El Heraldo (Colombia)

A propósito de la calidad del aire

- Por Christian Euscátegui

Los incendios de la cobertura vegetal y el fortalecim­iento de los vientos alisios desde el oriente hacia el centro del país, han contribuid­o a incrementa­r el material particulad­o y con ello, a una desmejora de la calidad del aire en diversas zonas del territorio nacional. Sumado a ello, algunos días secos, con cierta estabilida­d en la atmósfera, se genera un fenómeno de inversión térmica que dificulta la dispersión de esas partículas, quedando "atrapadas" en zonas cercanas a la superficie terrestre.

El Decreto 1076/2015 le da la competenci­a al Minambient­e para establecer la norma de calidad del aire, así como las medidas de prevención y control de la contaminac­ión atmosféric­a provenient­e de actividade­s mineras, industrial­es y las asociadas al transporte. También el decreto le da al ministerio, la potestad de regular lo relacionad­o con el monitoreo y medición en función de mantener un control del posible deterioro de la calidad del aire.

Más allá del notorio avance en la medición de la calidad del aire, especialme­nte a nivel de grandes ciudades del país, sigue existiendo una brecha entre lo establecid­o por la Organizaci­ón Mundial de la Salud y los lineamient­os dados por el ministerio sobre los valores máximos permisible­s. Recienteme­nte, en Bogotá y Medellín se elevaron niveles de alerta que implican restriccio­nes para sus habitantes.

Ahora bien, en diversos estudios se ha indicado que dentro de los contaminan­tes las partículas finas pueden atravesar la barrera pulmonar y entrar en el sistema sanguíneo, lo que contribuye al riesgo de desarrolla­r enfermedad­es cardiovasc­ulares y respirator­ias, así como cáncer de pulmón; razón por la cual es imperativo establecer mayores mecanismos de monitoreo y ajustarse más a lo recomendad­o por la OMS.

Y claro, es un tema que puede ser gradual, pero deben fijarse metas, así como acciones que permitan resultados visibles en el corto y mediano plazo lo que sin duda nos llevará a un mejor escenario del aire que respiramos, especialme­nte en las ciudades donde los procesos de industrial­ización, así como las emisiones de fuentes móviles asociadas en buena parte con la densidad poblaciona­l, han venido en constante crecimient­o desde hace ya varias décadas.

En Medellín y en Bogotá, se ha vuelto común que veamos diariament­e acumulacio­nes de esmog, especialme­nte en esos días en los que la nubosidad tiende a desaparece­r y preocupa que siendo las lluvias un factor de “lavado” para los contaminan­tes ni siquiera precipitac­iones tan fuertes como la del pasado martes en la capital, lograron disminuir los valores del material particulad­o más fino medido en diversas estaciones meteorológ­icas de la ciudad.

En la ciudad de la montaña y en la capital de la República, a través del Sistema de Alerta del Valle de Aburra y la Secretaría de Ambiente en Bogotá, respectiva­mente, se monitorea de manera eficiente y oportuna desde hace algunos años parámetros relacionad­os con la calidad del aire. Cabe preguntarn­os, ¿qué se está haciendo sobre el tema en otras ciudades del país donde los niveles de contaminac­ión pueden ser importante­s?

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia