¿Sirven los Ediles?
Sí, sirven a sus comunidades y más importante aún: fortalecen la democracia local. Entonces, ¿por qué son unas figuras tan controversiales?, que de tanto en tanto son tildadas de ornamentales e inútiles por quienes creen que representan únicamente un gasto económico del recurso público. Posiblemente tenga que ver con un problema de comunicación, pues la mayoría de ellos son líderes activos que constantemente se dedican a resolver problemas barriales y que en tiempo electoral se vuelven cotizados ya que sus pequeños caudales (fidelizados a punta de labor diaria en la cotidianidad) son atractivos para cualquier político que intente elegirse.
Sin embargo, su mayor escollo reside en los Fondos de Desarrollo Local. En Barranquilla, sus autoridades aún no han determinado o reglamentado lo supuesto por la LEY 1617; y cada vez, esto genera mayor exasperación por parte de los ediles, lo que resulta absolutamente comprensible. Ya que de ello depende que se fortalezcan las alcaldías locales y que sus acciones como co-administradores de las localidades tengan un impacto visible.
Soy enemiga de la homogenización, meter a todos los ediles en una misma bolsa es equivocado. Por supuesto hay unos que cumplen únicamente con lo requerido para cobrar sus honorarios y otros que por el contrario se destacan en sus labores comunitarias, viviendo en función de ello. Así que a los ediles mediocres, ojalá sus electores los castiguen quitándoles el voto si se pretenden reelegir; pero ¿qué debe hacer la administración distrital para contribuir a la tarea de los que sí se dedican a mejorar y aportar a sus localidades?. En definitiva, urge llegar a un acuerdo con ellos y empezar a darle trámite a la reglamentación de los Fondos. Se puede pensar incluso en una fórmula participativa con las mismas comunidades para decidir las partidas presupuestales en qué se invierten.
Es cierto, hoy los ediles no tienen experiencia en materia fiscal y administrativa; de hecho, algunos de seguro no tienen formación académica para ello. Pero… ¿es eso una excusa para no cumplir la ley? No. Pues que estas figuras se hayan visto reducidas a ser meros tramitadores es en parte culpa de todos. Barranquilla hoy cuenta con un equipo de dirigentes jóvenes que de seguro entienden lo que está ocurriendo y están buscando solución. Ahora bien, la democracia local exige que la búsqueda de dicha alternativa se convierta en una prioridad. Porque hoy es la pandemia, mañana será otro tema en la agenda el que obligue a seguir relegando el debate de la descentralización para después.
Nos quejamos constantemente por cómo somos vistos y tratados por parte del centro político ubicado en Bogotá. Pues no repliquemos las mismas prácticas hacia adentro. Mientras los ediles existan por ley, ellos seguirán exigiendo con toda legitimidad sus facultades. Ellos son la voz de las localidades. Uno de los elementos que el Alcalde Pumarejo puede tener en cuenta es elegir buenos alcaldes locales, pues de la terna entregada por los ediles, es él quien en últimas selecciona. Una buena forma de no ser testigos de alcaldías locales poco útiles es dándole la oportunidad a personas con hoja de vida pues de lo contrario, esto se convierte en un ciclo viciosos en el que todos tienen una alta dosis de responsabilidad.