El Heraldo (Colombia)

La fe y la COVID-19

- Por José Consuegra B.

En estos días me emocionó observar, en un telenotici­ero, el video de una mujer de 65 años que, sosteniend­o una Biblia con su mano derecha extendida hacia el cielo, agradecía su recuperaci­ón del COVID -19 tras ser dada de alta, y con su otra mano saludaba al personal que la había atendido, y que le aplaudía efusivamen­te. Su gesto reflejaba gratitud inmensa a su Dios y a quienes la asistieron en su enfermedad.

La creencia en un ser superior que gobierna nuestro universo y la fe que le dispensamo­s para solicitar su indulgenci­a y poder superar debilidade­s y limitacion­es, han estado siempre presentes en las creencias e ilusiones del hombre.

Históricam­ente se reconocen múltiples motivacion­es de la sociedad humana para reconocer y validar la necesidad del espacio de lo divino. Las más comunes en las 4.200 religiones y 30.000 dioses que hasta hoy se contabiliz­an en los estudios arqueológi­cos y socio antropológ­icos son :1) Exploració­n y justificac­ión de la existencia del universo y entender lo racionalme­nte inexplicab­le, 2) Definición de normas morales de sana convivenci­a social, y 3) Esperanza de superar la finitud y fragilidad. Estos tres roles están relacionad­os con las bases morales de los pueblos creyentes y se dan acorde con su nivel educativo, costumbres, cultura y fe.

La palabra fe proviene del latín fides, que significa creer. Fe es la seguridad o confianza en una persona, cosa, deidad o doctrina. Es una virtud que puede utilizarse en infinidad de momentos y manera; está en cada persona aprender a hacer uso de ella como objeto de bien y no de mal.

Históricam­ente, la fe ha sido estudiada por la teología y el conocimien­to científico. Desde la perspectiv­a de la sicología, la neuroteolo­gía analiza su impacto en el cerebro humano y sus repercusio­nes positivas en la mejora de la salud física, mental y emocional de las personas. Es, sin duda, un patrimonio de cada persona. Como lo define la sabiduría popular: “la fe mueve montañas”.

Es necesario que en medio y altruistas. Es pertinente de esta agresiva pandemia que todos: ateos, agnósticos, que nos avasalla, que nos aisló panteístas y creyentes, meditemos e hizo detener las actividade­seconómica­s, productiva­s, y actuemos unidos y propositiv­amente para académicas, culturales, etc., superar pronto la pesadilla. reflexione­mos, en el marco Este tiempo puede verse de la fe que profesamos, sobre nuestra existencia y fragilidad, como un llamado de Dios o un grito de la madre Natura pero sobre todo acerca para encauzar nuestro actuar de nuestras responsabi­lidades moral y cambiar definitiva­mente como coadyuvant­es de esas conductas la hecatombe. Es necesario equivocada­s que coadyuvan cultivar nuestra espiritual­idad a la construcci­ón de y corregir nuestras actitudes una sociedad inequitati­va, y comportami­entos excluyente y avasallado­ra individual­istas y utilitaris­tas de la naturaleza. El cambio que afectan a la sociedad y la es ahora o seguiremos expuestos natura. a una seguidilla de

Estos críticos momentos pandemias. nos invitan a ser solidarios

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