Debate de dos emblemas junioristas
Así como jugamos hoy no le ganamos a nadie! Fueron muchas las veces que escuché esta frase de un equipo perdedor saliendo de un terreno de juego, o ingresando a un camerino, apenas terminado el partido.
Una reacción futbolera que no tenía como objetivo auto declararse incapaz de volver a ganar, sino apenas el duro reproche, la auto descalificación in situ producto de la rabia y el dolor por la derrota.
Iván Valenciano, aún con reacciones de futbolista -casi todos los que jugamos las tenemos- y sobre todo de ídolo e hincha del Junior recurrió a aquella drástica frase en un programa de televisión después de la derrota del equipo barranquillero ante el Tolima en el inicio de los cuadrangulares finales de la Liga colombiana. Obviamente, generó reacciones en contra especialmente de los hinchas junioristas. En menor grado de algún futbolista del equipo y en principio la condescendencia de Julio Comesaña: “Iván que diga lo que quiera, lo voy a querer siempre”.
Me gustó este gesto de Comesaña porque me mostraba lo contrario de lo que, quizá, yo hubiera hecho y, además, porque mostraba la sabiduría de sus años y experiencia. Pero los ánimos y las respuestas cambiaron. Valenciano también había puesto en duda la profesionalidad y el compromiso de los futbolistas del Junior al expresar que querían irse de vacaciones y que había síntomas de desunión porque después del partido partieron al hotel de concentración en sus autos y no en el bus del club, hecho que luego se confirmó que no fue así.
Se equivocó Iván en pasar de lo fútbolero al irrespeto del profesional. No tuvo rigor en la información. Comesaña entonces sí salió en defensa de sus dirigidos y le rebatió con dura, pero justa argumentación la pifia del goleador eterno del Junior devenido a opinador fútbolero.
La única injusticia que encontré en el alegato de Comesaña tiene que ver con el interrogante que planteó: “¿Acaso Valenciano es el modelo de disciplina a seguir?”.
Un golpe bajo. Comesaña, como casi todos, sabemos de la azarosa y desordena vida de Valenciano. Pero también sabemos y valoramos su superación y actualidad personal y profesional. Me pareció una pregunta con una alta carga estigmatizadora. Y, de última, como una velada intención de inhabilidad perenne para tocar temas de comportamientos disciplinarios por parte de Iván. Valenciano puede opinar y, eso sí, debe responsabilizarse de las consecuencias de sus opiniones. Punto.