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Disputas políticas en medio de la pandemia
El coronavirus llegó a Colombia cuando los mandatarios locales apenas tenían unos meses de haberse posesionado, algunos con una trayectoria política muy definida y otros con las ganas de trabajar, pero sin ninguna experiencia en cargos públicos.
No obstante, los nuevos mandatarios reaccionaron casi que al instante y empezaron a anunciar medidas como el ‘toque de queda’ y simulacros de aislamiento.
Pero lo anterior desató la primera disputa política en tiempos de pandemia.
El analista político Gabriel Orozco, filósofo y doctor en relaciones internacionales, definió tres momentos que afrontó el país desde que se registró el primer caso de COVID-19 en el país.
“Lo primero fue el clamor de los gobiernos locales que pedían que el país entrara en cuarentena, pero que el Gobierno Nacional debía dar las herramientas a los entes locales para poder atender la crisis”, indicó Orozco.
Entre esas primeras medidas está el simulacro de aislamiento obligatorio que decretó la alcaldesa de Bogotá, Claudia López.
El primero en poner un ‘freno’ a los gobiernos locales fue el presidente Iván Duque y la ministra del Interior, Alicia Arango. A través de un decreto dejaron claro que era el Gobierno Nacional el que definiría la ‘hoja de ruta’ para atacar el coronavirus.
Sin embargo, después fue otra la posición del presidente. “Cuando ya se había decretado la cuarentena, el Gobierno Nacional reconoció que tenía que trabajar con los gobiernos locales para dar soluciones específicas y fue cuando les entregó algunas herramientas”, añadió el analista.
Orozco puntualizó que en el tercer momento político durante la pandemia, que es el actual, las relaciones entre el gobierno central y el local se volvieron mucho más estrechas.
“El presidente les dio la llave a los entes territoriales bajo unas líneas generales que el Gobierno Nacional dictó. Esa es la dirección correcta para que cada uno establezca las pautas, ejerciendo más control de la gestión de sus territorios y cada vez hay más sinergia y articulación”, precisó.
El analista político citó como ejemplo las visitas del Ministerio de Salud a los territorios y estrategias en alianza con departamentos como Amazonas y Bolívar para enfrentar la COVID -19.
Pero también los gobiernos locales han enfrentado varias discusiones. En la Costa, Sucre, Bolívar, Cesar y Magdalena han presenciado algunos enfrentamientos políticos, en algunos casos encontrando consenso, y en otros, siguen ‘atizando’ el escenario político.
CARTAGENA Y BOLÍVAR. La llegada de William Dau a la Alcaldía de Cartagena representó un hecho histórico, siendo el candidato que menos invirtió en la campaña y aun así logró alcanzar, con su discurso anticorrupción, 113.627 votos con su movimiento ‘Salvemos a Cartagena’.
Desde el inicio, Dau se mantuvo distante de casas políticas tradicionales en La Heroica.
Por su acérrimo discurso, Dau no se relacionó fácilmente con otros sectores. Con el primero que marcó distancia fue con el gobernador de Bolívar, Vicente Blel.
“La propuesta de construir un ‘Bolívar Primero’ en Salud, Educación, Vivienda, Infraestructura e inversión social, fue aceptada por todos los alcaldes del departamento, exceptuando a uno, el alcalde de Cartagena, que por su discurso no quiso, en ese momento, unirse al equipo”, recordó Blel en diálogo con EL HERALDO.
Blel Scaff asegura que así transcurrieron los primeros meses de este periodo administrativo, aunque admite que el inicio de la pandemia fue un detonante para entablar puentes hacia la sinergia administrativa.
“Con la llegada de la pandemia, y las decisiones acertadas desde la Gobernación, el alcalde pudo entender que trabajar en ‘llave’ era lo más importante”, sostiene.
El gobernador Blel aseguró que a pesar del distanciamiento, no tuvo impedimento para emprender acciones por Cartagena. “Así como atendía compromisos en poblaciones del sur de Bolívar, también trabajaba por el desarrollo de Cartagena, como lo fue la administración del parque Espíritu del Manglar, y el llamado al mejoramiento de las vías en los barrios Torices y Nelson Mandela”.
Para el gobernador Blel una prueba de la naciente sinergia con el alcalde Dau se produjo durante la Donatón.
De hecho, el mismo Dau en diálogoconestemediorefirió este hecho como una muestra de trabajo en equipo: “Las relaciones con el gobernador de Bolívar van bien, hace quince días, gracias a una alianza entre los dos con la fundación Traso, antigua Fundación Mamonal, se recaudó conjuntamente $13 mil millones para la dotación de hospitales y entregas de ayudas alimentarias”
Otros de los episodios que revelaron fuertes tensiones políticas fue la pasada pelea entre unos miembros del Concejo de Cartagenera y el alcalde, quien los llamó corruptos.
Sin embargo, al parecer este impasse también fue superado. Así lo dejó ver el presidente del Concejo de Cartagena, David Caballero, quien agregó que junto con la administración trabajan en un Plan de Desarrollo que se pueda adoptar a las nuevas necesidades tras la emergencia por la COVID -19
“Debemos apuntar, en lo posible, a trabajar mancomunadamente para sacar adelante la problemática que hoy estamos viviendo. Nos tenemos que repensar la ciudad en estos dos o tres años porque entendemos que actividades como el turismo, de gran fuerza en Cartagena, difícilmente se van a reactivar”, indicó.
El concejal del partido Conservador refirió que desde el Concejo están buscando la forma de ayudar a aquellas personas a las que les tocó cerrar sus pequeñas empresas y esperan trabajar articulados con el Gobierno departamental y Nacional para la etapa que han denominada poscovid.
A pesar de la disputa con el Concejo, Dau expresó que el acto de reconciliación que se dio posterior es un mensaje de que es posible trabajar juntos por la ciudad.
Las discu- siones también se dieron a nivel interno en la administración y la renuncia de Álvaro Fortich del Departamento Administrativo Distrital de Salud (Dadis) reveló algunas ‘fisuras’ con el alcalde.
Después el turno le siguió a los gremios, quienes exigían un gerente COVID-19 que sirviera de enlace entre ellos y la administración.
“¿Qué están tramando los gremios? (...) El presidente de la Andi está obsesionado con nombrar a alguien que reemplace al alcalde de Cartagena”, manifestó Dau en su momento.
El enfrentamiento continuó y el presidente de la Andi, Bruce Mac Master, respondió: “Desconcertante la reacción del alcalde de Cartagena ante la solicitud de que nombre un gerente para el COVID-19 en la ciudad. ¿Se le olvida que es el mandatario de todos?, ¿no tiene capacidad de recibir sugerencias?, ¿no tiene capacidad de aceptar que las mejores soluciones son colectivas?”.
Sin embargo, tras varias visitas del Ministerio de Salud y una reunión sostenida entre Blel, Dau y sectores privados, el presidente Duque designó a un coordinador de la COVID-19 en la ciudad, el médico Juan Manuel Benedetti Sarasti.
Por su parte, el alcalde de Cartagena reiteró que no existe una pelea entre la salud y la economía.
“Es un problema sanitario mundial lo que obliga a mantener en aislamiento y bajo cierre a amplios sectores productivos, entre esos los turísticos porque hay que mantener distancias y mientras el Gobierno no autorice vuelos, no habrá turismo”, explicó Dau.
Así las cosas, aunque han sido varias las disputas políticas en Cartagena lo cierto es que desde los distintos sectores se ha logrado llegar a consensos, pero los gremios aún esperan un posible pacto.
En este sentido, el presidente de la Asamblea de Bolívar, Jorge Rodríguez, opinó: “Ha habido puentes, ya se está trabajando mancomunadamente. Pienso que el alcalde William Dau está entrando en razón; me da la impresión de que está mejorando el oído y su carácter. Quizás se ha dado cuenta que solo no puede construir, que para eso están las autoridades, para que se complementen”.
Por otra parte, el alcalde dejó presente que “la promesa de acabar con la corrupción es un principio que no debe generar conflicto con ningún sector social y económico”.
Reiteró que lo inaceptable es la corrupción.
¿HACIA DÓNDE EMPUJAR?. La directora de la Fundación Cívico-Social Pro
Cartagena (Funcicar), Carolina Calderón, indicó que la gobernabilidad en esta emergencia sanitaria no debe determinarse por las relaciones de tensión entre los actores políticos ni con otros grupos de interés.
“Esta crisis la vive la sociedad en su conjunto y es necesario generar confianza. Claramente los nuevos gobernantes se enfrentan a la debilidad institucional de sus municipios y al mismo tiempo deben desarrollar capacidades colectivas de sus equipos, mayor relacionamiento local y nacional, así como liderazgo, comunicación y estrategia. La ciudadanía espera de sus líderes compromiso y responsabilidad porque la vida depende de las decisiones que se tomen; y transparencia porque con la calidad de las inversiones podrán prevenir, mitigar y salvar vidas”, señaló.
¿SE REQUIERE UNIÓN?. Cartagena no ha sido el único escenario que ha sido testigo de enfrentamientos, la propia actividad política conlleva muchas veces a tales disputas.
Sin embargo, en tiempos de pandemia con las cifras aumentando y la emergencia creciendo, algunos sectores han clamado por la unión en estos tiempos difíciles.
No obstante, otra percepción tiene el analista político Gabriel Orozco: “En principio el ideal es que estemos todos unidos de acuerdo con un frente común. Sin embargo, lo que se ha visto durante esta pandemia son las diferencias de determinados políticos y líderes locales frente a las dinámicas o decisiones que han venido tomando en el Gobierno Nacional. Si no tuviéramos esas diferencias no se hubiese podido presionar para pedir medidas más ajustadas a la realidad de los territorios”. Orozco Defendió que precisamente la base de la democracia son los disensos y que primará el cumplimiento de los dere- chos fundamentales como la vida ante cualquier otra medida.
“El disenso, el debate y el control político no es algo que se deba suprimir durante la pandemia, no se debe congelar o poner de lado por el hecho de que todos tenemos que estar unidos”, añadió.
A pesar de lo anterior,
Orozco no desestimó el consenso para la toma de acciones efectivas que protejan a la ciudadanía.
“Se tienen que hacer pactos, no es que todos debemos estar unidos y por tanto callar la voz por la mala gestión. Pero sí se tiene que avanzar en pactos, eso implica gobernar para tener consensos de cara a lo que ocurre en estos momentos. Si no se formulan pactos difícilmente se podrá gobernar. Si bien los recursos para contratar, empezar obras y dar alivios los tiene el Gobierno, también se requiere contar con el sector empresarial”, recomendó.
CORRUPCIÓN, OTRO LÍO POLÍTICO. El analista sostuvo que el control político es el que ha permitido vigilar y detectar los sobrecostos en la contratación para los kits de ayudas humanitarias.
De hecho, sólo en la Costa, la Contraloría ha emitido 26 alertas por $63 mil millones.
Ante esto, Orozco refirió que el gobernante implicado en posibles de actos de corrupción pierde legitimidad y capacidad de controlar y solicitar medidas extremas de aislamiento a su población.
“Cuando vemos estas denuncias se baja el margen de la gobernabilidad, se pierde legitimidad ante sus ciudadanos, aunque lo hayan votado”, manifestó.
“El disenso, el debate y el control político no se debe suprimir durante la pandemia por el hecho de que hay que estar unidos”.
“Los nuevos gobernantes se enfrentan a la debilidad institucional y al mismo tiempo deben desarrollar capacidades colectivas”.