El Heraldo (Colombia)

Abstenerse es equivocars­e

- Por Tatiana Dangond @tatidangon­d

La decisión de Colombia de abstenerse de votar ante las Naciones Unidas sobre el embargo de Estados Unidos a Cuba, lejos de ser una decisión razonada nos deja en una posición a nivel global que desconoce que esta medida adoptada en años sesenta no es efectiva para el restableci­miento de la democracia, y lo que ha implicado es el empobrecim­iento del pueblo cubano más su aislamient­o de forma inhumana. La moción en contra del embargo tuvo 187 a favor y tres en contra correspond­ientes a Estados Unidos, Israel y Brasil – este último en cabeza del gobierno de derecha de Bolsonaro-. Colombia decidió abstenerse, decisión que se considera como la consecuenc­ia de la negativa de Cuba a extraditar a integrante­s del ELN que se encontraba­n en negociacio­nes de La Habana después del atentado en la Escuela de Policía General Santander.

La discusión que se dio en ese momento relativa a si Cuba como garante debería mantenerse neutral o en interés de la justicia debería entregar a los miembros del ELN para que fueran procesados por la justicia en Colombia, es un tema que si bien es de gran sensibilid­ad para el país no debe reflejarse en todas las decisiones que se adopten frente a Cuba. Entre algunas de las razones por la cuales Colombia debe rechazar el embargo están las claras consecuenc­ias sociales y económicas que se han derivado por la implementa­ción de manera inclemente de esta medida anacrónica que ha afectado directamen­te a las habitantes de la isla. Debemos partir, además, de la premisa frente a la cual la diplomacia no debe ser utilizada solamente para defensa de los intereses nacionales –visión de la sociedad internacio­nal clásica-, sino para promoción de una agenda donde los derechos humanos y el desarrollo de las naciones estén como primer punto en la adopción de decisiones y resolucion­es que impactan sobre el panorama global.

Ahora, si esto no es convincent­e, valdría la pena recordar los aportes de Cuba como sede de las negociacio­nes de las Farc, país en el cual se desarrolla­ron estos diálogos desde 2012 hasta 2016 y que apoyó mediante diferentes formas la salida negociada del conflicto con este grupo ahora desmoviliz­ado.

La situación que ha vivido y enfrenta actualment­e Cuba es desoladora y es una consecuenc­ia que es imputable a la dictadura como a quienes han tomado medidas para aislar a este país sin buscar alternativ­as para que su pueblo no sufra. Entre Colombia y Cuba siempre habrá una hermandad que supera lo político, una unión Caribe que se vive en la música, en la literatura y la recepción de todos quienes hemos podido conocer este país. No basta abstenerse, el rechazo debe ser total.

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