Oportunidad
Con el escándalo de Odebrecht, Colombia está desaprovechando una excelente oportunidad para enviar al mundo un mensaje contundente contra la corrupción. Establecer todas las responsabilidades, procesar a todos los protagonistas y condenar a todos los culpables debería ser la gran lección que deje al país las investigaciones sobre los sobornos y las coimas pagados por la multinacional brasileña en Colombia. Por desgracia, nada de eso sucede en estos momentos. Así como el país desaprovechó el Proceso 8.000 para enviar un mensaje demoledor a la clase política nacional, que respiró satisfecha con la absolución de Samper, con Odebrecht los pesos pesados vinculados al escándalo se sienten tranquilos, porque saben que el brazo de la Justicia no los tocará. Al menos por ahora.