Un mural une a los vecinos de una cuadra en La Luz
Laura Manga, de 22 años, dice que quiere que la suya sea una “cuadra bacana” y que deje atrás el estigma de la inseguridad y el consumo de drogas en espacio público.
NURIS GUTIéRREZ
“No veo la hora de empezar a pintar ese mural”.
El viejo puente Pekín se levanta imponente sobre la basura y el agua residual. No tan magno como la muralla China, cuyos cientos de kilómetros defendieron a los chinos de la invasión de los mongoles, esta estructura de cemento, manchado y desgastado por el pasar de los años, es una de las insignias del barrio La Luz, en Barranquilla, a un planeta entero de distancia de la metrópolis a la que este puente debe su nombre.
A su alrededor no hay personas de ojos rasgados, ni rascacielos o megaestructuras dignas de la capital de esa potencia asiática. En las proximidades del puente Pekín hay un pequeño parque -que se volvió parqueadero-, un arroyo y unas pequeñas casas de colores. Sus vecinos, mujeres de la tercera edad y niños que conforman una comunidad alegre y optimista, quizás nunca hayan viajado tan lejos, pero entre ellos se alimenta un sueño de plano internacional.
En el barrio La Luz, sobre el cual ellos mismos dicen que se ha cernido la oscuridad, una pequeña linterna quiere devolverle los colores. Más que una idea, o un proyecto que se ha trazado desde hace varios años, el sueño de una joven ha empezado a irradiar como una llamarada entre la penumbra.
Al lado del viejo puente Pekín, tan gris y desamparado como el mismo cemento consumido por la humedad y el abandono, se levanta una pared blanca, que rodea la calle 16 como un cerco industrial. Ese mismo muro de concreto, en apariencia simple y sin mucha gracia, es la mayor apuesta para devolverle la vida a La Luz y a ese sector en específico, en el que -cuentan sus habitanteshan denunciado más de 20 asesinatos en los últimos 10 años.
La Cuadra Bacana, un proyecto social, es el sueño de Laura Manga, una joven de 22 años nacida y criada en La Luz. Para ella, que durante sus estudios tuvo que cruzar un millar de veces el puente Pekín, el objetivo es darle color a su sector, del que tuvo que irse junto a su familia por la inseguridad y el consumo de drogas. De eso ya pasaron diez años, en los que Laura asistió a la universidad y se preparó para consumar el plan que por tanto tiempo ha elaborado. Reconstruir el tejido social de su cuadra, la calle 16, de su barrio y de su gente es el proyecto por el que ha luchado los últimos 365 días. Uno que, cada día que pasa, está más cerca de hacerse realidad.
Cuando Laura habla de La Cuadra Bacana esboza una sonrisa, al tiempo que de sus ojos negros brota una emoción que parece inmensa, muy difícil de cuantificar. De pie junto al mojón de la calle 16, a la sombra de uno de los árboles que hay en el pequeño parque, recordó sus épocas como estudiante, cuando causo conmoción entre todos los vecinos de la zona la violación a una joven debajo del puente Pekín, a unos 500 metros de donde hoy habla un futuro brillante.
“Hoy en día muchas jóvenes estudiantes tienen que cruzar este mismo puente, que atraviesa el arroyo, y en el que se han presentado muchos casos de robos. Yo misma fui víctima en ese entonces, y no quiero que eso le pase a quienes hoy viven en este sector. La Cuadra Bacana es una respuesta a eso. Es una propuesta contra la inseguridad, la drogadicción y la oscuridad que acecha en esta zona del barrio La Luz”, contó Laura.
La Cuadra Bacana, según ella lo define, es un colectivo de regeneración urbana, que promueve la disminución de la inseguridad en los espacios públicos que se encuentran baldíos. Esto, mediante una metodología de Placemaking, una herramienta práctica de innovación social que hace partícipe a la comunidad para la mejora y la humanización de sus espacios.
“Antes de cumplir los diez años conocí el olor a la marihuana. Además, era consciente de que mi entorno era un sector muy intolerante y peligroso, pues muchas bandas criminales se peleaban los territorios para la venta y compra de drogas, lo que provocaba innumerables atracos y asesinatos”, agregó la líder del proyecto.
Esa paredilla blanca que se levanta frente al parqueadero se convertirá en un mural colorido, según el plan que Laura ha presentó -y que ganó- en un concurso de una empresa privada, que suministrará los materiales para la obra social. De cientos de proyectos a nivel nacional que participaron, La Cuadra Bacana clasificó como el mejor de Barranquilla. Los vecinos, parte integral del proyecto, no ven la hora de “llenarse las manos de pintura” para plasmar sus sueños en la pared.
“Deseamos que esta iniciativa se convierta en un modelo de paz replicable en otros sectores vulnerables del suroccidente y suroriente de Barranquilla, empoderando a sus habitantes con la finalidad de formar agentes de cambio activos para la transformación de sus espacios de convivencia sana”, explicó Laura.
Dos de las vecinas del parquecito de La Luz, como le llaman quienes habitan el sector, se refirieron a Laura y a su iniciativa como “la luz que ha llegado para cambiarle la vida a su cuadra” y manifestaron su emoción por el cambio que traerá un acto tan sencillo como el de darle color a un mural frente a sus casas.
“La apoyamos desde siempre, sobretodo pensando en los niños, que han tenido que presenciar tantos actos criminales en el sector”, dijo Denis Palmett, una madre comunitaria del barrio La Luz. “Es triste también ver cómo este parque se nos convirtió en parqueadero, pero ese es otro tema que queremos solucionar y que -seguramente- con este proyecto saldrá adelante”, agregó.
“En 30 años que he vivido en el sector, ver a una joven como Laura nos da esperanzas de que se puede lograr un cambio”, fueron las palabras de Nuris Gutiérrez, vecina de Denis. “No veo la hora de que nos den luz verde para pintar el mural, va a ser algo muy lindo y que reflejará el cambio que tanto queremos”.
La mayor duda que se cierne en estos momentos sobre los vecinos del parque de La Luz es el diseño del mural, pues algunos -por la cercanía a Las Nives- quieren que en él aparezca Teo Gutiérrez, jugador de Junior, a quien consideran como un ejemplo para los niños. “Hubo una votación y a la gente le gustó la idea de que aparezca Teo”, dijo Laura, entre risas. “No es una mala idea, mucha gente lo admira. También quieren que aparezca algo alusivo a los niños; algo colorido”, concluyó.
DENIS PALMETT Residente del sector “El proyecto quiere darle vida a nuestra cuadra”.