¡Tu Papá, de nuevo finalista!
‘El Tiburón’ logró un empate heroico 2-2 ante Tolima y avanzó a la final de la Liga Águila II, anoche en el Manuel Murillo Toro, de Ibagué.
Junior buscará el décimo título de su historia, el tercero consecutivo. Germán Mera y Edwuin Cetré anotaron los goles.
Con un hombre menos, con decisiones desfavorables e injustas del árbitro Andrés Rojas, con un rival rocoso y atlético, con una cancha difícil, con una afición adversa, con todo y contra todos, Junior logró sacar un empate 2-2 ante Deportes Tolima y avanzó a la final de la Liga por tercera ocasión consecutiva, anoche en el estadio Manuel Murillo Toro, de Ibagué.
Cuando la noche ibaguereña se oscurecía mucho más para los Tiburones, con el marcador 2-1 a favor del Tolima y la expulsión de Gabriel Fuentes por un codazo sobre Ánderson Plata, apareció la luz, la hazaña, la gesta, la proeza, la épica, un capítulo más para la epopeya de este equipo que va por el tricampeonato (léase bien: el tricampeonato), la tercera estrella consecutiva, la décima de su historia.
Luis ‘Cariaco’ González, que entró más enchufado que nunca, se inspiró, eludió a dos hombres y a lo Ronaldinho (mirando para un lado pateando para otro), le puso un pasesote a Edwuin Cetré, que de inmediato despachó un potente y rasante zapatazo que infló la red con la complicidad del arquero William Cuesta.
Corría el minuto 70, cuando los Tiburones mostraron sus dientes y ratificaron aquella vieja frase del ‘Campeón’ Édgar Perea: “¡A Junior tienes que matarlo! ¡A Junior tie- nes que matarlo!”.
Los dirigidos por Alber- to Gamero lo hirieron, lo tuvieron agonizante y pudieron liquidarlo en una opción de gol que Jorge Ramos estrelló en un pa- lo. Pudo ser el 3-1, pero no. Luego de ese postazo llegó la diana de Cetré. ¿Suerte de campeón?
El primer tiempo resultó horrible para la retina de los espectadores. Junior y
Tolima luchaban mucho y jugaban poco. Faltas, empujones, interrupciones. Solo había peligro a través de las jugadas de pelota quieta, en donde Tolima pegó primero y sacó ventaja. José Moya superó en el salto a Daniel Moreno y Gabriel Fuentes, tras el cobro de un tiro de esquina, y logró un contundente cabezazo que no le dio ningún chance a Sebastián Viera.
A pesar de su acelere y enredo futbolístico, los Tiburones se encontraron pronto con el empate por la misma vía. Un córner y cabezazo de Germán Mera que tomó mal parado al joven guardameta local, William Cuesta.
Ni siquiera la alegría de la igualdad le trajo calma a los rojiblancos. Nuevamente se atrincheró y jugó algarete. No la tocaba, la reventaba. No pudo ecualizarse y se vio desafinado toda la etapa inicial.
Los rojiblancos se arrinconaron solos. No daban más de tres pases seguidos, perdían rápido la pelota y no tenían forma de llegar con riesgo a la portería de William Cuesta.
Tolima, sin mucha inspiración, pero con su acostumbrada transpiración empujaba y complicaba. Álex Castro, el jugador más hábil del anfitrión, se aventuró a una acción individual y en medio de los desatinos junioristas fue fauleado al borde del área por Leonardo Pico. El árbitro Andrés Rojas consideró que fue penalti y Danovis Banguero concretó desde los doce pasos.
Sin brújula y rústico, ya en el segundo tiempo, Comesaña sacó a Luis Narváez y mandó al campo a Víctor Cantillo, que venía tocado por la lesión en el tobillo.
La roja complicó todo. Willer Ditta ingresó por Daniel Moreno y Junior se reorganizó en defensa. Aguantando, peleando todo, todavía sin mucha neurona para colectivizar, pero con mucha testosterona, Junior logró el empate y protegió el resultado con todas sus fuerzas y la inteligencia de Teófilo. Sí, Valenciano, definitivamente Junior no estaba muerto. Y a Gamero y su combo hay que decirle: ¡a Junior tienes que matarlo!