Paro nacional pone a prueba hoy al Gobierno de Duque
Un convulso contexto político enmarca la movilización que se cumplirá hoy en Colombia La batalla de información agita el clima de tensión entre las autoridades y los organizadores.
La protesta, convocada inicialmente por las centrales de trabajadores, ha adquirido connotaciones de paro cívico al sumarse otros colectivos como estudiantes, líderes sociales, artistas e incluso la Iglesia Católica ➲ Expertos lo equiparan por su naturaleza con el paro de 1977 contra López Michelsen.
Llegó el día D: el 21 de noviembre de 2019. El día de medirle el pulso a un gobierno agobiado por las presiones políticas externas de independientes y opositores, pero severamente fracturado por las evidentes divisiones al interior de su gabinete y con el partido que lo llevó al poder: el Centro Democrático.
Llegó el día de medir qué tan unidos están los movimientos sindicales y sociales en Colombia, y de poner a prueba su poder de convocatoria para movilizar a miles de colombianos a las calles en el territorio nacional, pero, además, para hacerlo de manera pacífica.
Llegó el día de medir qué influencia y de qué tipo han tenido las violentas protestas sociales que han estallado en el vecindario suramericano, desde Ecuador hasta Chile, pasando por Bolivia.
Llegó el día del paro nacional que comenzó a gestarse hace un mes como rechazo a las reformas laboral y pensional, de las que el Gobierno aún no radica una propuesta en el Congreso.
Pero sobre todo, llegó el día de medir en las calles para dónde va el país y qué rumbo quieren darle los colombianos.
La tensión ha estado en su máximo punto por cuenta de la estrategia de comunicación implementada por el Gobierno para salirle al paso a cada una de las razones esgrimidas por los organizadores del paro.
Transmisiones por Facebook para responder preguntas de ciudadanos, una intensa agenda de entrevistas del presidente y sus ministros en los diferentes medios nacionales y regionales y una alocución presidencial en la víspera ocuparon la actividad del Gobierno en la ofensiva mediática para bajarle el tono a la convocatoria.
Pero, por otro lado, las medidas ordenadas desde Palacio también han acrecentado el clima de tensión en el país. El acuartelamiento de las Fuerzas Armadas, el decreto para facultar a al alcaldes y gobernadores para adoptar toques de queda y la Ley Seca, los allanamientos efectuados por las autoridades en contra de medios alternativos y colectivos culturales y el cierre de fronteras han encendido las alarmas, incluso de la ONU.
El representante de la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Colombia, Alberto Brunori, emitió un comunicado en el que recuerda que los gobiernos “deben limitar y condicionar al máximo el uso de las fuerzas militares para el control de disturbios internos”, y que la intervención de las fuerzas armadas en las protestas “debe ser temporal, restringida, subordinada y fiscalizada por autoridades civiles y regulada mediante protocolos sobre el uso de la fuerza”.
Mientras que al paro nacional se han ido sumando voces de respaldo, incluso de celebridades como la propia Señorita Colombia, María Fernanda Aristizábal, y el cantante samario Carlos Vives, que reivindican los argumentos para salir a marchar este jueves, desde el propio partido de Gobierno, su máximo líder, el senador Álvaro Uribe, sostiene que “el paro hace parte de la estrategia del Foro de São Paulo que intenta desestabilizar a las democracias de América Latina, secundado por grupos opositores cuyo propósito ha sido bloquear al gobierno del presidente Iván Duque”.
LAS RAZONES DEL PARO. Lo que nació como una protesta de los trabajadores se fue convirtiendo en una gran canasta de reivindicaciones que fueron llenando otras organizaciones y movide mientos: estudiantes, campesinos, indígenas, defensores de derechos humanos, víctimas del conflicto armado, profesores, empleados judiciales, artistas, comunidad Lgbti y otros.
Propuestas surgidas de gremios afines al Gobierno para promover unas reformas laboral y pensional son el centro de las razones que argumentan los organizadores del paro para rechazar el “paquetazo económico”, en el que señalan se contempla la flexibilización laboral, la eliminación del régimen de prima media para las pensiones, la privatización de empresas estatales, la reducción de impuestos para las grandes empresas, entre otras medidas que el presidente ha reiterado, una y otra vez esta semana, ni siquiera han comenzado a redactarse y algunas de ellas –ha dicho el Gobierno– serán llevadas a mesas de negociación.
CONTEXTO POLÍTICO. A 15 meses de haber asumido su mandato, el presidente Iván Duque ha tenido que surfear sobre las olas un Gobierno sin eco en el Congreso, y aun en su propio partido, que ha visto cómo los grandes proyectos legislativos no han logrado sobrevivir en el parlamento.
El jefe de Estado tuvo que dejar ir a su anterior ministro de Defensa, Guillermo Botero, tras un debate de moción de censura y los señalamientos por no haber informado la muerte de ocho menores en un bombardeo contra disidencias de las Farc.
Ayer tuvo que llamar a su embajador en Washington, Francisco Santos, para que se presente con urgencia en Casa de Nariño y rinda explicaciones por lo dicho en un audio filtrado donde cuestiona, en conversación con la designada canciller Clauda Blum, el papel de Carlos Holmes Trujillo en el Ministerio de Relaciones Exteriores y sus pergaminos para asumir el Ministerio de Defensa.
Así, los 493 días de Duque en la Presidencia no han sido tarea fácil. A pesar del crecimiento económico del 3,3%, el más alto en los últimos 15 trimestres, según lo reportado por el DANE, los colombianos siguen sin creer en el desempeño del mandatario y la desaprobación a su gestión está en el punto más alto, con un 69%, al menos eso dice la última encuesta de Invamer Gallup.
El momento político que rodea al presidente Duque, sin duda, y la guerra de información y ‘fake news’ (noticias falsas) han sido caldo de cultivo para que crezca la inconformidad y el impacto de una convocatoria, de la que solo hasta hoy el país podrá dimensionar su alcance.
En la mayor parte del país el paro nacional ha sido convocado para que los manifestantes comiencen a congregarse a partir de las 8 de la mañana. En Bogotá habrá siete puntos de concentración y todas las marchas confluirán en la Plaza de Bolívar. En Barranquilla, cuatro puntos concentrarán a los manifestantes que tendrán como sitio de encuentro el Paseo de Bolívar.