Los 4.427 de Mauthausen
El Boletín Oficial del Estado en España últimamente tiene menos interés porque el gobierno de Pedro Sánchez está en funciones y por ende no puede poner en marcha grandes leyes y reformas. Sin embargo, el viernes pasado el BOE sacó una información de altísimo valor simbólico e
histórico. Se publicaron los nombres, apellidos y más datos de 4.427 personas, entre ellas ocho mujeres, que murieron en el campo de concentración nazi de Mauthausen-Gusen. Fue donde la mayoría de los 10.000 presos españoles estuvieron detenidos, maltratados y asesinados durante la Segunda Guerra Mundial.
El listado de estas 4.427 personas, resultado de la minuciosa labor de un comité de historiadores, es un reconocimiento a quienes fueron víctimas del régimen de terror de los nazis alemanes pero también traicionados por la dictadura de Francisco Franco. “España tendría que haber pedido perdón mucho antes”, dijo Sánchez en febrero en una visita a los antiguos campos de internamiento en el sur de Francia, donde estuvieron detenidos cientos de miles de españoles, en su inmensa mayoría republicanos huidos de la Guerra Civil en 1939. Sánchez también visitó las tumbas del poeta Antonio Machado y de Manuel Azaña, presidente de la República española, que murieron en el exilio. Fue el primer jefe de Gobierno en pasar por allí desde el fin de la dictadura franquista.
España ha tardado mucho en reconocer el dolor que sufrieron los exiliados de la contienda civil. No fue hasta 2005 cuando el socialista José Luis Rodríguez Zapatero se convirtió en el primer presidente en visitar el campo de Mauthausen. A diferencia del olvido que cayó sobre los exiliados, la España franquista destacó y homenajeó a los supuestos voluntarios de la División Azul que lucharon junto con las tropas alemanas en el asedio de Leningrado. Todavía hoy existen monumentos y nombres de calles en honor a estos combatientes.
A pesar de los “voluntarios” de la División Azul, Franco impuso la versión de que España no había sido partícipe de la Guerra Mundial. Y a los republicanos los entregó a Hitler, negándoles efectivamente la nacionalidad española. Murieron como apátridas en los campos nazis.
Lamentablemente, todavía hay buena parte de la derecha sociológica y política en España que se desentiende de este tipo de actos y homenajes a los exiliados republicanos. Como se ha dicho tantas veces, la diferencia de España con Alemania es que hubo una guerra civil previa y que Franco no fue derrotado por fuerzas extranjeras sino que murió en la cama. De ahí que los vencedores de entonces hasta hoy tengan problemas en reconocer el sufrimiento de los vencidos.
Sánchez ha declarado el 5 de mayo, día en que Mauthausen fue liberado por las tropas estadounidenses, como “Día de Homenaje a los españoles deportados y fallecidos en Mauthausen y en otros campos, y a todas las víctimas del nazismo de España”. Hoy quedan tan solo seis supervivientes de aquella barbarie. Pero nunca es tarde para pedir perdón.