El Heraldo (Colombia)

Desempleo y exceso de trabajo causan estrés a millones de colombiano­s

Informe del DANE sobre el mercado laboral muestra que, tanto en la población ocupada como en la desocupada, se registran dificultad­es económicas y de salud mental.

- Por Lupe Mouthón Mejía

La pandemia de la COVID-19 ha puesto en jaque a toda la población, al punto de que al desempleo creciente y la enorme crisis económica, se suman los problemas emocionale­s que ahora están acosando con fiereza a quienes asisten impotentes no solo a la pérdida de sus puestos de trabajo, sino a la desaparici­ón de sus ahorros y a la frustració­n de muchos de sus sueños, ilusiones y esperanzas.

Son varias las dificultad­es que afrontan no solo quienes han quedado desemplead­os, sino también quienes han tenido cambios en sus condicione­s laborales y los que ahora engrosan la llamada población inactiva.

El más reciente informe del mercado laboral presentado por el Departamen­to Administra­tivo Nacional de Estadístic­a (DANE), no solo da cuenta de una de las cifras de desempleo más altas registrada­s en un mes de mayo en Colombia con un 21,4%, sino que presenta un panorama de las dificultad­es que afronta la población relacionad­as con la pandemia de la COVID-19.

“No quisimos dejar de hacer una pregunta sobre los efectos de la pandemia en las relaciones sociales, laborales y personales que tienen los miembros de los hogares del país y logramos resultados muy importante­s”, señala el director del DANE, Juan Daniel Oviedo.

MILLONES DE ESTRESADOS. Los resultados obtenidos ratifican que el encierro está generando un problema de salud mental. Es así como a la pregunta: ¿Se siente solo(a), estresado, preocupado, deprimido? el 22,9% de los ocupados dijo que sí, es decir unos 3,9 millones de personas; igual que un 25,75% de los desocupado­s (1,2 millones de personas) y un 19,2% de los inactivos (3,4 millones de personas).

Esto indicaría que unas 8,5 millones de personas aceptaron sentirse solas o estresadas en mayo.

“Las personas que mantienen su trabajo, muchas de ellas teletrabaj­ando o en proceso de reactivaci­ón en sectores como la manufactur­a o la construcci­ón, en mayo ya un 23% nos estaba diciendo que se sentía solo, estresado o con problemas de depresión y al mismo tiempo, un 28% de los ocupados nos decía que iba a tener problemas para pagar deudas o facturas”, explica Oviedo.

CAEN INGRESOS. Una constante para muchos hogares ha sido la reducción de sus ingresos y esto a su vez ha tenido un impacto en el consumo y en las decisiones de gasto, en la que se han priorizado productos como alimentos, medicament­os y productos de aseo para el hogar entre otros. El informe del DANE muestra que el 44,1% de los ocupados asegura haber presentado reducción de su actividad económica y de ingresos (7,6 millones de personas) y el 43,5% de los desocupado­s dijo que perdió el trabajo o la fuente de ingresos (2 millones de personas). Un 18,2% de los inactivos sostuvo que perdió el trabajo o la fuente de ingresos.

De la mano de la caída en los ingresos o de la pérdida de la fuente de ingresos vienen otras dificultad­es que se identifica­ron como problemas para conseguir alimentos o productos de limpieza o no poder realizar pagos de facturas y deudas.

“En mayo, el 46% de los ocupados nos dijeron que habían trabajado menos y al preguntarl­es si por la COVID-19 están viendo una reducción de actividad o de ingresos, el 44%, con una coincidenc­ia casi perfecta, no está diciendo que presentó una reducción de su actividad ingresos. Esta es una caída muy fuerte que puede generar unos riesgos de aumento de la pobreza e incremento de la vulnerabil­idad social”, afirma el director del DANE.

DATOS úTILES. Con estos indicadore­s que se van a medir mensualmen­te, el Gobierno podrá dimensiona­r la magnitud de los efectos de pandemia sobre los hogares. Además, el DANE lanzará la encuesta Pulso

Social que profundiza­rá en los problemas que se están presentand­o en los hogares como la depresión, violencia intrafamil­iar y otros.

Otra encuesta, Pulso Empresaria­l, cuyos primeros resultados se presentaro­n la semana pasada permitirá hacer la medición del impacto de la pandemia en la actividad de las empresas. “Estos indicadore­s son supremamen­te útiles para la estrategia­s que buscan recuperar la economía y el empleo, con un enfoque integral”, explica Oviedo.

ESQUINAS OPUESTAS. Para Freddy Solano, empleado de una empresa de elementos de oficina en Barranquil­la, la llegada de la pandemia representó una reducción del 30% en su salario mensual y no recibir sus primas de mitad de año, hasta la fecha.

“Ganaba un poquito más del mínimo y también tenía comisiones por ventas, pero cuando tuvimos que cerrar mis ingresos se redujeron. La cosa se puso peor porque a mi esposa que trabajaba en un almacén de ropa le suspendier­on el contrato, hasta ahora no la han vuelto a llamar”, afirma Freddy, padre de una niña de 12 años. Dice que ahora debe asumir todos los gastos de su casa y que se ve en apuros para pagar las deudas.

“En las noches me pongo a pensar en las ‘culebras’ y no puedo dormir”, asegura.

Igual que Freddy, Elizabeth Velásquez, dice que le cuesta conciliar el sueño desde que perdió su trabajo, hace ya dos meses.

“Nunca pensé que algo así me sucedería porque siempre he trabajado y en especial porque vivo con mi mamá y ella depende de mí. Hemos salido adelante con lo de mi liquidació­n y la ayuda de familiares, pero no se hasta cuándo podremos aguantar”, agrega.

DIFíCIL SITUACIóN. Kenkin Morales, coordinado­ra del Observator­io Regional de Mercado de Trabajo del Atlántico (Ormet) y profesora de Uniatlánti­co, explica que la difícil situación socioeconó­mica provocada por la pandemia de la COVID-19 y las consecuenc­ias de las medidas de los gobiernos nacional y territoria­l son factores que se suman a la difícil situación del mercado del trabajo en el país.

“Específica­mente en el Atlántico se ha reafirmado la vulnerabil­idad de grupos poblaciona­les con mayores necesidade­s, los cuales antes de la pandemia representa­ban a más de la mitad de la población que generaba algún tipo de ingresos, es decir ocupados, pero que se desempeñab­an en condicione­s de informalid­ad”, señala.

Juan daniel oviedo Director del Dane

“Se pueden generar riesgos de aumento de la pobreza”.

kenkin morales Coordindor­a Ormet Atl. “Se reafirma la vulnerabil­idad de población con más necesidade­s”.

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JOSEFINA VILLARREAL La reducción de ingresos es uno de los efectos de la pandemia en los trabajador­es.
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