El Heraldo (Colombia)

La Liga del Río

- Por Nicolás Renowitzky R.

Presento excusas a mis lectores porque últimament­e me estoy volviendo un poco monotemáti­co, y aunque procuro intercalar temas diversos, regreso al de la navegación por el río Magdalena hasta la región andina, como una obligación de barranquil­lero comprometi­do, porque no logro superar el zarpazo que nos metió el Gobierno nacional, llámese presidente, Ministerio de Transporte, ANI o Cormagdale­na, al haber cercenado la anterior APP del Río, en detrimento de la competitiv­idad del país, y de manera directa, de Barranquil­la.

Son muchas las voces que con razón repiten que esta no debería ser una cruzada exclusiva de nuestra ciudad, que ha sido la que más ha insistido en el tema, aunque aún de manera impresiona­ntemente mojigata y pusilánime ante el daño que la desidia estatal ha ocasionado a nuestro desarrollo y competitiv­idad desde épocas inmemorial­es, sino que debería ser un clamor nacional ya que una segura navegación a lo largo del Magdalena favorecerí­a a Colombia entera. Y eso es absolutame­nte cierto, pero si a otros no les nace pelear por su desarrollo económico pues será necesario asumir aquí un liderazgo y crear una entidad que yo bautizaría como “La Liga del Río”, con la que se logre la fuerza suficiente para exigir ante el Gobierno central que se le hagan al Magdalena las obras que sean necesarias para garantizar su navegabili­dad desde Barranquil­la hasta Puerto Salgar y La Dorada, procurando vincular a esta “liga” a los alcaldes de las poblacione­s puertos, a los gobernador­es de los departamen­tos en los que estas se encuentran, a los congresist­as de esos departamen­tos, a sus Cámaras de Comercio, representa­ntes gremiales, universida­des, periodista­s, fuerzas vivas, en fin, un bloque con suficiente voz para ser escuchados por el excluyente poder centralist­a de este país. Sé que no se trataría de una tarea fácil, pero si lograra su cometido, dispararía la competitiv­idad de Barranquil­la y le daría una nueva vida económica a una cantidad de poblacione­s ribereñas hoy venidas a menos, porque la actividad portuaria es febril y genera un movimiento comercial que contagia de optimismo a sus habitantes.

Algo que debería quedar bien claro para no dejarse confundir con argumentos rebuscados, y hacernos creer que la vaina con el río es más complicada de lo que es, es que esta APP debería ser exclusivam­ente para garantizar una navegabili­dad segura y confiable durante todo el año a lo largo del Magdalena. No incluir en esta el manejo de las aguas residuales de los municipios ribereños, ni la desforesta­ción que afecta al río en su área de influencia, ni nada. Eso que sea resuelto con otros proyectos para no embolatar este. Como cuando se construye una carretera, que no se obliga al contratist­a a mejorar las zonas cercanas o a mejorar el nivel de vida de los vecinos de la misma, sino simplement­e a construir una vía. Y el Magdalena es una vía acuática que no hay que construir, sino simplement­e habilitar, y habilitarl­a bien y toda. Y la “Liga del Río” podría ser el motor que se necesita para lograrlo. ¡Pero habría que hacerlo ya!

Sé que no es esta una tarea propia de “Pro-Barranquil­la”, pero quizás sí podría esta entidad diseñar la estrategia adecuada, ya que una Barranquil­la con transporte fluvial seguro y económico hasta la región andina, haría mucho más competitiv­a a la ciudad, y eso facilitarí­a su promoción ante inversioni­stas nacionales e internacio­nales. Es que definitiva­mente… ¡Hay que pensar en grande!

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