El Heraldo (Colombia)

¡Cabeza en alto!

Junior jugó anoche un buen partido en Curitiba ante el Atlético Paranaense, pero cayó 4-3 en penales y perdió el título de la Copa Sudamerica­na. El duelo en 120 minutos de juego terminó igualado 1-1.

- Por Rafael Castillo Enviado especial

Puede sonar a consuelo de tontos o a conformism­o, pero, como dice su tradiciona­l canción (el Cumbión), “Barranquil­la (el Caribe y Colombia) tiene que estar orgullosa, de su Junior bravo, que toca y la toca, que juega bonito...” y al que solo le falta mejorar su puntería en los penales... Es la realidad. Este equipo hace casi todo perfecto, menos ese benditos penales. ¡Qué dolor! ¡Qué pena-l!

Los rojiblanco­s fueron superiores al Atlético Paranaense en los dos partidos de la final de la Copa Sudamerica­na, pero el equipo brasileño terminó levantando el trofeo por la falta de tino de los Tiburones a la hora de los cobros desde los doce pasos. En el alargue y en la resolución por esa vía.

Jarlan Barrera, en el minuto 20 del alargue, tuvo la oportunida­d para sellar el triunfo y evitar la definición con tiros desde el punto blanco, pero, al igual que pasó con Rafael Pérez en la agonía del partido de ida en Barranquil­la, que concluyó 1-1, desperdici­ó el cobro. Su tiro salió por encima de la portería, demasiado desviado. Ese penalti era la oportunida­d de sentenciar un juego en el que Junior había dominado completame­nte con calidad y garra. Solo había faltado precisión a la hora de definitr las diversas opciones de gol que se presentaro­n. El partido estaba 1-1 después de que Pablo abriera el marcador para los rojinegros y luego de que Teófilo Gutiérrez igualara para los visitantes.

Así concluyó tras los 90 minutos y así se mantuvo en los 30 minutos de alargue.

El cobro desde el punto blanco, sancionado por el árbitro chileno Roberto Tobar en una falta clara de Santos sobre Yony González, era la posibilida­d inigualabl­e de acercarse al trofeo de campeón, pero se extendió el infortunio y la racha sin la frialdad y capacidad para aprovechar esas ejecucione­s en un momento cumbre.

Atlético Paranaense salió a tratar de meter a Junior contra su portería. Con el incansable aliento de su hinchada, que nunca deja de gritar y corear, los rojinegros se estrellaro­n contra unos rojiblanco­s concentrad­os y firmes, que no daban ventajas.

Más allá del bullicio del público local ante cualquier acercamien­to, con o sin peligro, la realidad es que los Tiburones, imprecisos para apoderarse del balón, no fallaban a la hora de marcar en su área.

Había más ‘Furacao’ (Huracán) en la tribuna que en la cancha. Junior supo contrarres­tar las ganas y afán de los anfitrione­s por querer sacar partido de la cancha sintética mojada. De hecho, los dirigidos por Julio Comesaña se acomodaron rápidament­e y a los 13 minutos ya Jarlan Barrera había intentado patear al arco de Santos.

Viera solo tuvo que exigirse a fondo ante un fortísimo remate de uno de los jugadores más desequilib­rantes del Atlético, Renan Lodi. Tipico lateral brasileño, con salida, velocidad y gambeta, Lodi trató de penetrar por la izquierda. Era constante punto de apoyo.

Cuando Junior se veía bien en la cancha, sin correr demasiados riesgos y la presión de la torcida aflojaba un poco (solo un poco), llegó el gol de Pablo. Nace en lo que parecía un inmejorabl­e contragolp­e de Junior, pero el pase profundo que ejecutó Jarlan se chocó con las piernas de un defensor, el rebote quedó en poder de un atacante rojinegro, quien habilitó a Pablo, que entró solitario por el centro y definió certero ante Viera, que se esforzó y logró tocar la pelota, pero sin poder desviarla.

El gol hizo erupcionar de nuevo ese volcán de pasión que es la fanaticada del ‘Furacao’, pero Junior no se amilanó y comenzó a juntarse y a darse cuenta que podía llegar con peligro. Se alcanzaron a armar varias acciones ofensivas sin final feliz, pero 'el Tiburón' mostró que tenía dientes para morder en Curitiba.

Y se ratificó en todo el segundo tiempo. Junior contó con innumerabl­es situacione­s de gol, pero careció de exactitud en la puntada final. Una y otra vez visitó la portería de Santos sin que pudiera convertir el segundo. Lo merecía, pero no aprovechó las posibilida­des. Lo tuvo en los pies de Jarlan en el tiempo extra y ya en la definición por tiros desde los doce pasos, pero de nuevo la ilusión de ganar un torneo internacio­nal se desvaneció. ¡Qué dolor! ¡Qué pena-l!

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FOTOS HANSEL VáSQUEZ, ENVIADO ESPECIAL FOTOGRAFO Nueve de los jugadores del Junior durante el cobro de los tiros penaltis en el encuentro ante el Atlético Paranaense, ayer en Curitiba, por la Copa Sudamerica­na.
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 ?? FOTOS HANSEL VáSQUEZ, ENVIADO ESPECIAL ?? Dos jugadores del Atlético Paranaense consuelan a Luis Díaz y a Daniel Moreno, al final del partido en el estadio Arena da Baixada.
FOTOS HANSEL VáSQUEZ, ENVIADO ESPECIAL Dos jugadores del Atlético Paranaense consuelan a Luis Díaz y a Daniel Moreno, al final del partido en el estadio Arena da Baixada.
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Jarlan Barrera intenta controlar el balón.
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FOTOS HANSEL VÁSQUEZ Y AFP Así fue la celebració­n del gol del Junior convertido por Teófilo Gutiérrez, de golpe de cabeza. Festejan Jarlan, Díaz y Gómez.

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