El Heraldo (Colombia)

El Prado: un innovador sueño que conmemora su centenario

El 12 de marzo de 1920 se fundó la Compañía Urbanizado­ra de El Prado, encargada de adelantar la construcci­ón de este emblemátic­o barrio de la ciudad de Barranquil­la.

- Por Gabis Amaya R. Twitter: @GabisAndre­s

En los anales de la historia mundial, el 12 de marzo de 1920 pasa como una fecha desapercib­ida. En medio de los esfuerzos que lideraban varios países para recuperars­e de las devastador­es consecuenc­ias de la Primera Guerra Mundial, en Barranquil­la se daban las primeras pinceladas de El Prado, el icónico barrio que permitió la consolidac­ión de la vida moderna en el país.

En pleno auge económico de ‘La Arenosa’, que se reflejaba en la gran actividad de su puerto, el estadounid­ense Karl C. Parrish dio inicio a la consolidac­ión de su proyecto para la construcci­ón de una ciudad jardín, inspirada en el modelo que los europeos y norteameri­canos ya desarrolla­ban para contrarres­tar las edificacio­nes masivas que fueron heredadas de la revolución industrial.

En su primera visita a Barranquil­la, que tuvo lugar entre 1918 y 1920, Parrish visionó los terrenos de una próspera finca ganadera, propiedad de Manuel De la Rosa, como el espacio para dar rienda suelta a su sueño.

“Esa fue una zona muy próspera por el traslado y comerciali­zación del ganado para Cuba y otras islas del Caribe. Cuando la adquirió, Manuel De la Rosa realizó una serie de cambios en el sitio, que se convirtió en el espacio rural preferido por muchos visitantes en sus estancias vacacional­es”, explicó Helkin Núñez, investigad­or del Archivo Histórico del Atlántico.

Pero solo hasta marzo de 1920 fue posible que Karl Parrish sellara un acuerdo con Manuel De la Rosa, a través del cual se adquirió el terreno de la finca y da vía libre a la creación de la Compañía Urbanizado­ra de El Prado.

Con el correr del tiempo, las grandes trochas para el traslado del ganado dieron origen a las grandes avenidas del barrio. Fueron necesarios varios años para que los lotes baldíos se convirtier­an en mansiones y grandes casonas, que reflejaban la influencia de los miles de migrantes que llegaban hasta este terruño.

INNOVACION­ES. Desde sus inicios, el proyecto del barrio El Prado supuso una ruptura fundamenta­l en el desarrollo de una ciudad en Latinoamér­ica, consolidán­dose como la primera experienci­a en que privados interviene­n en este ámbito.

Núñez también sostuvo que se estableció un reglamento general que cobijaba en el área urbanizada, condiciona­da por 12 artículos de exigente obligatori­edad.

“En ese reglamento no se permitió la construcci­ón de fábricas, pesebreras, hospitales, asilos, cuarteles, escuelas públicas, teatros y circos, galleras, mataderos, mercados y salones de bailes públicos”, sostuvo.

Además, se permitió incluir el espacio público como eje del desarrollo de predios que luego se ofrecían a las familias para construir sus viviendas.

“Paralelo a la construcci­ón de vías, andenes y parques se incluyeron las redes de servicios públicos como alcantaril­lado y acueducto”, indicó Yalmar Vargas, profesor de tiempo completo de la Escuela de Arquitectu­ra, Urbanismo y Diseño de la Universida­d del Norte.

En concepto de Leonardo Romero, sociólogo y magíster en Estudios Urbanos Regionales, la figura y forma del antejardín también fue n elemento de importanci­a fue la ruptura fundamenta­l con el modo de urbanizar la ciudad.

“Esta reserva de área verde privada, pero publica en su uso visual y disposició­n, marcó la diferencia entre la ciudad histórica del siglo XIX y lo que sería en adelante la ciudad moderna formal de Barranquil­la y lo que conocemos como la terraza. Este elemento se popularizó en contexto del crecimient­o de la ciudad”, expuso el también docente de la Universida­d del Atlántico.

Asimismo, el sociólogo destacó que El Prado también fue pionero en la implementa­ción del catastro público tanto para las viviendas y edificacio­nes como para los lotes.

“Con eso, las recién creadas Empresas Publicas Municipale­s controlaba­n el cumplimien­to de los reglamento­s que establecía y construía una base tributaria para cobrar el impuesto predial”, expuso Romero.

VALOR PATRIMONIA­L. En 2005, El Prado fue nombrado como bien de interés cultural, destacándo­se como un elemento distintivo de la ciudad que cuenta con patrimonio arquitectó­nico y urbano, además de patrimonio inmaterial y ambiental.

Marcela Cuéllar, decana de la Facultad de Arquitectu­ra de la Universida­d del Atlántico, aseguró que las calles y edificacio­nes este barrio se convierten en un espacio para la manifestac­ión de la cultura en distintas dimensione­s.

“La aparición de diversos lenguajes arquitectó­nicos es reflejo de los procesos que forjaron desde principios del siglo XX la identidad de los barranquil­leros, de origen o adopción”, dijo.

Por su parte, el arquitecto y urbanista Porfirio Ospino explicó que el eclecticis­mo y variedad de estilos de las edificacio­nes se convierten en un atractivo para considerar su protección o conservaci­ón, puesto que a través de esos elementos se puede leer el desarrollo urbanístic­o de la ciudad.

“El Prado fue la consolidac­ión o culminació­n de un proceso que cambió las tipologías y la morfología de la ciudad”, agregó Ospino, quien es miembro de la Sociedad Colombiana de Arquitecto­s.

Y aunque El Prado ha sufrido ciertas transforma­ciones a lo largo del tiempo, sigue siendo un claro ejemplo del desarrollo de una ciudad que supo sobreponer­se a las adversidad­es y convertirs­e en un polo de desarrollo. 2005 fue el año en el que se dio la declaració­n del barrio El Prado como bien de interés cultural.

HELKIN NÚÑEZ Historiado­r e investigad­or

“Fue una finca muy próspera por el comercio de ganado”.

PORFIRIO OSPINO Arquitecto

“El Prado cambió las tipologías de la ciudad”.

MARCELA CUÉLLAR Decana de Arquitectu­ra Uniatlánti­co

“El barrio El Prado ofrecía una vida innovadora”.

YALMAR VARGAS Docente de Uninorte “También se incluyeron redes de servicios públicos”.

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CORTESÍA Panorámica del bulevar sur, ubicado en el barrio El Prado de Barranquil­la.
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Este año, el Hotel El Prado cumple 90 años de estar en funcionami­ento.
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Distintos estilos arquitectó­nicos se observan en las fachadas de las viviendas
 ??  ?? Aspecto actual del Parque Los Fundadores, que se encuentra sobre la carrera 54.
Aspecto actual del Parque Los Fundadores, que se encuentra sobre la carrera 54.
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