Estudiantes reparan computadores en Rebolo
En los colegios Salesiano y Don Bosco, jóvenes desde noveno grado reparan viejos computadores o piezas dañadas que benefician a compañeros y familias necesitadas.
“Tenemos la misión de mejorar el entorno”.
Desde muy pequeño Jonatan Oliveros tenía la curiosidad por descubrir el interior de los objetos electrónicos.
El control del televisor, un teléfono celular, una consola de videojuegos, nada se escapaba de su interés por encontrarle una explicación al funcionamiento de las cosas, por desmitificarlas y comprenderlas.
Un día intentó formatear un computador; por sus conocimientos elementales —casi nulos—en aquel momento, el aparato no volvió a prender. Desde ese momento decidió especializarse en las aulas para adquirir una instrucción que le permitiera “aprender” y también “ayudar a los otros”.
Daniel Salgado y Alejandro Salas cursan junto a él el grado 11 B en el Colegio Don Bosco. Estos jóvenes, estudiantes del taller Reparación y Mantenimiento de Computadores de la institución, son abanderados de un proyecto que busca obsequiar un computador a personas de escasos recursos del barrio Rebolo.
A través del proyecto Computadores Salesianos para Educar, los estudiantes de la escuela reciben donaciones de teclados, monitores, CPU, mouse o cualquier otra parte que no funcione o no se utilice en los hogares. Luego de una revisión de los estudiantes y la valoración de las piezas, las reparan hasta que puedan volver a tener una vida útil en manos de una familia que las necesite.
“A través del conocimiento garantizamos oportunidades ”.
“Queremos apoyo para llegar a más personas ”.
TRABAJO CONJUNTO. Jorge Escobar Arias, sacerdote salesiano y director de la escuela, explica que los talleres hacen parte de clases electivas que se realizan en la institución a partir de noveno grado.
“Después de un proceso de orientación vocacional los estudiantes en octavo grado pueden escoger una especialidad, entre 16 talleres, para graduarse como bachilleres técnicos certificados. Estos son: Peluquería, Cocina, Logística, Auxiliar Contable, Reparación de Motocicletas, Electricidad, Mercadeo
y Ventas, entre otros”, explica.
Valentina Barroso, de 17 años, estudiante de once grado del Colegio Salesiano San Roque, “escuela hermana” del Don Bosco que también hace parte del proyecto, es representante del taller de Mercadeo y
Ventas. Su trabajo consiste en dar a conocer el proyecto Computadores Salesianos para Educar para conseguir más donaciones de piezas.
“Los estudiantes transforman partes desechadas, que generalmente no sirven y las arreglan. Cuando las reparan podemos darle un computador a personas de escasos recursos que no tienen entre sus posibilidades tener uno”, dice Valentina.
Aldemar Frías, coordinador académico de las áreas técnicas del colegio, señala que el programa se inició como un proyecto de grado de un grupo de estudiantes del Salesiano hace cuatro años.
“Hoy, el proyecto es una obra social de la institución con la comunidad que la rodea. Estos jóvenes, con su ingenio y lo que han aprendido, son capaces de volver a darle vida a partes que no servían con un sentido social”, agrega.
Esteban Borja, un estudiante de la escuela de 14 años, es uno de los beneficiados. Este adolescente, habitante de Rebolo, recuerda que hacer las tareas con sus cinco hermanos era muy difícil sin un computador.
“El acceso a estos aparatos y a la tecnología nos ha cambiado la vida”, dice el joven que nació y creció en la calle 15 de este primigenio barrio del suroriente de Barranquilla.
“En estos tiempos es necesario saber manejar un computador para entrar a cualquier trabajo y rendir en el colegio. Cuando no teníamos uno para mis hermanos y para mí era bárbaro”, cuenta en el salón donde ahora ayuda a reparar viejos computadores.