Indignación por muerte de Jakelin Caal en la frontera entre México y EEUU
La menor, nacida en Guatemala, falleció por una deshidratación, según parte médico.
RAXRUHÁ. Frente a una casa de madera y hojas de palma, Claudia señala el árbol al que le gustaba trepar a su hija Jakelin Caal, la niña guatemalteca de siete años que murió hace una semana en un hospital de Estados Unidos tras ser detenida junto a un grupo de migrantes en la frontera.
“Siento dolor y tristeza por la muerte de mi hija”, explica Claudia Maquín a la AFP en su precaria vivienda en San Antonio Secortez, una aldea remota del municipio indígena de Raxruhá, a unos 145 km al norte de Ciudad de Guatemala.
Claudia, de 27 años, no habla español y en el idioma indígena mayaq'eqchi' recuerda que su esposo Nery tomó la decisión de migrar agobiado por la pobreza y la falta de oportunidades en la zona, donde la mayoría de sus pobladores subsiste con la venta de granos de maíz.
“Él se fue por necesidad”, señala Claudia, apoyada en la traducción por su suegro Domingo, quien señaló que como agricultores apenas ganan unos seis dólares diarios.
“Cuando él se fue dijo que iba a buscar trabajo allá para poder mantenernos”, agregó la mujer con los pies descalzos y enlodados mientras sostiene en los brazos a Angela, de seis meses, la menor de los cuatro hijos del matrimonio. ¿QUé PODEMOS HACER?. Según el Departamento de Seguridad Interior (DHS), el 8 de diciembre Jakelin murió en un hospital de la ciudad de El Paso, en Texas, menos de 24 horas después de que un grupo de 163 migrantes fueran detenidos en una zona remota de Nuevo México.
La cancillería guatemalteca precisó en un informe que la menor después de ser interceptada con el grupo presentó fiebres, vómitos y convulsiones, por lo que fue atendida por paramédicos de la patrulla fronteriza y luego llevada al centro médico donde murió.
“Es bastante doloroso, es muy doloroso, pero qué podemos hacer. Lo que pasó, pasó, pero sí duele”, señala Domingo Caal, el abuelo de la menor de 61 años, que con el paso de los días se ha resignado a la tragedia.
Vestido con una camisa azul desgastada, Domingo explica que su nieta “brincaba de alegre” al emprender el viaje a Estados Unidos, motivada por el sueño de vivir en un lugar diferente y tener la oportunidad de trabajar en el futuro para ayudar a su familia.
“Antes que se fuera (Jakelin) le dijo a la mamá y a la abuela que al crecer pues iba a trabajar y traer pisto (dinero) para ellas”, recuerda Domingo.
La razón por la que su hijo viajó con Jakelin fue “porque la niña era muy pegada a él”, detalla el patriarca de la familia de agricultores.
ESPERAN REPATRIACIóN. La cancillería de Guatemala ofreció a la familia de la niña realizar los trámites de repatriación y a la vez informó que el padre fue liberado con un permiso especial por las autoridades migratorias de Estados Unidos.