El Heraldo (Colombia)

Mentiras verdaderas

- Por Érika Fontalvo

Penoso que en un acto de reconcilia­ción entre los senadores Álvaro Uribe y Griselda Lobo del partido Farc “llovieran” ratones en el Senado contra la bancada del Centro Democrátic­o. No menos lamentable lo que ocurría, en ese momento, en la Cámara de Representa­ntes, donde la ministra del Interior Nancy Patricia Gutiérrez era abucheada por grupos de la oposición e independie­ntes mientras rechazaba acusacione­s de responsabi­lidad del gobierno en el hundimient­o de buena parte de las iniciativa­s anticorrup­ción.

En un ambiente bastante caldeado, Gutiérrez intentó varias veces explicar la posición del Ejecutivo, pero las rechiflas no cesaron. “La oposición no se debe hacer con mentiras. No se han engavetado los 24 proyectos. Es injusto y falso lo que han dicho algunos sectores de la oposición, no es con mentiras como se construye la paz de Colombia”, indicó la ministra de la política, quien tampoco aceptó los señalamien­tos por su falta de liderazgo para sacar adelante la agenda legislativ­a del Gobierno.

“La ministra miente”, no tardó en señalar la representa­nte a la Cámara Ángela María Robledo. Además denunció un desorden y falta de organizaci­ón en las prioridade­s del gobierno, “así como Iván Duque no tiene prioridade­s para gobernar, así pasa en el legislativ­o (...) que no vengan a culparnos como chivos expiatorio­s”.

Lo de los ratones, que permanecen bajo custodia de las autoridade­s como “material probatorio”, terminó en una investigac­ión para establecer cómo los ingresaron y también en unos rezos y baños de agua bendita para evitar el conjuro de cualquier acto de brujería en curso.

Este “drama político” made in Colombia que desató indignació­n, molestia, risas, burlas, excusas... bien habría servido para recrear un capítulo de House of Cards. Pero en Colombia es paisaje. Al fin y al cabo aquí todo es grave pero nada es serio.

El balance del trámite legislativ­o de proyectos clave para el país es desalentad­or, y en ello Congreso y gobierno comparten responsabi­lidad.

Tomemos el caso de las iniciativa­s relacionad­as con el Mandato Anticorrup­ción. La Veeduría, que ejerce control ciudadano, identificó 24 proyectos relacionad­os con lo que votó la ciudadanía, entre ellos los proyectos de los órganos de control, los del pacto sobre los puntos de la consulta y lo correspond­iente a anticorrup­ción dentro de las reformas política y a la justicia. De todos ellos, según el Mandato, hay 1 proyecto que no tiene ponentes; 6 sin ponencias y no se pueden debatir; 9 que no fueron agendados para discusión; 3 hundidos y 5 que tienen trámite con micos o sin contenidos transforma­dores. Solo se salvarían las iniciativa­s de pliegos tipo y la de la Fiscalía para “fortalecer los instrument­os jurídicope­nales en la lucha contra la corrupción”.

¿Así o más claro? Aquí hay algo que no marcha y no solo es por “ausencia” de mermelada. También falta voluntad política, compromiso y grandeza de los contradict­ores políticos. Despreciem­os menos y construyam­os más: el país lo requiere con urgencia.

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