Tres días de duelo nacional por muerte de Belisario Betancur
Políticos, empresarios y personalidades del país se congregaron en la Academia de la Lengua para despedir al expresidente que falleció el viernes. El decreto del Gobierno ordenó izar a media asta el pabellón en los edificios públicos en los días de duelo.
BOGOTÁ. En el centro del deslumbrante paraninfo de la Academia Nacional de la Lengua reposaron los restos del expresidente Belisario Betancur Cuartas, quien falleció el pasado viernes, a los 95 años de edad.
El cuerpo del exmandatario estaba acompañado por cuatro austeros cirios, testigos mudos de una romería de personas que durante todo el día asistieron al lugar para darle el último adiós a quien el exministro de Gobierno, Jaime Castro, calificó como el último de los grandes políticos de la historia moderna del país.
Hacia las 9:29 de la mañana, en una camioneta azul oscuro de la Funeraria Gaviria, llegó el cuerpo del exmandatario, en medio de un sol resplandeciente que lo despedía con júbilo. Varios familiares y allegados esperaban en la puerta la llegada del carro fúnebre.
Se presagiaba un día agitado. Luego de las 10 de la mañana, el presidente Iván Duque llegó a la Academia, ubicada en la calle tercera con calle 17, en pleno centro de la capital, para visitar el cuerpo del exmandatario. Lo recibieron Dalita Navarro, sus hijos y nietos.
“Todos debemos reflexionar sobre el legado del expresidente Belisario Betancur, un hombre hecho a pulso y que siempre obró con profundo patriotismo en todas sus acciones”, expresó el jefe de Estado.
Luego, uno a uno, fueron llegando diversas personalidades de la vida nacional, con rostro adusto, unos, y tristes, otros.
Entre tanto, el ataúd del expresidente, de madera fina y de color café ocre, reposaba en la mitad del recinto, como mirando de refilón a las más de 10 esculturas de filósofos griegos que lo auscultaban. Una escena literaria, como las que le gustaban al expresidente, muy dado a la poesía y a las artes en general.
Paula Gaviria, la nieta mayor del exmandatario, estuvo solícita a los visitantes de su abuelo. Salió, después del mediodía, a atender a la decena de periodistas, apostados en las afueras del lugar, ya que la familia quería privacidad en este momento aciago.
Sin embargo, dio las gracias a los colombianos que le habían expresado su cariño y sentido pésame por la partida del expresidente.
“En nombre de la familia queremos agradecer todas las manifestaciones de cariño, de afecto, de reconocimiento; se nos fue un hombre ejemplar, un colombiano que soñó apasionadamente con la paz de Colombia, pero también se nos fue un gran abuelo y un gran papá”, acotó Gaviria, quien hasta hace unos pocos años asumió el cargo de directora de la Unidad de Víctimas.
“Donde esté estoy segura que las está recibiendo, muchísimas gracias en nombre de toda la familia”, manifestó la nieta mayor del exmandatario.
VIEJOS AMIGOS. Lo acompañaron viejos amigos del exmandatario, uno de ellos su ministro de Gobierno y amigo, Jaime Castro, quien tuvo que afrontar la aciaga época de la toma y retoma del Palacio de Justicia, en pleno gobierno de Betancur Cuartas.
“Él fue el último de los grandes. Produce sentimientos, en principio encontrados, de un lado de dolor y de pesar, pero también de orgullo como colombianos, porque lo debemos sentir así en la medida en que contamos con un hombre, un estadista y un presidente de calidades excepcionales”, apuntó Castro.
Más temprano había acudido el exconstituyente y líder indígena del Cauca, Lorenzo Muelas, una de las nuevas figuras de la construcción de la Constitución Política de 1991.
Él aseguró que venía a despedir al presidente que tuvo en su agenda el bienestar de las comunidades indígenas.
“Es el único presidente que ha podido llegar el 11 de noviembre de 1982, convocado por la autoridad guambiana, en cabeza de Avelino Veragua, para que nos reconociera el territorio indígena, la autoridad indígena y la jurisdicción indígena”, relató Muelas con su tradicional vestido indígena.
Y entre figura y figura que llegaban al lugar del sepelio, la gente, familias con niños, e incluso mascotas, que tuvieron que quedarse afuera esperando a sus amos, subieron las escalinatas de la Academia, para ver, de primera mano, el féretro de Betancur.
También acudieron viejos partidarios políticos que contaban a la salida del lugar que habían votado por el presidente Betancur, porque era un hombre sencillo y dado a la amistad.
La hora de visita llegó a su fin, a las 5:30 p.m. Tres horas antes, Dalita, su segunda esposa, junto con su familia y amigos, partieron sin pronunciar palabra. Un momento de dolor y de agradecimiento por la vida y obra de este presidente que también fue intelectual e hijo de arrieros, amante del aguardiente y el Bourbon, de Julio Jaramilllo y de Duck Ellington.
Las exequias del expresidente Betancur se cumplirán hoy, a la 1 p.m., en la capilla del Gimnasio Moderno. Luego, el cuerpo del exmandatario será trasladado a los Jardines del Recuerdo, donde será sepultado, como fue su deseo.