‘No podemos salir a cazar”: embera katío sobre bacrim
127 familias han salido desplazadas del sur de Córdoba. Piden garantías a autoridades para movilizarse.
“Los embera ya no somos libres, estamos azotados por la violencia”. jefferson domicó Cabildo Mayor Alto Sinú
MONTERíA. La resistencia ha sido el único medio de defensa que han encontrado los resguardos indígenas de la etnia embera katío, asentados en el sur de Córdoba, que están en medio de lo que consideran una “guerra ajena” que asesina a sus líderes y los mantiene confinados por causa de los grupos armados que les impiden salir a cazar.
La denuncia fue realizada en el marco del Tercer Diálogo para la No Repetición, realizado en Montería por la Comisión de la Verdad, en donde por primera vez esta etnia se pronunció con relación a varios de los hechos violentos que este año han provocado focos de desplazamiento en la subregión del Alto Sinú.
Yeferson David Domicó, miembro del Cabildo Mayor Alto Sinú Río Verde en el municipio de Tierralta, aseguró que las denuncias de los pueblos indígenas del sur de Córdoba no están siendo escuchadas a pesar de las alertas emitidas por la Defensoría del Pueblo y la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, Ocha.
“Resistimos dentro de la comunidad, no salimos ni para el caso urbano de Tierralta ni para Antioquia ni para ningún lado, resistimos ahí mismo, nos resistimos ante los violentos y nos quedamos en nuestra comunidad en nuestro territorio”, indicó el líder indígena
En la actualidad hay alrededor de 8 mil indígenas asentados en las riberas de los ríos Sinú, río Verde y río Esmeralda, en la subregión del Alto Sinú, al sur del departamento.
“En todas esas zonas hemos sembrado muertos indígenas por causa de la violencia que ha generado la disputa del territorio y de las drogas ilícitas. Por los patios pasan hombres uniformados de uno y otro bando y los indígenas no pueden hacer nada. Por eso pedimos la presencia, inversión y protección del Estado porque somos los que sentimos la violencia, y esa guerra no es de nosotros. Ya no podemos salir a cazar tranquilos, no somos libres, estamos azotados por la violencia”.
A pesar de haber acudido a varios organismos estatales, Domicó asegura que los hechos de violencia se siguen registrando pero las autoridades no han asumido acciones “contundentes”.
“Hubo un desplazamiento de nuestra comunidad, dentro del Nudo de Paramillo, en la comunidad indígena Simbra por causa de la fuerza púbica que llegó al resguardo amenazando a un indígena menor de edad y nosotros estamos en medio de toda esta guerra y por eso estamos atemorizados”, confesó.
Uno de los casos de desplazamiento de indígenas fue denunciado a mediados del mes de abril por la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, Ocha, con un total de 143 familias desplazadas, de las cuales 127 correspondían a indígenas embera katío.
Cuenta que a los dos meses se registró otro desplazamiento en la comunidad de Chimiandó, pero que la Alcaldía de Tierralta no lo consideró desplazamiento. “Para las instituciones mientras que no haya muerto, no puede haber desplazamiento. Para las autoridades es simplemente una amenaza y ya, no pasa nada”, sostuvo.
En la zona del Nudo del Paramillo, al sur de Córdoba operan las unidades de la banda criminal ‘Clan del Golfo’, ‘los Caparros’ y las disidencias del frente 18 de las Farc, con presencia de la Fuerza de Tarea Aquiles del Ejército Nacional.