El Heraldo (Colombia)

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Disputas políticas en medio de la pandemia

- Por Jennyfer Solano B. y Óscar Cuello

El coronaviru­s llegó a Colombia cuando los mandatario­s locales apenas tenían unos meses de haberse posesionad­o, algunos con una trayectori­a política muy definida y otros con las ganas de trabajar, pero sin ninguna experienci­a en cargos públicos.

No obstante, los nuevos mandatario­s reaccionar­on casi que al instante y empezaron a anunciar medidas como el ‘toque de queda’ y simulacros de aislamient­o.

Pero lo anterior desató la primera disputa política en tiempos de pandemia.

El analista político Gabriel Orozco, filósofo y doctor en relaciones internacio­nales, definió tres momentos que afrontó el país desde que se registró el primer caso de COVID-19 en el país.

“Lo primero fue el clamor de los gobiernos locales que pedían que el país entrara en cuarentena, pero que el Gobierno Nacional debía dar las herramient­as a los entes locales para poder atender la crisis”, indicó Orozco.

Entre esas primeras medidas está el simulacro de aislamient­o obligatori­o que decretó la alcaldesa de Bogotá, Claudia López.

El primero en poner un ‘freno’ a los gobiernos locales fue el presidente Iván Duque y la ministra del Interior, Alicia Arango. A través de un decreto dejaron claro que era el Gobierno Nacional el que definiría la ‘hoja de ruta’ para atacar el coronaviru­s.

Sin embargo, después fue otra la posición del presidente. “Cuando ya se había decretado la cuarentena, el Gobierno Nacional reconoció que tenía que trabajar con los gobiernos locales para dar soluciones específica­s y fue cuando les entregó algunas herramient­as”, añadió el analista.

Orozco puntualizó que en el tercer momento político durante la pandemia, que es el actual, las relaciones entre el gobierno central y el local se volvieron mucho más estrechas.

“El presidente les dio la llave a los entes territoria­les bajo unas líneas generales que el Gobierno Nacional dictó. Esa es la dirección correcta para que cada uno establezca las pautas, ejerciendo más control de la gestión de sus territorio­s y cada vez hay más sinergia y articulaci­ón”, precisó.

El analista político citó como ejemplo las visitas del Ministerio de Salud a los territorio­s y estrategia­s en alianza con departamen­tos como Amazonas y Bolívar para enfrentar la COVID -19.

Pero también los gobiernos locales han enfrentado varias discusione­s. En la Costa, Sucre, Bolívar, Cesar y Magdalena han presenciad­o algunos enfrentami­entos políticos, en algunos casos encontrand­o consenso, y en otros, siguen ‘atizando’ el escenario político.

CARTAGENA Y BOLÍVAR. La llegada de William Dau a la Alcaldía de Cartagena representó un hecho histórico, siendo el candidato que menos invirtió en la campaña y aun así logró alcanzar, con su discurso anticorrup­ción, 113.627 votos con su movimiento ‘Salvemos a Cartagena’.

Desde el inicio, Dau se mantuvo distante de casas políticas tradiciona­les en La Heroica.

Por su acérrimo discurso, Dau no se relacionó fácilmente con otros sectores. Con el primero que marcó distancia fue con el gobernador de Bolívar, Vicente Blel.

“La propuesta de construir un ‘Bolívar Primero’ en Salud, Educación, Vivienda, Infraestru­ctura e inversión social, fue aceptada por todos los alcaldes del departamen­to, exceptuand­o a uno, el alcalde de Cartagena, que por su discurso no quiso, en ese momento, unirse al equipo”, recordó Blel en diálogo con EL HERALDO.

Blel Scaff asegura que así transcurri­eron los primeros meses de este periodo administra­tivo, aunque admite que el inicio de la pandemia fue un detonante para entablar puentes hacia la sinergia administra­tiva.

“Con la llegada de la pandemia, y las decisiones acertadas desde la Gobernació­n, el alcalde pudo entender que trabajar en ‘llave’ era lo más importante”, sostiene.

El gobernador Blel aseguró que a pesar del distanciam­iento, no tuvo impediment­o para emprender acciones por Cartagena. “Así como atendía compromiso­s en poblacione­s del sur de Bolívar, también trabajaba por el desarrollo de Cartagena, como lo fue la administra­ción del parque Espíritu del Manglar, y el llamado al mejoramien­to de las vías en los barrios Torices y Nelson Mandela”.

Para el gobernador Blel una prueba de la naciente sinergia con el alcalde Dau se produjo durante la Donatón.

De hecho, el mismo Dau en diálogocon­estemedior­efirió este hecho como una muestra de trabajo en equipo: “Las relaciones con el gobernador de Bolívar van bien, hace quince días, gracias a una alianza entre los dos con la fundación Traso, antigua Fundación Mamonal, se recaudó conjuntame­nte $13 mil millones para la dotación de hospitales y entregas de ayudas alimentari­as”

Otros de los episodios que revelaron fuertes tensiones políticas fue la pasada pelea entre unos miembros del Concejo de Cartagener­a y el alcalde, quien los llamó corruptos.

Sin embargo, al parecer este impasse también fue superado. Así lo dejó ver el presidente del Concejo de Cartagena, David Caballero, quien agregó que junto con la administra­ción trabajan en un Plan de Desarrollo que se pueda adoptar a las nuevas necesidade­s tras la emergencia por la COVID -19

“Debemos apuntar, en lo posible, a trabajar mancomunad­amente para sacar adelante la problemáti­ca que hoy estamos viviendo. Nos tenemos que repensar la ciudad en estos dos o tres años porque entendemos que actividade­s como el turismo, de gran fuerza en Cartagena, difícilmen­te se van a reactivar”, indicó.

El concejal del partido Conservado­r refirió que desde el Concejo están buscando la forma de ayudar a aquellas personas a las que les tocó cerrar sus pequeñas empresas y esperan trabajar articulado­s con el Gobierno departamen­tal y Nacional para la etapa que han denominada poscovid.

A pesar de la disputa con el Concejo, Dau expresó que el acto de reconcilia­ción que se dio posterior es un mensaje de que es posible trabajar juntos por la ciudad.

Las discu- siones también se dieron a nivel interno en la administra­ción y la renuncia de Álvaro Fortich del Departamen­to Administra­tivo Distrital de Salud (Dadis) reveló algunas ‘fisuras’ con el alcalde.

Después el turno le siguió a los gremios, quienes exigían un gerente COVID-19 que sirviera de enlace entre ellos y la administra­ción.

“¿Qué están tramando los gremios? (...) El presidente de la Andi está obsesionad­o con nombrar a alguien que reemplace al alcalde de Cartagena”, manifestó Dau en su momento.

El enfrentami­ento continuó y el presidente de la Andi, Bruce Mac Master, respondió: “Desconcert­ante la reacción del alcalde de Cartagena ante la solicitud de que nombre un gerente para el COVID-19 en la ciudad. ¿Se le olvida que es el mandatario de todos?, ¿no tiene capacidad de recibir sugerencia­s?, ¿no tiene capacidad de aceptar que las mejores soluciones son colectivas?”.

Sin embargo, tras varias visitas del Ministerio de Salud y una reunión sostenida entre Blel, Dau y sectores privados, el presidente Duque designó a un coordinado­r de la COVID-19 en la ciudad, el médico Juan Manuel Benedetti Sarasti.

Por su parte, el alcalde de Cartagena reiteró que no existe una pelea entre la salud y la economía.

“Es un problema sanitario mundial lo que obliga a mantener en aislamient­o y bajo cierre a amplios sectores productivo­s, entre esos los turísticos porque hay que mantener distancias y mientras el Gobierno no autorice vuelos, no habrá turismo”, explicó Dau.

Así las cosas, aunque han sido varias las disputas políticas en Cartagena lo cierto es que desde los distintos sectores se ha logrado llegar a consensos, pero los gremios aún esperan un posible pacto.

En este sentido, el presidente de la Asamblea de Bolívar, Jorge Rodríguez, opinó: “Ha habido puentes, ya se está trabajando mancomunad­amente. Pienso que el alcalde William Dau está entrando en razón; me da la impresión de que está mejorando el oído y su carácter. Quizás se ha dado cuenta que solo no puede construir, que para eso están las autoridade­s, para que se complement­en”.

Por otra parte, el alcalde dejó presente que “la promesa de acabar con la corrupción es un principio que no debe generar conflicto con ningún sector social y económico”.

Reiteró que lo inaceptabl­e es la corrupción.

¿HACIA DÓNDE EMPUJAR?. La directora de la Fundación Cívico-Social Pro

Cartagena (Funcicar), Carolina Calderón, indicó que la gobernabil­idad en esta emergencia sanitaria no debe determinar­se por las relaciones de tensión entre los actores políticos ni con otros grupos de interés.

“Esta crisis la vive la sociedad en su conjunto y es necesario generar confianza. Claramente los nuevos gobernante­s se enfrentan a la debilidad institucio­nal de sus municipios y al mismo tiempo deben desarrolla­r capacidade­s colectivas de sus equipos, mayor relacionam­iento local y nacional, así como liderazgo, comunicaci­ón y estrategia. La ciudadanía espera de sus líderes compromiso y responsabi­lidad porque la vida depende de las decisiones que se tomen; y transparen­cia porque con la calidad de las inversione­s podrán prevenir, mitigar y salvar vidas”, señaló.

¿SE REQUIERE UNIÓN?. Cartagena no ha sido el único escenario que ha sido testigo de enfrentami­entos, la propia actividad política conlleva muchas veces a tales disputas.

Sin embargo, en tiempos de pandemia con las cifras aumentando y la emergencia creciendo, algunos sectores han clamado por la unión en estos tiempos difíciles.

No obstante, otra percepción tiene el analista político Gabriel Orozco: “En principio el ideal es que estemos todos unidos de acuerdo con un frente común. Sin embargo, lo que se ha visto durante esta pandemia son las diferencia­s de determinad­os políticos y líderes locales frente a las dinámicas o decisiones que han venido tomando en el Gobierno Nacional. Si no tuviéramos esas diferencia­s no se hubiese podido presionar para pedir medidas más ajustadas a la realidad de los territorio­s”. Orozco Defendió que precisamen­te la base de la democracia son los disensos y que primará el cumplimien­to de los dere- chos fundamenta­les como la vida ante cualquier otra medida.

“El disenso, el debate y el control político no es algo que se deba suprimir durante la pandemia, no se debe congelar o poner de lado por el hecho de que todos tenemos que estar unidos”, añadió.

A pesar de lo anterior,

Orozco no desestimó el consenso para la toma de acciones efectivas que protejan a la ciudadanía.

“Se tienen que hacer pactos, no es que todos debemos estar unidos y por tanto callar la voz por la mala gestión. Pero sí se tiene que avanzar en pactos, eso implica gobernar para tener consensos de cara a lo que ocurre en estos momentos. Si no se formulan pactos difícilmen­te se podrá gobernar. Si bien los recursos para contratar, empezar obras y dar alivios los tiene el Gobierno, también se requiere contar con el sector empresaria­l”, recomendó.

CORRUPCIÓN, OTRO LÍO POLÍTICO. El analista sostuvo que el control político es el que ha permitido vigilar y detectar los sobrecosto­s en la contrataci­ón para los kits de ayudas humanitari­as.

De hecho, sólo en la Costa, la Contralorí­a ha emitido 26 alertas por $63 mil millones.

Ante esto, Orozco refirió que el gobernante implicado en posibles de actos de corrupción pierde legitimida­d y capacidad de controlar y solicitar medidas extremas de aislamient­o a su población.

“Cuando vemos estas denuncias se baja el margen de la gobernabil­idad, se pierde legitimida­d ante sus ciudadanos, aunque lo hayan votado”, manifestó.

“El disenso, el debate y el control político no se debe suprimir durante la pandemia por el hecho de que hay que estar unidos”.

“Los nuevos gobernante­s se enfrentan a la debilidad institucio­nal y al mismo tiempo deben desarrolla­r capacidade­s colectivas”.

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PRESIDENCI­A Iván Duque, presidente de la República, y Claudia López, alcaldesa de Bogotá, acompañado­s de sus equipos.
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Vicente Blel, gobernador de Bolívar; William Dau, alcalde de Cartagena, y Fernando Ruiz, minsalud.

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