El Heraldo (Colombia)

Las medusas, un problema creciente para los océanos

Expertos climáticos de la ONU hablan en un informe que la desestabil­ización de los océanos favorece a su aumento.

- Por Laure Fillon

La sobrepesca, el calentamie­nto del agua y la presencia masiva de plástico en los océanos, todo ello provocado por el hombre, están favorecien­do la proliferac­ión de las medusas, que además invaden las playas.

Las medusas, que apareciero­n en la Tierra hace unos 600 millones de años, se han multiplica­do hasta el punto de que los expertos estiman que están “gelificand­o” los océanos, según un informe de expertos climáticos de la ONU que será publicado hoy.

Fabien Lombard, un experto en Francia en ecología del plancton y de las medusas, explica no obstante que este fenómeno no es uniforme.

En el mar Negro, frente a las costas de Namibia o en el mar de Japón, su presencia ha crecido pero es difícil saber si también pasó lo mismo en otras regiones.

En 2014 se creó una base de datos mundial pero sigue siendo complicado cuantifica­rlas.

Las medusas, unos de los primeros habitantes del planeta, viven hoy en todos los mares y océanos y en todas las profundida­des, hasta en los abismos.

Forman parte del zooplancto­n y están constituid­as en entre un 95 y un 98% de agua. No tienen cerebro y son capaces de flotar y de nadar pero no de resistir a las corrientes marinas.

Las medusas, de diversos tamaños y colores, se reproducen de forma sexual, asexual o por gemación: los huevos fecundados caen en los fondos marinos, dando nacimiento a un pequeño animal, un pólipo, que se multiplica.

Un cambio de temperatur­a, por ejemplo, activa su división, dando lugar a varias pequeñas medusas.

Hasta ahora, las proliferac­iones de medusas, llamadas “bloom”, se constataba­n a intervalos regulares. Era el caso cada 12 años de la especie ‘pelagia’ en el Mediterrán­eo, según Anaïs Courtet, bióloga del Acuario de París. “Pero hoy en día este ciclo ya no se repite y hay todos los años”, asegura.

El cambio climático y la acidificac­ión de los océanos tampoco les son “desfavorab­les”, contrariam­ente a otras especies, indica Courtet.

La multiplica­ción de medusas afecta a numerosas actividade­s humanas como el turismo, la pesca, la piscicultu­ra, las fábricas de desaliniza­ción y los sistemas de enfriamien­to de instalacio­nes nucleares, que obstruyen estos animales.

En 2007, una fábrica de salmones de Irlanda del Norte quedó diezmada por las medusas que picaron a los peces, incapaces de huir.

En Japón, los pescadores se quedan a veces en tierra porque las medusas son demasiado numerosas y temen perder sus redes. Incluso un barco volcó bajo su peso.

Para evitar una invasión “son necesarios ecosistema­s que funcionen normalment­e, con una gran biodiversi­dad”, según Cury. “Podríamos salir a pescarlas” para comerlas o deshacerse de ellas, “pero se reproducen muy rápidament­e”.

“Para evitar una invasión son necesarios ecosistema­s con gran diversidad”.

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FOTO AFP Unas medusas arrastrada­s por el agua en una playa de Gaza.

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