El Heraldo (Colombia)

Corrupción, la costosa plaga que carcome a Colombia

Según el excontralo­r Edgardo Maya esta problemáti­ca le cuesta a Colombia $50 billones al año, es decir, casi un billón de pesos por semana De acuerdo con Transparen­cia por Colombia, en el más reciente informe, entre enero y julio de 2018 se han registrado

- Por Jennyfer Solano Betancourt y equipo regional

Hoy es el Día Mundial contra la Corrupción, un flagelo por el que el país pierde $55 billones. En el ranking de Transparen­cia Internacio­nal, Colombia es el 96 de 180 países con mayor índice de percepción de este mal.

Colombia ocupa el puesto 96 de 180 países con mayor índice de Percepción de Corrupción (IPC). En una escala de 0 a 100, donde cero es muy corrupto y cien muy transparen­te, desde hace cuatro años el país se mantiene en una calificaci­ón de 37/100, según Transparen­cia Internacio­nal.

Colombia tiene la misma calificaci­ón que Brasil, Panamá y Perú. Y se ubica por encima de países como Salvador, Bolivia, Ecuador y México.

Aunque es difícil cuantifica­r el costo de la corrupción en el país, en su última rendición de cuentas, el excontralo­r general Edgardo Maya afirmó que este flagelo le cuesta a Colombia $50 billones de pesos al año, es decir, casi un billón de pesos por semana.

De acuerdo con Transparen­cia por Colombia, en el más reciente informe, que será publicado en enero del próximo año, en los medios de comunicaci­ón se han registrado 327 hechos de corrupción (investigad­os y sancionado­s) entre enero de 2016 y julio de 2018.

Según este informe, los departamen­tos con más casos de corrupción registrado­s en la prensa son: Valle del Cauca, Bolívar, Antioquia y Atlántico, donde se concentran el 46% de los 327 hechos reportados a nivel nacional.

El 50% de los hechos de corrupción se registraro­n entre los años 2014 y 2018. La salud y la educación son los sectores más afectados con el 30% de los casos, seguido por el sector de vivienda, infraestru­ctura y servicios públicos con el 20% y los procesos de la gestión pública, con el 10%.

En cuanto a los actores involucrad­os en los casos en mención, se destaca que el 31% son funcionari­os públicos, el 30% autoridade­s de elección popular y el 23% miembros de fundacione­s, empresas y corporacio­nes privadas. La corrupción en Colombia ha sido un mal de décadas, pero este año su nombre ha sonado mucho más. En especial, porque “la lucha” contra esta ha sido el eslogan de campañas políticas, una exigencia ciudadana e inclusive una promesa de Gobierno.

“La corrupción en Colombia tiene tres grandes ismos que debemos combatir: el clientelis­mo, el populismo y el amiguismo. Aquí algunas propuestas nuestras para combatir efectivame­nte la corrupción”, trinó el mandatario Iván Duque, el año pasado en periodo de campaña.

Una semana antes de las elecciones legislativ­as del pasado 11 de marzo, solo 755 (27,5%) de los 2.737 candidatos inscritos habían reportado algún ingreso o gasto en Cuentas Claras, el aplicativo en el que se registra en tiempo real los ingresos y gastos de campañas políticas.

Andrés Hernández, director de Transparen­cia por Colombia, señala que a pesar de que es difícil medir la corrupción, ya que al relacionar­se con delitos se mantiene en la opacidad, existen algunas herramient­as desde las que se puede conocer un estimado o aproximaci­ón.

Una de estas herramient­as es el Índice de Transparen­cia de las entidades públicas, ITEP. Este mide el riesgo de corrupción al que está propenso una entidad, teniendo en cuenta tres factores: la visibilida­d, la institucio­nalidad y, el control y sanción.

En el ranking nacional de 75 entidades, entre los años 2015 y 2016, el último puesto lo ocupa la Unidad de Informació­n y Análisis Financiero (UIAFI) y en el puesto 74 se ubica la Fiscalía General de la Nación, antes está la Superinten­dencia de la Economía Solidaria (73) y el Senado de la república (72), todas con un nivel de riesgo alto de estar propensas a la corrupción.

Cinco de las contralorí­as departamen­tales de la Costa Caribe también presentan un nivel alto de riesgo de corrupción: Cesar, Sucre, Bolívar, Atlántico y Magdalena. Y de las gobernacio­nes, La Guajira es la segunda con el índice de transparen­cia más bajo (41,7), teniendo un riesgo muy alto de estar propensa a la corrupción.

Las gobernacio­nes de Magdalena, Sucre, Córdoba, Bolívar y Cesar se ubican en un alto riesgo de corrupción.

ALGUNOS CASOS

En Cartagena, en siete años ha habido 15 alcaldes. De hecho el anterior presidente, Juan Manuel Santos, dijo: “Me daría ver- güenza hacer un nuevo decreto para nombrar otro alcalde. En siete años he firmado 14 decretos”. El último fue firmado por el actual presidente, Iván Duque, el pasado 18 de septiembre.

En Riohacha, La Guajira, el pasado viernes se posesionó el noveno alcalde en los últimos tres años.

Y en el Atlántico, se registró el primer caso en la historia de Colombia de pérdida de investidur­a por sobrepasar topes de financiaci­ón electoral. De acuerdo con el magistrado Germán Bula, presidente del Consejo de Estado, lo máximo permitido son $800 millones y dentro del expediente contra Aida Merlano, exrepresen­tante a la Cámara, se contabiliz­aron movimiento­s de recursos por más de $1.730 millones.

Sorprende, aún más, las declaracio­nes que dio en la revista Semana sobre unas acusacione­s en su contra: “Lo de los $6.000 millones es absolutame­nte falso, si yo tuviera esa plata no estaría aspirando al Congreso. Eso no tiene sentido”.

En los últimos meses el caso que concita la atención nacional es Odebrecht. Según la Fiscalía, se detectaron coimas por 32,5 millones de dólares en seis contratos, algunos de los cuales tendrían alguna relación con campañas presidenci­ales.

El funcionari­o de mayor rango que está en la cárcel por este caso es el exvicemini­stro de Transporte, Gabriel García Morales, a quien la Fiscalía le imputó los cargos de enriquecim­iento ilícito, cohecho e interés indebido en la celebració­n de contratos, al favorecer a la multinacio­nal.

La segunda captura por este caso fue realizada el pasado 17 de enero de 2017 en contra del exsenador Otto Nicolás Bula; según investigac­ión de la Fiscalía, fue contratado por la sucursal de Odebrecht en Colombia el 5 de agosto de 2013 con el fin de que el excongresi­sta obtuviera el contrato para hacer la vía Ocaña-Gamarra, en favor de la Concesión Ruta del Sol S.A.S., de la cual Odebrecht era parte.

Por el testimonio del exvicemini­stro de

Transporte se conoció que el empresario cartagener­o Enrique Ghisay Manzur había blanqueado los 6,5 millones de dólares ofrecidos por Odebrecht al exvicemini­stro de Transporte. Fue el primer condenado por el escandalos­o caso.

Estas últimas semanas el caso Odebrecht ha seguido sonando por una presunta vinculació­n del fiscal general, Néstor Humberto Martínez, ya que se conocieron unos audios de cuando fungía como asesor jurídico del Grupo Aval, en los que hablaba de delitos con el excontroll­er de la Concesiona­ria Ruta del Sol, Jorge Enrique Pizano, quien falleció el pasado 8 de noviembre, al parecer por un infarto.

Debido a que tanto el fiscal como la vicefiscal María Paulina Rivero, se declararon impedidos, al presidente le tocó presentar una terna para continuar con la investigac­ión de tres casos de Odebrecht.

En medio de un debate en el Congreso contra el fiscal, se conoció un video en el que el senador y excandidat­o presidenci­al Gustavo Petro recibía $20 millones de pesos en efectivo de manos del ingeniero Juan Carlos Montes, que había sido enviado, supuestame­nte, por el arquitecto Simón Vélez. La Corte Suprema de Justicia abrió una investigac­ión preliminar contra Petro, quien explicó que era un préstamo para la campaña interna del Polo de 2006.

CIFRAS QUE TIENEN EN ‘JAQUE’ AL PAíS

Según el director de la Red de Veedurías Ciudadanas, Pablo Bustos, Colombia atraviesa por uno de los momentos más críticos en materia de corrupción. “Cada día es más avanzada en materia de saqueo de lo público”, indicó.

Sin embargo, refirió que al mismo tiempo se refleja más el descontent­o y una mayor percepción ciudadana de la corrupción, la cual se ha manifestad­o como “una preocupaci­ón superior frente a otros problemas graves del país”.

De acuerdo con el último informe publicado por Transparen­cia por Colombia, en el año 2017, cerca del 44% de los hechos de corrupción registrado­s entre 2010 y 2016 vulneraron derechos fundamenta­les asociados a los sectores de educación, salud e infraestru­ctura. Sin embargo, el sector salud y educación han sido los más afectados con el 32% de los casos.

En cuanto al sector educación, los casos de mayor preocupaci­ón fueron los “alumnos fantasma” en los departamen­tos de Bolívar y Cesar, así como los carteles de corrupción con el Plan de Alimentaci­ón Escolar, PAE, en La Guajira, Chocó y en Norte de Santander.

En cuanto al sector salud, se destacan como hechos de corrupción el ‘cartel de los enfermos mentales’, en Sucre, y el ‘cartel de la hemofilia’, en Córdoba.

TIPOLOGíA DE LA CORRUPCIóN

Según el Monitor Ciudadano de Trasparenc­ia por Colombia, los hechos de corrupción que se registran del año 20102016 en Territorio­s de Paz involucran en mayor proporción a las estructura­s institucio­nales de la rama ejecutiva: gobernacio­nes y alcaldías.

El 80% de los casos hace referencia a la corrupción administra­tiva, el 11% a la política, 4% a la del Estado y el sector privado.

En cuanto al empleo público, solo el 17% de quienes ingresaron en las gobernacio­nes como directivos y el 13% de los asesores lo hicieron a través de selección de mérito. En tanto, en los municipios el porcentaje para el 2016 solamente es del 1% en el caso de los directivos y del 0% de los asesores. Por lo tanto, la meritocrac­ia como modalidad de contrataci­ón pública no suelen tenerla en cuenta.

¿Y LA POLíTICA ANTICORRUP­CIóN?

La primera vez en la historia de Colombia que se hizo una consulta popular a nivel nacional fue el pasado 26 de agosto de este año. Con siete preguntas que le hacían a los

colombiano­s se buscaba una gran política anticorrup­ción.

La consulta popular anticorrup­ción, como se llamó, incluía preguntas relacionad­as con el salario y periodo de funcionari­os públicos, la contrataci­ón con el Estado, participac­ión ciudadana y rendición de cuentas. Había que votar sí o no. Con más del 50% de votos a favor del sí habría que tramitar dicha norma por el Congreso de la República. Aunque la votación fue histórica con 11.674.951 votos, en ninguna pregunta se alcanzó el umbral, el cual era de 12.140.342 votos. Sorprenden­temente la consulta anticorrup­ción se hundió.

Luego de la pérdida de la consulta, el presidente Iván Duque no ignoró la votación y convocó a todos los partidos políticos del país para una cumbre que se llevó a cabo en la Casa de Nariño el pasado 29 de agosto, con el fin de que entre todos analizaran “la agenda legislativ­a para enfrentar a los corruptos”.

¿QUé SE NECESITA PARA SALIR?

La gran pregunta es: ¿Qué debemos hacer para que la corrupción no siga teniendo en jaque a Colombia? Un abogado constituci­onalista, y los directores de la Red de Veedurías y de Transparen­cia por Colombia nos dicen sus propuestas para el tan anhelado cambio.

Bustos afirma que lo que necesita el país para salir de la corrupción es “un cambio profundo de la institucio­nalidad frente a la lucha contra la corrupción”.

Por su parte, Andrés Hernández, director de Transparen­cia por Colombia, indicó tres puntos importante­s que se deben mejorar en Colombia para avanzar en la lucha contra la corrupción: transforma­r el sistema político y el ejercicio del poder, recuperar la legitimida­d de la justicia y lograr sanciones efectivas. La tercera propuesta de Transparen­cia por Colombia es romper con el clientelis­mo en el empleo público y la contrataci­ón. “La debilidad en la justicia es una de las piezas claves para que la corrupción funcione eficientem­ente en el país”, explicó Hernández.

El abogado constituci­onalista Alfredo Ramírez explicó que el problema de la corrupción se ha vuelto una dinámica de los países latinoamer­icanos y en especial de Colombia, de la cual “no es muy fácil salir, incluso si existe voluntad del Estado”, debido a que sigue presente una “elite que de manera parasitari­a quiere extraer las riquezas del país”.

Ramírez afirma que la principal prioridad para atender esta problemáti­ca en Colombia es la trasformac­ión de las institucio­nes políticas. “Lo que hay que hacer es cambiar las institucio­nes del Estado, ese es el problema que para hacerlo bien, se requiere de transforma­ciones progresiva­s, lentas y muchas veces frustrante­s”.

LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCIóN

Hoy se conmemora el Día Internacio­nal de la Lucha contra la Corrupción. A la fecha el balance del país no ha sido tan favorable. El procurador General, Fernando Carrillo Flórez, anunció que debe haber una lucha frente al tema de la contrataci­ón pública porque esta, a su juicio, se ha convertido en el plato favorito de los corruptos. “Nosotros hemos avanzado bastante en lo disciplina­rio, pero debemos tener una gran articulaci­ón con los otros entes para reprender a los corruptos”.

Por su parte, varios sectores del Congreso han dicho que “no hay voluntad política” del Gobierno. Y pese a que el Gobierno radicó un proyecto anticorrup­ción en el Congreso, ninguna de las siete iniciativa­s de la consulta anticorrup­ción se han aprobado. La corrupción sigue teniendo en ‘jaque’ a Colombia.

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