Colosó, el pueblo de madera que busca ser patrimonio
En esta población, víctima del conflicto armado, la Iglesia, la Biblioteca y la Casa de la Cultura hacen parte de su riqueza arquitectónica.
La brisa vespertina acariciaba los pómulos de Ana María Verbel cuando a las 4:30 de la tarde se asomaba por el balcón de madera de la vivienda en que habitó para ver pasar la tarde que agonizaba con un espectáculo sobrenatural.
El Sol se escondía lentamente mientras ella sola, y en ocasiones acompañada por su familia o amigas, devoraba a sorbos un café cuyo olor embriagaba a los Montes de María.
Año: 1930, lugar: Colosó, época: la mejor de todas, si se tiene en cuenta el relato de los lugareños que hablan con orgullo de ese periodo.
Era el tiempo de las tardes en mecedora, de los cuentos buenos y de la vida llena de esperanza.
¿Qué más se le puede pedir a una tierra en donde las casas parecen sacadas de un cuento de esos donde los protagonistas son personajes llenos de magia? Esa cualidad es la que encierra a este pequeño poblado rodeado de verde en el que a base de tablas han hecho las casas y son esas mismas las encargadas de contar la historia que está sujeta como un retrato de los que abundan en las paredes de estas viviendas en el que el tiempo parece haberse detenido.
En esta población sucreña el andar de la vida es visto a través de los umbrales y de los ventanales, pero el reloj da las mismas horas que se contaban de forma inmarcesible.
La vivienda en la que Ana María apreciaba el ocaso es actualmente la Biblioteca Municipal que lleva su nombre. Es una estructura elaborada completamente en madera que tiene un pequeño segundo piso en el que sobresale el balcón con el que comenzó esta historia.
Desde ese palco se observa en su esplendor la Calle Real, paseo en el que sobresalen las más vistosas fachadas de las casas que hacen de este pueblo un pequeño pesebre.
El casco urbano es chico en extensión, pero grande en historia porque tal como lo reseñan los cuentos de los abuelos en Colosó hay bastante madera por cortar.
Pocos saben que el casco urbano de este poblado recibía el nombre de Ricaurte, eso en ocasiones se observa en el mapa. La gente lo conoce por las pozas naturales en las que sobresale el Salto del Sereno. También porque ha parido a quizás los mejores hacedores de bastones del país.
La bibliotecaria Mirna Martínez explicó que están en la recolección de toda esa historia arquitectónica para darla a conocer a las nuevas generaciones porque a pesar de que la mayoría de casas antiguas están en pie, hasta los mismos habitantes no saben de quiénes eran o quiénes las construyeron.
“Los talleres que dictamos en la Biblioteca están enfocados en la historia de nuestro pueblo. Los niños son los más encantados con ella, por eso estamos fortaleciendo este aspecto para mejorar la riqueza cultural y arquitectónica de nuestro bello pueblo”, indicó.
Recordó que la Biblioteca fue restaurada e inaugurada en el año 2010 y que recibe el nombre de Casa Arango, en honor a Alicia Arango, que fue ministra de Cultura, sumado al de Ana María Verbel de Verbel.
Nadie se atrevió a decir que Colosó es el ‘pueblo de madera de Colombia’, pero sí lo piensan porque cuando se les pregunta qué lo diferencia de otras partes dicen casi al unísono: “Las casas de madera”.
Varios estudios geológicos han determinado que la mayoría de casas que son construidas con bloques y cemento en este municipio con el tiempo tienden a agrietarse, razón por la cual la mayoría de familias tradicionales optaron por construir en madera.
También porque era la cultura de la época de donde vienen las casas vernáculas donde predominaban los grandes ventanales y los balcones con diseños llamativos.
En el municipio de Colosó las viviendas están construidas con un porcentaje de 93,04% de madera procedente de la reserva forestal.
Del porcentaje de madera se tiene un 43,12% que corresponde a viviendas con madera de tipo roble y cubiertas hechas con zinc procedente de Alemania. La mayoría tienen diseños sincréticos y con figuras de paralelepípedo.
La iglesia central San Miguel Arcángel también está construida en madera. No faltaba más. Con ella empezó toda esta composición de edificaciones clásicas y coloniales con estilo propio. Entrar en ella es sentir frescura por lo térmica. Se dice que la construyeron a finales de los años 1800 y desde entonces solo la han reparado un par de veces.
En Colosó las casas más reconocidas por su arquitectura de ensueño son la de Antonio García Arrieta, que hoy día es de propiedad de Lileth Chávez Paternina; al igual que las de las familias Fuentes, Febles y Verbel.
Entre otras muchas más porque son unas 90 las edificaciones que se encuentran en lista en la búsqueda de ser declaradas patrimonio arquitectónico, tarea que comenzó hace muchos años. Mientras tanto están protegidas por el Esquema de Ordenamiento Territorial del Municipio.
También sobresale la Casa de la Cultura y la Institución Educativa Víctor Zubiría, construidas en madera. No faltaba más. Con ella (la Casa de la Cultura) empezó toda esta composición de edificaciones clásicas y coloniales con estilo propio. Entrar en ella es sentir.