TAQUITOS Y BATAZOS La afición también juega

Lo que pasó, pasó. No es momento de lamentos ni de quejas. “Que había que ganarle al Tolima”, “que no se debía permitir el empate ante Nacional después de estar ganando 2-0”, “que por qué metió a Perencejo y no a Sutanejo”, “que por qué no sacó a Fulano”, que esto, que lo otro, que pitos, que flautas.

Después de que muchos lo dieron por muerto (no solo Iván René Valenciano), Junior se repuso y demostró que está vivito y luchando por la décima estrella de su historia, la tercera consecutiva. Sufrió un durísimo golpe de entrada y se fue a la lona, pero no tiró la toalla, se levantó, subió la guardia y se encuentra dando la pelea. No es fácil.

Sí, obvio, duele que se esfume un triunfo después de ir ganando 2-0 y podemos debatir si no era mejor incluir a ‘Pedro’ o a ‘Juan’ y en qué momento, pero resalto que Junior salió vivo del Atanasio, que bien sabemos es una plaza muy difícil. Pudo ser mejor, pero también pudo ser peor como dijo Julio Comesaña. El rival también se prepara, se esfuerza y tiene sus fortalezas. La lucha continúa. Como se dice en el billar: el juego está en la mesa.

La afición de Junior, de momento, debe enfocarse en llenar hoy el estadio Metropolitano, en alentar y empujar a su equipo, en hacerle sentir al duro adversario que es visitante. Eso ayuda bastante.

Sí, lo más relevante es lo que hagan los jugadores rojiblancos en la cancha. Son once contra once y ningún aficionado entra a cabecear, a patear o a tapar, pero la presión y entusiasmo que brota de la tribuna puede contagiar a los que están en el campo.

No tuve la oportunidad de vivir la fiesta que se hacía en el Romelio cada vez que Junior era local, pero sé que los contrincantes no la tenían fácil ante el masivo y ruidoso respaldo de la hinchada tiburona. En el ‘Metro’ sí he sido testigo de lo importante que resulta el ‘jugador número 12’ cuando respalda con todo a su Junior del alma, pero en el último tiempo no se ha hecho notar tanto. Es hora de que aparezca. Este equipo es bicampeón y batalla por el tri. Lo merece. La afición también juega.