¡Son peores!
Por aquí no comemos cuento de ningún virus, así tenga corona. Que son nocivos, que el neumococo, que la influenza, y ahora el de moda. Pero nada nos perturba, porque vivimos acosados lidiando a virus más fuertes y más dañinos.
¿Dañino el coronavirus? Más dañino es el virus de los supuestos ambientalistas que parecen fichas del narcotráfico pues de otra manera no se entendería su feroz oposición a la aspersión con glifosato que redujo y mantuvo en su mínima las áreas sembradas de coca. Sin hablar de la segunda calzada a Ciénaga, el virus que estos supuestos defensores ambientales propagan, hace también mucho daño cuando con furia y sin mayor conocimiento luchan contra el fracking, para que el país pierda oportunidad de producir más petróleo y más gas, y se quede sin los billetes de su extracción.
¿Dañino? Virus dañino es el de los congresistas izquierdosos, los Petros, los Iván Cepedas, los Roy Barreras y compañía que viven haciendo alharaca y distorsionando cualquier declaración de los ministros, amén de mentir sobre los alcances de cualquier proyecto que anuncie el gobierno. Y ni hablar del virus de los medios, cachacos y no cachacos, que les hacen eco, que parecieran querer tumbar a un gobierno que los apuntala, como si sus propietarios no fueran de la gran élite capitalista. Cuando lo del computador de Reyes todos protestaron contra la dizque cadena de custodia, cadena que hoy nadie reclama a las ilegales grabaciones que pululan, lo que sea con tal de criticar y entorpecer al gobierno, y a un presidente sano. Dañino el virus de las cortes, fiebre corrida con altibajos súbitos, malas y peores, siempre con graves consecuencias. Y, ¿qué decir del, ése sí letal, virus de la JEP?
Severo el virus de Fecode, confeso comunista que se mantiene promoviendo paros y protestas, no importa Duque les haya dado más plata que nunca ni que estuvieron mudos (¿mermelada?) ante Santos, su misión es dañar al gobierno con paros de infiltrados vándalos. Dañino el virus de la infiltración antidemocrática en casi todos los estamentos, hasta en los colegios, para adoctrinar niños. Es que desde adentro quieren imponernos un régimen totalitario.
Hay virus que se pueden atacar desde el gobierno. Por ejemplo el excesivo centralismo, que lo de Electricaribe parece el cuento del gallo capón, y nada de nada. Dañino también el virus de los peajes, que atenta contra la economía en general, encareciendo lo que se transporta, que es todo, productos, materiales, y gente. El de Puerto en Papiros lesiona la economía familiar, es absurdo, demasiado costoso, casi urbano, no debería existir. Pero no lo eliminan.
Ya hay vacuna contra neumococo, influenza y otros virus, y seguro pronto aparecerá la contra al coronavirus, que no es muy inquietante. Porque lo de veras preocupante es que contra todos ésos locales virus, los realmente dañinos, los que tenemos que combatir con firmeza, los que nos quieren destruir y que atentan contra el establecimiento y contra la nación, no encontremos la vacuna pese a que, lo sabemos, ¡Son peores!