¡Yony bravo apareció de nuevo!
González anotó el gol que le dio vida al Junior en Medellín.
Entró con todo. Con energía, con fuerza, con perrenque, con garra, con testosterona. Yony González apareció de nuevo, pero no es Yony González, es Yony bravo. El carácter que un momento dado le estaba faltando al Junior surgió con el ingreso de González por Luis Díaz.
El volante y delantero paisa ratificó que surge en los momentos cumbres y que con su temple es capaz de compensar cualquier falencia técnica. “Siempre he confiado en mí capacidad. Por momentos bajé el nivel, pero siempre trabajé al máximo y al final de este semestre anoté goles importantes”, dijo González que también marcó el gol del empate 1-1 ante Atlético Paranaense en la final de la Copa Sudamericana en Barranquilla.
Así como ante Atlético Paranaense en Curitiba, que generó el penal que pudo significar el título, Yony ingresó enchufado, dispuesto a dejar el alma en la cancha cuando el juego más complicado estaba ¡Qué golazo! ¡Qué riflazo!
Le quedó una bola suelta y la rentabilizó con un latigazo imposible para David González y para el palo.
“Siempre soñé con quedar en la historia del club y anotar un gol en una final que diera el título. Por fin lo logramos, ahora a celebrar”, declaró el antioqueño.
Yony le devolvió la vida a Junior y amansó al DIM por un largo rato. Y no solo fue el gol, después se dedicó a contribuir en la marca, a ayudar en las pelotas aéreas y correr detrás de los atacantes locales. Colaboró en las dos áreas, sin titubeos, sin vacilaciones, sin temores.
“Le agradezco a mis compañeros, sin ellos no hubiera sido posible. Este es un equipo que se armo para ser campeón. Se nos escapó el título de la Copa Sudamericana, pero conseguimos la Liga que era nuestro objetivo al principio de la temporada”, manifestó González.
Jugó la final como se deben jugar, con el cinturón bien puesto, con vigor, con bravura. ¿Cómo no? ¡Es Yony bravo!