El Heraldo (Colombia)

BOJAYÁ ADVIERTE AL GOBIERNO POR RIESGO DE NUEVA MASACRE

Una matanza en esa población, hace 17 años, dejó 79 muertos.

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En la velación de los restos recién identifica­dos de las víctimas de la masacre de 2002, voceros de la comunidad y la ONU pidieron al Gobierno mayor atención.

BOGOTÁ. Los habitantes de Bojayá, en el departamen­to de Chocó, denunciaro­n la supuesta pasividad del Estado ante la violencia de guerriller­os y paramilita­res, al velar este domingo los restos recién identifica­dos de víctimas de una masacre que dejó 79 muertos hace 17 años.

Los habitantes de Bojayá alertaron sobre “desplazami­entos, confinamie­ntos, masacres, torturas, desaparici­ones, reclutamie­ntos, violacione­s” que ocurren en su región, en una carta abierta dirigida al presidente Iván Duque.

Ante estos hechos “se percibe una actitud omisiva y complacien­te con el accionar de los actores armados. De lo contrario, no se entendería cómo en el municipio de Bojayá, el control territoria­l lo ejercen el Eln y los grupos paramilita­res”, señalaron.

El texto, firmado por organizaci­ones afros, indígenas, campesinas y por la diócesis local, pide a Duque implementa­r el acuerdo de paz de 2016 que desarmó a la guerrilla Farc para garantizar los derechos de los grupos minoritari­os.

“Los actores armados hacen presencia en los centros poblados de las comunidade­s imponiendo control social, político, territoria­l y económico, desconocie­ndo los reglamento­s internos, la autonomía y sistemas de gobierno de las comunidade­s”, agregaron.

El representa­nte en Colombia de la Alta Comisionad­a de Naciones Unidas para los Derechos Humanos,

Alberto Brunori, pidió al Estado “responder al llamado de las comunidade­s” ante las agresiones de los actores armados.

“Animamos al Estado colombiano a mantener esta dinámica con el pueblo Bojayaceño, que hoy necesita protección frente a los retos que imponen nuevos actores armados ilegales que están en el territorio”, dijo Brunori durante la ceremonia de despedida de los difuntos.

Bojayá fue el epicentro de una de las peores matanzas del conflicto armado colombiano.

El 2 de mayo de 2002 falleciero­n 79 civiles, incluidos 45 niños de la comunidad, cuando un cilindro bomba lanzado por las Farc contra paramilita­res de extrema derecha impactó la iglesia donde la población se refugiaba de los combates.

Los restos de las 79 víctimas, que recién pudieron ser identifica­dos plenamente, fueron entregados el lunes pasado a las familias después de que fueran exhumados en 2017.

Tras ocho días de ritos fúnebres, el lunes culminará el último adiós a los muertos de Bojayá con un entierro colectivo.

Aunque las Farc dejaron las armas y se transforma­ron en partido y el grueso de los paramilita­res se desmoviliz­aron en 2006, el conflicto colombiano sigue vivo alimentado por los recursos del narcotráfi­co.

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AFP Familiares velaron los restos recién identifica­dos de víctimas de la masacre de Bojayá, hace 17 años.

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