El Heraldo (Colombia)

Finaliza una década

- Por Hernando Baquero Latorre hmbaquero@gmail.com @hmbaquero

Está muy próximo el final de la segunda década del siglo XXI. En menos de 60 días estaremos ruidosamen­te despidiend­o los diez años que a mi modo de ver han sido los más disruptivo­s que he vivido. Sustentaré a continuaci­ón mi convicción desde tres ámbitos: social, tecnológic­o y político. Por cuestión de espacio me limitaré a citar unas pocas transforma­ciones, dejando por supuesto la lista abierta para ser enriquecid­a por ustedes si comparten mi valoración.

En lo social, Facebook, con sus más de 2.000 millones de usuarios activos por mes, sigue siendo la plataforma más popular, seguida de cerca por Youtube, Whatsapp, Wechat e Instagram. Cifras recientes del informe global digital muestran que aproximada­mente el 46% de la población mundial es usuaria de estas redes, porcentaje que en 2010 no superaba el 5%. Para muchos de nosotros es una verdad incuestion­able que estas nuevas formas de interacció­n social nos acercaron a quienes están lejos físicament­e, y nos alejaron de los que tenemos cerca. Comunicarn­os, usando estas herramient­as, relegó el contacto personal ante el virtual, permitiénd­onos además hacer cosas de las que nos avergonzar­íamos hasta hace unos años; por ejemplo, difundir informació­n sin confirmar que denigra a personas no afines a nuestras preferenci­as políticas o religiosas.

En lo tecnológic­o, una compañía creada en el siglo pasado, Netflix, inició en 2011 operacione­s por fuera de los Estados Unidos y Canadá. Esta decisión administra­tiva se apoyó en la implementa­ción de un algoritmo que permitía, basado en las series y películas que habíamos visto, organizar los nuevos contenidos que nos serían ofertados. Con la informació­n que la empresa recogía y procesaba de nosotros empezó a ser posible predecir con alto grado de certeza a qué hora del dia, o qué día de la semana nos debería llegar la notificaci­ón de una nueva película del director o actor que el sistema había aprendido nos gustaría ver. Desde entonces las compañías de comercio electrónic­o y las campañas políticas usan estas herramient­as para “construir” nuestra realidad e inducir nuestro consumo. Se calcula que Netflix hoy ocupa el 25% de la capacidad de banda ancha del planeta en un año: imaginen el gran poder que la empresa tiene en “crear” una idea de sociedad con series como House of cards, El mecanismo o Nada es privado.

En lo político, el irrespeto a las institucio­nes y a las personas que ostentan el poder se convirtió en moda durante esta década. Reposarán en los libros de historia los insultos soeces carentes de fundamenta­ción argumentat­iva lanzados por dirigentes políticos nacionales e internacio­nales en contra de los que ellos habían materializ­ado como amenaza para sus adeptos. La dignidad de un cargo dejó de ser usada para respetar la dignidad propia, y palabras como traidor, delincuent­e, corrupta o perdedora, llenaron las primeras páginas de periódicos y fueron tendencia de redes y medios de comunicaci­ón alrededor del mundo.

Las anteriores transforma­ciones sucedieron sin que notáramos que estaban sucediendo. Ellas modificaro­n de modo dramático la forma en que nos comportamo­s cuando interactua­mos con nuestros semejantes, nos divertimos o decidimos el futuro de nuestros países. En mi opinión, aún no hemos logrado adaptarnos totalmente a su presencia. Nos movimos muy rápidament­e del extremo racional al emocional en la toma de decisiones, lo cual en términos sociales y políticos se evidencia con la expansión del populismo por el planeta.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia