Paciente 31
Ante el crecimiento de las cifras de contagios en Barranquilla y el Atlántico hoy, más que nunca, es relevante recordar el renombrado caso de la paciente 31 en Corea del Sur. Un mes después de la identificación de la primera persona infectada con coronavirus, dicho país había conseguido contener su expansión, con solo 30 personas infectadas. Sin embargo, la paciente número 31, pesar de tener síntomas, continuó su vida normal multiplicando aproximadamente por 30 la propagación de virus en tan solo 8 días, ascendiendo a alrededor de 1000 el número de contagiados.
No muy lejos estamos de esta situación en Barranquilla y en el Atlántico al ver, a pesar del trabajo serio y dedicado de sus mandatarios, personas que se resisten al uso del tapabocas, el uso inadecuado del transporte público, fiestas clandestinas y más de 33,000 comparendos impuestos, sin desconocer, por supuesto, los comportamientos producto de la problemática social y sus realidades.
Paradójicamente, la cultura ciudadana fue uno de los temas priorizados por la ciudadanía en las consultas realizadas por el alcalde Jaime Pumarejo para la construcción del Plan de Desarrollo. De acuerdo con este, en las encuestas realizadas el 27.10% opinaron que a Barranquilla le hace falta fortalecer la cultura ciudadana para ser una mejor ciudad para vivir, siendo este el segundocon mayor porcentaje. Asimismo, fue la cuarta prioridad entre veintitrés temáticas al preguntar a las mesas de expertos ¿hacía donde consideran que la Alcaldía de Barranquilla debería enfocarse prioritariamente?
Tal como identifica en su estrategia, la cultura ciudadana se gestiona de una manera radicalmente distinta a, por ejemplo, la construcción de una obra de infraestructura porque es un proceso que comienza desde el ser y depende de la voluntad de cada uno de nosotros. ¿A qué me refiero con esto? Una ciudadanía que se autorregula, velando en cada acción por el bienestar comunitario y que participa en el debate público en pro del desarrollo de todos, lo hace desde el reconocimiento de su identidad como barranquillero y sentido de pertenencia por la ciudad, pero sobretodo desde su sentido de comunidad.
Hace unos días leía una entrevista realizada por el diario El País al coreano ByungChul Han, el filósofo alemán vivo más leído en el mundo de acuerdo con este diario, en la que habla sobre su reciente obra titulada La desaparición de los rituales. Plantea que la comunidad está desapareciendo a pesar de que cada vez estamos más interconectados y que por lo tanto prevalece la comunicación sin comunidad, argumentando que las redes sociales acaban con la dimensión social poniendo al ego en el centro. El mismo autor invita a que redefinamos la libertad a partir de la comunidad, ya que la libertad es la manifestación de una relación plena, afirma, y la comunidad fuente de felicidad.
Hay un plano en el que sí hemos fortalecido este sentido de comunidad y es en nuestros hogares. Pensemos en la manera en la que en esta cuarentena hemos organizado los espacios para que cada uno pueda desarrollar su actividad laboral, nos hemos dividido las labores cotidianas, participamos en las decisiones de bioseguridad y respetamos y cumplimos voluntariamente estos acuerdos porque nos afectan a todos.
Extrapolemos ese sentido de comunidad a nuestra sociedad y reconozcamos, así como lo hizo evidente la paciente 31, que la acción de cada uno sí tiene un impacto determinante, y por lo tanto la autorregulación de todos es el único camino para poder re establecer la economía. Ahora es la prueba de fuego, ese cambio que la ciudadanía ha pedido ver en Barranquilla, como comunica la Alcaldía, depende de ti.