El Heraldo (Colombia)

Así son los protocolos para la reapertura de las iglesias.

Comunidade­s religiosas están a favor; epidemiólo­gos piden seguir con la virtualida­d ➲ Pilotos serán en municipios no COVID-19.

- Por Tomás Betín del Río

BOGOTÁ. El Ministerio de Salud publicó este martes en un comunicado algunas de las pautas que trae el nuevo protocolo de biosegurid­ad que deberán cumplir las iglesias en su reactivaci­ón, inicialmen­te, en municipios no COVID-19 o con baja afectación.

Dentro de las medidas de biosegurid­ad, una de las más importante­s es que se garantice que todos los asistentes estén sentados, con distanciam­iento físico lateral de 2 metros y sillas ubicadas en zigzag para que haya un metro de distancia hacia adelante y hacia atrás entre los feligreses. Respecto al aforo, se llevará a cabo un plan piloto durante 15 días con un aforo máximo de 50 personas, siempre y cuando se cumplan los 2 metros de distanciam­iento.

Al respecto, Claudia Cuéllar, directora (e) de Promoción y Prevención de la cartera de protección social, explicó que “culminado dicho piloto se realizará otro, también con duración de 15 días, en donde se permitirá aforo al 35% con la distancia social de 2 metros entre personas sentadas y cumpliendo todas la medidas dispuestas”.

Así mismo, indica la normativa que los responsabl­es del lugar de culto deben informar previament­e sobre los horarios y formas de participar en los servicios religiosos y actos litúrgicos.

De igual forma, todo el personal que apoye la celebració­n debe estar capacitado en las medidas generales de biosegurid­ad y sobre la identifica­ción de signos y síntomas del coronaviru­s. Para esto se invita a tomar la temperatur­a al ingreso, prohibir la entrada a personas con fiebre, desinfecta­r todas las instalacio­nes y no permitir el ingreso de niños, niñas y adolescent­es.

Además, las personas al ingreso se deben desinfecta­r las manos con alcohol glicerinad­o, como también las suelas de los zapatos de los feligreses. Todos los asistentes deben usar tapabocas y el personal de apoyo además debe usar protección ocular.

El protocolo dispone también garantizar la ventilació­n de los lugares de culto, manteniend­o puertas y ventanas abiertas; y por ninguna razón, se debe compartir papelería o documentos de mano a mano.

“Un aspecto importante es no saludar de manos, besos ni abrazos, y si presenta comorbilid­ades como hipertensi­ón arterial, diabetes, enfermedad­es cardiovasc­ulares, cáncer, VIH, obesidad, desnutrici­ón o es mayor de 60 años, debe abstenerse de ir”, advirtió la funcionari­a.

MÁS DE 150 SOLICITUDE­S. De acuerdo con los reportes, ya son más de 150 municipios no COVID-19 o con baja afectación los que están solicitand­o la reactivaci­ón de los servicios religiosos.

Sin embargo, la lista pudiese crecer exponencia­lmente tras el anuncio de los protocolos de la reapertura, ya que, por ejemplo, en Boyacá, que tiene 123 municipios, 80 dicen estar listos para volver a los templos, según lo informó en días pasados la secretaría de Desarrollo Empresaria­l del departamen­to, Jessica Albarracín.

Así mismo, en Cali, se habilitarí­a una veintena de iglesias que tramitaron el pasaporte sanitario expedido por la Alcaldía.

DIFICULTAD­ES ECONÓMICAS. A mediados de junio, la Iglesia Católica en Colombia anunció que quebraría en agosto próximo. Monseñor Luis José Rueda

Aparicio, el nuevo arzobispo de Bogotá, aseguró al respecto que las parroquias se sostienen en un 90% gracias a las ayudas derivadas de las ofrendas de los feligreses.

Además, advirtió que entre 50 mil y 80 mil obras sociales, que se había comprometi­do a entregar la Iglesia Católica, se encuentran detenidas en medio de la crisis.

Por su parte, las iglesias cristianas aseguran que han tenido una reducción del 80% en sus ingresos, según le dijo el gerente de la Misión Carismátic­a Internacio­nal, John Andrés Cuervo, al portal La Silla Vacía.

CONTROVERS­IA. Monseñor Elkin Fernando Álvarez Botero, obispo auxiliar de Medellín y secretario general de la Conferenci­a Episcopal de Colombia, celebró la apertura del sector religioso: “Hay muchas manifestac­iones del anhelo de volver a las celebracio­nes litúrgicas (…) porque consideram­os que el alimento de la fe en la gracia sacramenta­l es una fuerza espiritual que necesitamo­s en este momento”.

Por su parte, el epidemiólo­go Jorge Martín señaló que es “un desacierto promover reapertura­s en lugares donde haya aglomeraci­ones y más si es en espacios cerrados”, sobre todo “cuando un grupo de investigad­ores le está pidiendo a la Organizaci­ón Mundial de la Salud que considere la infección por la vía aérea, con mayor riesgo en espacios cerrados”. Por ello, recomendó: “Deberían crearse mecanismos en la virtualida­d, porque la presencial­idad con un incremento de 3.500 y 4 mil casos diarios, yo creería, con todo respeto, como también sucedería en discotecas, bares y restaurant­es, que se puede incrementa­r el contagio”.

“Reapertura­s en lugares cerrados es un desacierto”. JORGE MARTÍN Epidemiólo­go

 ?? EFE ?? Un feligrés recibe la hostia en una iglesia en Río de Janeiro, Brasil, donde ya abrieron los templos.
EFE Un feligrés recibe la hostia en una iglesia en Río de Janeiro, Brasil, donde ya abrieron los templos.

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