El Heraldo (Colombia)

Nueva política social

- Por Kelina Puche*

La presente crisis sanitaria y económica originada por el COVID-19, ha develado importante­s avances en materia de gestión pública, ilustrando la llegada de una nueva era de la política social bajo un enfoque moderno, apoyado en el manejo de datos y en el trabajo articulado entre distintas entidades.

El programa de Ingreso Solidario, liderado por el Departamen­to Nacional de Planeación, y dirigido principalm­ente a un grupo poblaciona­l, quizás no pobre en su totalidad, pero sí ampliament­e vulnerable, que en buena medida depende de la economía informal, se convierte en un alivio económico importante para este segmento de la sociedad, que representa cerca del 36,2% del total de hogares del país, los cuales frente a cualquier choque, fácilmente pueden caer en la pobreza. Tal choque llegó a manera de pandemia y ataco vorazmente a más de 13,7 millones de ocupados que se desenvolví­an en el sector informal y permanecía­n en su mayoría, invisibles frente a las ayudas estatales, como el subsidio a la nómina.

Por otro lado, el programa inició planteando una temporalid­ad de 2 meses, próximos a cumplirse, no obstante, el presidente Iván Duque manifestó esta misma semana que la emergencia sanitaria se extenderá hasta septiembre, por lo que queda sobre la mesa la oportunida­d de revisar la duración de la medida, si lo que se quiere, además de minimizar el choque económico es incentivar a los hogares a mantenerse en sus casas para disminuir la velocidad de propagació­n de la pandemia y evitar el colapso del sistema de salud.

Ingreso Solidario involucró un proceso de ingeniería de datos, que había estado consolidán­dose durante décadas en el país, y que la urgencia de la necesidad permitió darle uso para una avanzada identifica­ción y focalizaci­ón de recursos, que a la fecha alcanzan a cerca de 2 millones de nuevos hogares beneficiad­os por transferen­cias monetarias; adicionale­s a los ya beneficiar­ios por programas sociales como familias en acción, jóvenes en acción, adulto mayor o devolución del IVA. El cruce de informació­n implicó un trabajo mancomunad­o de varias entidades y sus distintas plataforma­s de informació­n, desde Sisbén III y IV, la Planilla Integrada de Liquidació­n de Aportes (PILA), las verificaci­ones realizadas por la Administra­dora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud (ADRES), el Archivo Nacional de Identifica­ción (ANI) y de la Unidad de Pensiones y Parafiscal­es (UGPP), así como con las centrales de informació­n del sistema financiero.

Aunque la transferen­cia puede calificars­e como insuficien­te, teniendo en cuenta que la demanda por alimentos de los hogares colombiano­s al mes superan los $160 mil pesos que dispone el programa, su innegable necesidad supera las limitacion­es en su monto y se constituye en la única fuente de ingresos para una mayoría de las familias beneficiad­as.

El COVID-19 ha presionado a los gobernante­s a proceder rápidament­e ante un enemigo invisible, ilustrando nuevos ritmos de ejecución y apoyados en un enfoque redistribu­tivo que busca atenuar en el corto plazo el choque económico, y poder así, consolidar de cara al futuro una senda de desarrollo inclusivo. *Directora Fundesarro­llo

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