre se posee emocionalmente la realidad que se quiere proyectar, espero plasmarla de la mejor manera: la liquidez está fuertemente erosionada en la nación entera: mientras que los bancos represan los dineros mediante la negación de los créditos como medida antiinflacionaria, los grandes grupos financieros hacen captaciones de dinero del orden de los $800,000 millones de pesos.
Ahora, creo que si algún día se invierten todos estos factores, tendremos muy pronto una riqueza más equitativamente repartida, una industria menos ahogada, un comercio menos angustiado y desarrollo urbano y rural más acorde con el momento histórico.
Más que vocación agrícola, Colombia y todos los países del mundo deben volver los ojos hacia los desolados campos, hacia la tierra feraz y olvidada, hacia los surcos hambrientos de arado, hacia los montes, valles y llanuras que estallan de fecundidad y que solo esperan el paso del hombre para hacer brotar el alimento.
Otro enfoque me haría caer en la necesidad de suprimir de la pantalla chica, toda cinta y programa de contenido trágico, violento y sexual: nuestras producciones artísticas, fiel trasunto de nuestra vida cotidiana, que no llevan otro mensaje más que dolor, llanto y tristezas.
Mientras que la pantalla grande en sus más bestiales escenas de prostitución y el más refinado festín de violencia, sacrifican en satánico holocausto, la integridad mental y moral de nuestros adolescentes, saltando talanqueras de censura e indicadores de la fragilidad infantil.
La apertura económica, fenómeno de proyección universal para los países libres, ha estimulado la formación de bloques de naciones que guardan entre sí, proximidad geográfica, afinidad de idiosincrasia o identidad de intereses económicos.