Grandeza
Hoy más que nunca Shakespeare tenía razón cuando decía “No teman a la grandeza, algunos nacen grandes, algunos logran grandeza, a algunos la grandeza les es impuesta y a otros la grandeza les queda grande”. Los congresistas Iván Cepeda, Inti Asprilla y Gustavo Petro han demostrado en estos momentos, al igual que muchas otras personas como un graduando de cierta universidad que despreciaba peyorativamente a don Guillermo cuando este de manera alegre y desinteresada le entregaba su diploma de grado universitario, que la grandeza les queda enorme. Su odio, su envidia, su rencor y animadversión hacía muchas cosas les hacen obrar como son: pequeños, débiles, incoherentes, llenos de odios y animadversiones hacia la construcción, hacía el aporte para que Colombia sea un país inmenso, ellos quieren vivir en su pequeñez.
Petro y Asprilla están pasando cuentas de cobro sobre el sistema de salud colombiano, sistema de salud que no está en crisis hoy, pero que sí requiere la solidaridad y las propuestas de los líderes de este país y del mundo en este momento, en esta época de crisis, de zozobra, de escasez, de dudas, momentos en los cuales normalmente los verdaderos líderes muestran su tamaño, en el que los verdaderos líderes asumen posturas propositivas, dan soluciones, mandan mensajes de unión y de aliento, no de crítica o se aprovechan de una epidemia para tratar de sacar réditos políticos. Estos dos congresistas están en su estatura real: baja, por los pisos. Ojalá recapaciten, pero creo que es difícil, en especial para aquel ex alcalde de Bogotá que poco o nada hizo por la salud cuando la tuvo a su cargo, que poco o nada hizo por la educación cuando la tuvo a su cargo y que hoy, quiere presentarse como faro moral sin alumbrar siquiera una baldosa
Así mismo, vemos como personas salen a vociferar, a llorar, a crear drama porque su diploma de grado se lo entregarán en su casa, estas personas ¿entenderán la dimensión de la palabra prevención?, ¿tendrán sentido de responsabilidad social? Por lo visto no, pero afortunadamente son pocos como ellos.
El mundo necesita en estos momentos GRANDEZA, grandeza en la victoria, en la derrota, en la prudencia, en la paciencia, en la pasión, en el entendimiento, en el amor propio, en el sentido de responsabilidad. Grandeza para optar por el camino de la defensa de las instituciones y del bien común, de la defensa de las garantías.
Hoy el mundo está pasando por un momento que estoy seguro superará con creces y que va a cambiar la forma de actuar, de atender conferencias, congresos, de atender enfermos, de preocuparse por los detenidos, que creará conciencia sobre el cuidado propio y la necesidad de alentar la investigación científica por el camino correcto, que es el de la salud y la educación. Colombia necesita su grandeza, la de todos.