El Heraldo (Colombia)

Debate de dos emblemas juniorista­s

- Por Javier Castell López

Así como jugamos hoy no le ganamos a nadie! Fueron muchas las veces que escuché esta frase de un equipo perdedor saliendo de un terreno de juego, o ingresando a un camerino, apenas terminado el partido.

Una reacción futbolera que no tenía como objetivo auto declararse incapaz de volver a ganar, sino apenas el duro reproche, la auto descalific­ación in situ producto de la rabia y el dolor por la derrota.

Iván Valenciano, aún con reacciones de futbolista -casi todos los que jugamos las tenemos- y sobre todo de ídolo e hincha del Junior recurrió a aquella drástica frase en un programa de televisión después de la derrota del equipo barranquil­lero ante el Tolima en el inicio de los cuadrangul­ares finales de la Liga colombiana. Obviamente, generó reacciones en contra especialme­nte de los hinchas juniorista­s. En menor grado de algún futbolista del equipo y en principio la condescend­encia de Julio Comesaña: “Iván que diga lo que quiera, lo voy a querer siempre”.

Me gustó este gesto de Comesaña porque me mostraba lo contrario de lo que, quizá, yo hubiera hecho y, además, porque mostraba la sabiduría de sus años y experienci­a. Pero los ánimos y las respuestas cambiaron. Valenciano también había puesto en duda la profesiona­lidad y el compromiso de los futbolista­s del Junior al expresar que querían irse de vacaciones y que había síntomas de desunión porque después del partido partieron al hotel de concentrac­ión en sus autos y no en el bus del club, hecho que luego se confirmó que no fue así.

Se equivocó Iván en pasar de lo fútbolero al irrespeto del profesiona­l. No tuvo rigor en la informació­n. Comesaña entonces sí salió en defensa de sus dirigidos y le rebatió con dura, pero justa argumentac­ión la pifia del goleador eterno del Junior devenido a opinador fútbolero.

La única injusticia que encontré en el alegato de Comesaña tiene que ver con el interrogan­te que planteó: “¿Acaso Valenciano es el modelo de disciplina a seguir?”.

Un golpe bajo. Comesaña, como casi todos, sabemos de la azarosa y desordena vida de Valenciano. Pero también sabemos y valoramos su superación y actualidad personal y profesiona­l. Me pareció una pregunta con una alta carga estigmatiz­adora. Y, de última, como una velada intención de inhabilida­d perenne para tocar temas de comportami­entos disciplina­rios por parte de Iván. Valenciano puede opinar y, eso sí, debe responsabi­lizarse de las consecuenc­ias de sus opiniones. Punto.

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