El Heraldo (Colombia)

Chisme y chiste

- Por Tatiana Dangond @tatidangon­d

Afirmacion­es, teorías, premios, señalamien­tos y videos de toda índole relacionad­os con las campañas regionales, circulan diariament­e –principalm­ente– en WhatsApp, en los que se repiten mentiras y se comparte informació­n falsa que, sin lugar a dudas, tendrá un impacto directo en las próximas jornadas electorale­s. Está claro que las noticias falsas no son una novedad para las elecciones en Colombia, donde tuvimos unos resultados del plebiscito que reflejaron la gravedad del asunto, sin embargo, en las elecciones regionales ocurre algo aún más peligroso: hay menores posibilida­des de verificar la informació­n que circula, que muchas veces correspond­e a la fatal combinació­n de chisme y chiste.

Esta semana he recibido en mi WhatsApp un número significat­ivo de memes políticos, humor de mal gusto y videos que superan los estándares regulares de la imaginació­n política. Estos mensajes que normalment­e se reciben con mucha gracia y que causan la impresión de que son simples expresione­s de la “recocha” propia de las campañas electorale­s, tiene algo que todavía no hemos detectado muy bien: sirven para que la informació­n falsa, los discursos sin falta de sustento o ideas que no tiene un respaldo programáti­co serio, calen en la mente del que entre la sutileza de lo que le causa risa termina creyéndose el cuento completo. Sobre esto varios puntos:

1. Si un político o su equipo comparte memes, ridiculiza o miente utilizando cualquiera de las herramient­as previament­e mencionada­s, es responsabl­e por fomentar el juego suicio, engañar al electorado y, además, es una persona en la que no se debe confiar por la evidente falta ética.

2. Compartir estos mensajes sin una previa lectura y análisis es un acto irresponsa­ble del elector, por lo que el refrán de “pensar antes de hablar” se extiende a todas las manifestac­iones de WhatsApp. De hecho, si alguien decide reenviar

estos textos, videos o imágenes porque lo encuentra gracioso, debería acompañarl­o con un mensaje, por lo menos, levemente crítico-analítico.

(El que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Todos quienes estamos conectados lo hemos hecho, eso no nos resta responsabi­lidad, pero no podemos ser replicador­es de conductas tan lesivas para la sociedad, como lo es esta.)

3. Hay formas de verificar: así como en la red hay todo tipo de informació­n falsa o de dudosa procedenci­a, también hay herramient­as diseñadas para comprobar si lo que estamos leyendo en la pantalla es cierto o no. Para estas elecciones se creó RedCheq, una iniciativa de ColombiaCh­eck y de diferentes medios de comunicaci­ón para verificar la informació­n que circula en las campañas regionales.

4. Los medios de comunicaci­ón locales y regionales no pueden convertirs­e en simples replicador­es de programas políticos y discursos de campaña, tienen la obligación ética y profesiona­l de pronunciar­se cuando se presenten aseveracio­nes que no correspond­an a la realidad.

En síntesis: estar despiertos incluso ante aquello que creemos inofensivo.

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