Carlos Cañizales, el primer juniorista que ingresó al estadio del Paranaense
El hincha viajó desde Barranquilla para apoyar a Junior. El aficionado es integrante de la barra de los Kuervos.
En los alrededores del Arena da Baixada de Curitiba se vivió una fiesta en las horas previas al inicio del juego de vuelta de la final de la Copa Sudamericana 2018, entre el Atlético Paranaense y el Junior. Gritos, cánticos, voladores, música y alcohol predominaron en un marco rojinegro lleno de éxtasis y emoción.
Poco a poco los hinchas rojiblancos fueron llegando al imponente escenario deportivo. Por grupitos, vistiendo la camiseta del Junior, algunos con banderas de los colores del cuadro barranquillero o de Colombia, empezaron unirse a la fiesta a su manera, siempre respetando la localía.
“¡Vamos Junior!”, “¡Hoy hay que ser campeones!”, “¡Dame una alegría ‘Tiburón’!”, fueron varias de las frases que vociferaban los fanáticos rojiblancos, mientras eran interrumpidos por los gritos de júbilo de los hinchas del Huracán brasileño. “Bienvenido colombianos, pero hoy (ayer) se van derrotados”, respondía un aficionado rojinegro en buen tono.
A las 5 p.m. (hora brasileña) se abrieron las puertas del Arena da Baixada. El primer juniorista en ingresar fue Carlos Cañizales, de la barra de los ‘Kuervos’, quien madrugó (ingresó a las 5:30 p.m.) para ubicarse desde temprano en las cómodas tribunas del imponente escenario.
De todas partes de Brasil vinieron. Incluso aficionados de otros clubes colombianos que viven en el país pentacampeón del mundo se animaron a arribar a Curitiba para brindarle su apoyo al Tiburón. La tierra llama y en esta oportunidad Junior es la representación de nuestro país en esta dura competición
El sonido de los voladores era ensordecedor en los alrededores del estadio. Entre más se acercaba la hora del compromiso más pólvora se escuchaba. Los altos decibeles de la música acompañaron también el lindo espectáculo sonoro, ese que se vivió en la previa de la final de la Copa Sudamericana en Curitiba.