La lluvia aplazó duelo ‘quillero’ en el béisbol
No pusieron a tiempo protector del campo y se aplazó juego de ayer.
La lluvia tomó fuera de base a los empleados del estadio Édgar Rentería. En medio del aguacero que cayó ayer en la tarde en Barranquilla, a ninguno se le ocurrió cubrir a tiempo y de manera adecuada el infield. Resultado: el agua ablandó esa zona del campo e impidió que se desarrollara anoche el primer juego de una serie de cuatro entre Caimanes y Gigantes, en la Liga Colombiana de Béisbol Profesional (LCBP).
El juego, que había despertado expectativa entre la afición peloteril, estaba pactado para las 7 de la noche, pero 30 minutos antes se anunció su aplazamiento porque el terreno de juego estaba en las mejores condiciones. Muchos fanáticos que ya estaban acomodados en las tribunas del diamante del barrio Montecristo, tuvieron que levantarse y regresar a sus casas. De igual forma los periodistas y peloteros.
“Luego de la revisión de la comisión técnica se determinó que el infield se encontraba demasiado blando y que lo mejor para el bienestar de los peloteros era dejar que el terreno reposara y que el juego fuera reprogramado para el 2 de diciembre”, informó Gigantes, el ‘home club’, a través de un comunicado.
Así las cosas, el primer duelo entre los equipos barranquilleros de la LCBP se vivirá hoy desde las 7 p.m.
Los operarios del escenario se poncharon. Pusieron el protector del campo demasiado tarde, mucho después del comienzo del temporal. Una situación que se debe corregir para el correcto mantenimiento
de este gran escenario y para evitar o reducir las posibilidades de aplazamientos que significan traumas en el desarrollo del campeonato y que generan frustración entre los aficionados.
Los Gigantes también anunciaron que la boletería adquirida por los fanáticos para este juego será válida para el enfrentamiento de esta noche. Los niños menores de 12 años entran gratis. La ceremonia que el nuevo equipo tenía preparada para abrir la temporada se cumplirá hoy, incluido el lanzamiento de la primera bola por parte del campeón de la Serie Mundial, el colombo-venezolano Adrián Sánchez.